Dulk.VALÈNCIA. El Centre del Carme, sede del Consorci de Museus, pone en marcha la programación para un nuevo curso que espera dejar atrás el “complicado” 2020, en el que vimos a los espacios culturales protagonizar un cierre histórico a causa de la crisis sanitaria. Lo hace consciente de que el nuevo año puede traer alguna sorpresa desagradable, con lo que al calendario debe seguir siendo flexible, aunque con una apuesta rotunda que suma 25 proyectos expositivos, cinco de ellos heredados de la pasado temporada. “Esperamos que sea un año de recuperación”, expresó el gerente del Consorci, José Luis Pérez Pont, encargado de presentar la nueva programación junto con la directora general de Cultura y Patrimonio, Carmen Amoraga. Entre las propuestas, destaca el impulso de un sello discográfico público, su apuesta por conectarse de nuevo con el mundo de las Fallas, una vinculación con las nuevas formas de comunicarse, como la red social TikTok, o el homenaje a la socialista Carmen Alborch.
Este año es especial, además, porque se cumplen cinco años desde que el Pérez Pont asumiera la gestión del organismo, con lo que su contrato está a pocos meses de finalizar. Aunque, ojo, cabe la posibilidad de prórroga por la misma duración, como en el caso del director del Institut Valencià de la Cultura (ICV), Abel Guarinos, elegido en el mismo periodo. Sobre su posible renovación, de momento, balones fuera. “Todavía no lo he valorado”, declaró el gerente. En similares términos se expresó Amoraga, quien afirmó que “no está encima de la mesa”. “Aún estamos en este partido”, afirmó la socialista, quien aprovechó, en cualquier caso, para manifestar su “agradecimiento y satisfacción” con la forma de trabajar de Pérez Pont.
Es el gerente, junto a Clara Barral, quien dará forma a una de las propuestas clave de la temporada, El dormitorio. El proyecto se basa en la recreación de una habitación ‘centenial’ que aglutinará algunas de las últimas tendencias artísticas, un retrato generacional en el que cabe el bedroom pop, el activismo de género o TikTok. “Canalizamos en este proyecto algo que es una tendencia”, recalcó Pérez Pont en referencia a que será casi una fotografía de algo que todavía está todavía tomando forma. Aunque el marco, eso sí, está claro: un dormitorio desde el que se piensa, se baila, se vive el momento más íntimo y, también, se muestra al mundo a través de las redes sociales.
De igual forma, algunos de los nombres clave que se colarán en la programación son el de Clara Montoya, que plantea una instalación lumínica a partir de una investigación artística sobre el río Whanganui, reconocido por el gobierno de Nueva Zelanda como una persona jurídica con derechos y obligaciones; Manu Blázquez, ganador del premio Alfons Roig d’Arts Visuals 2020, que analiza los límites físicos del propio medio pictórico en El gran libro de la pintura; o Amalia Ullman, que se convierte en una versión teatral de si misma con Privilege.
La Fallas, que tantas alegrías han dado al centro desde la concurrida muestra de Okuda, volverán a ser un eje central de la programación. Lo hará, además, se celebren o no, con un proyecto que, teniendo en cuenta que ya están descartados los festejos en el mes de marzo, será la única forma de vivir las Fallas en València a corto plazo. Por un lado, el artista Dulk, encargado del diseño de la falla grande, protagonizará la muestra Rondalla del fang, que reflexiona sobre una de las cuestiones clave en su producción: la naturaleza amenazada. Lo hace generando una experiencia inmersiva a través del parque natural de la Albufera y su fauna, en la que los sonidos convivirán con la escultura de medio y gran formato. La falla infantil, por su parte, también tendrá su lugar en el Centre del Carme con la exposición El somriure de les Falles, del dúo Ceballos & Sanabria.
El Centre del Carme también homenajeará en esta temporada la figura de la exministra de Cultura, la socialista Carmen Alborch, con una muestra que plantea un relato cronológico que destaca su lucha feminista o su relación con las artes, en tanto que impulsora de proyectos como la Galeria Temple o como directora del IVAM. En la otra cara de la moneda encontramos a ese señor que se ha quedado sin redes sociales. El ilustrador de origen cubano Edel Rodríguez presentará en Agente naranja algunas de sus obras, en las que el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, no sale bien parado.
La crisis climática es uno de los temas más recurrentes en la programación del centro cultural, con ejemplos como la muestra de Avelino Sala, que indaga sobre cómo nos relacionamos con el medio natural en Naturalezas muertas; o Emergency on planet Earth, en el que Pérez Pont colabora con el artista Vinz, que plantea las 12 pruebas que, como Hércules, debe superar la humanidad para sanar el planeta. También el la denuncia social reivindica su espacio en el Centre del Carme con proyectos como Callejeros, el proyecto fotográfico de Francisco Sanz, que retrata a personas que viven en la calle; la instalación colectiva Monólogos de género, que mostrará vídeos de distintos actores o actrices realizando personajes del sexo opuesto; una muestra sobre la implicación del arte y la cultura en el movimiento ciudadano Cabanyal Portes Obertes; Objectes desapareguts, una investigación en el contexto de las exhumaciones de las personas fusiladas durante la represión franquista, o Històries de superació, un proyecto de la Fundació Horta Sud.
Completa la programación la muestra Mujeres artistas en España 1804-1939. Hacia poéticas de género, en colaboración con el Ministerio de Economía, y una retrospectiva del icónico fotógrafo inglés Martin Parr, en la que pasará por su filtro personal -cargado de colores y elementos kitsch- temas como el turismo o el ocio de clase. De igual forma, el centro cultural seguirá colaborando con la bienal Ciutat Vella Oberta así como con la iniciativa privada Mardel, que desde hace algunos años se ha impulsado desde el Centre del Carme, y también promoverá una nueva exposición sobre la colección de arte contemporáneo de la Generalitat.
La asociación señala el "escandaloso vacío" en su programación y el freno a la colección de arte contemporáneo
