VALÈNCIA. El presidente de la Generalitat y líder del PSPV, Ximo Puig, no acudirá a la Escuela de Buen Gobierno organizada por Pedro Sánchez por cuestiones de agenda relacionadas con las Fallas. Mucho se ha hablado de la relación distante que mantienen ambos referentes socialistas, que han coincidido eventualmente en varios actos pero que tampoco se han visto las caras más de lo necesario en los últimos tiempos. O lo que es lo mismo: si tienen que hacer un mínimo esfuerzo para encontrarse, lo evitan con naturalidad.
Así, en el mes de febrero se han producido algunos ejemplos en esta línea. El presidente Puig acudió al congreso comarcal de La Safor-Valldigna en vez de a la asamblea abierta en Castellón a la que iba Sánchez y, días después, el jefe del Consell excusó su presencia en el Comité Federal del PSOE por tener unas jornadas de trabajo en Morella con los cinco rectores de las universidades públicas.
Sin embargo, la ausencia de Puig en esta Escuela de Buen Gobierno no implica que otros miembros de su entorno no vayan a acudir a la misma. Así, en el programa de estas jornadas figura la participación el sábado día 17 de la consellera de Sanidad, Carmen Montón. Concretamente para hablar en el taller de Estado de Bienestar y, específicamente, en la mesa denominada: 'Implantación, desarrollo y retos del pacto sobre el modelo social europeo'.
Un hecho que no pasa desapercibido por la dirigente en sí y su relación con Sánchez. Cabe recordar que Montón fue una de las responsables políticas que formaba parte de la Ejecutiva del líder del PSOE cuando se vio obligado a dimitir por la falta de respaldo del Comité Federal. Una cita que vino precedida de la renuncia de más de la mitad de la dirección -incluido Puig- lo que en teoría ya debería haber forzado el adiós de Sánchez. Precisamente la consellera de Sanidad se negó a dimitir lo que, por cuestión numérica, obligó al propio Puig a implicarse en el derribo de Sánchez. Una maniobra la de Montón, que causó un fuerte malestar en el entorno del presidente de la Generalitat al considerarlo una falta de lealtad.
Tras ese lance, la titular de Sanidad supo apartarse de las cuestiones orgánicas. No se posicionó públicamente ni a favor de Sánchez ni tampoco de la andaluza Susana Díaz en las primarias federales -aunque se intuye que su respaldo iba a favor del madrileño- y tampoco fue incluida en la nueva ejecutiva de Sánchez cuando éste consiguió la victoria, si bien distintas fuentes socialistas aseguran que era su pretensión.
Posteriormente, fue una de las primeras en situarse al lado de Ximo Puig cuando se postuló para relevarle el alcalde de Burjassot, Rafa García, respaldado por el sector del secretario de Organización, José Luis Ábalos, mano derecha de Sánchez. Este apoyo por parte de Montón no tuvo ninguna recompensa posterior en el organigrama de la dirección del PSPV que confeccionó Puig, aunque según distintas fuentes también fue pedida por la dirigente socialista.
Tras todos estos vaivenes, la consellera de Sanidad sí que acudirá como ponente a la Escuela de Buen Gobierno convocada por Sánchez. Un hecho sobre el que altos cargos del PSPV quitaban importancia dado que, según recalcaron, Sánchez es "el secretario general de todos" y en el programa también figuran "varios dirigentes que respaldaron a otros candidatos en las primarias".