VALÈNCIA. Cárnicas Serrano cierra su ejercicio 2021 con una facturación de 59,4 millones de euros, 805.000 euros de beneficio y una plantilla media de 275 trabajadores tras un 2020 con resultados negativos provocados por la pandemia.
Un escenario difícil fruto del impredecible cierre del canal Horeca en marzo de 2020, el notable descenso del turismo y la reducción de compras, por parte de los hogares, de productos asociados con los tiempos de descanso en el trabajo o en el colegio; referencias que son parte principal del porfolio de Serrano.
A pesar de que el citado contexto llevó a la compañía a finalizar el año 2020 con resultados negativos, el director general de Cárnicas Serrano, Carlos Serrano, destaca la recuperación experimentada en 2021:“Gracias a la reducción paulatina de las restricciones y a un intenso trabajo interno dirigido a la mejora continua, hemos sido capaces de resistir los elevados incrementos en el coste de la energía, sufridos durante la última etapa del año, y de repetir una cifra de negocio que casi alcanza los 60 millones de euros”.
Respecto al presente ejercicio, el directivo añade: ”2022 de nuevo está siendo un año difícil en el que los costes energéticos han pasado a ser una parte muy importante del gasto, con incrementos del 100% sobre 2021 y del 240% sobre 2020. Por otro lado, las carnes de cerdo y de pavo se han disparado al haber menos oferta que demanda y, además, los derivados del petróleo implicados en el transporte y envasado de los productos presentan precios desorbitados. No obstante, también es cierto que hemos recuperado la libertad de circular, de consumir, de recibir turistas y de seguir en la búsqueda de nuevos mercados”.
La internacionalización es, junto a la innovación, uno de los pilares fundamentales para Cárnicas Serrano y, así, en el periodo analizado, un tercio de sus ventas totales corresponde a mercados exteriores.
De la mano de sus productos, la compañía “exporta” los conceptos de artesanía, tradición, originalidad y autenticidad. Una estrategia que pasa por trasladar al consumidor europeo la experiencia auténtica y genuina de disfrutar de los productos típicamente españoles y que se ve reforzada por el atractivo que le aporta su nombre -“Serrano”- como mejor vehículo de transmisión de este posicionamiento.
Por su parte, la filial cubana de la compañía, Cárnicas Bravo, ha cerrado el ejercicio 2021 con una facturación próxima a los 30 millones de dólares.
La primera industria cárnica hispano-cubana, que fue impulsada por Cárnicas Serrano en 1996, ha basado su crecimiento principalmente en la oferta de elaborados refrigerados y congelados, como embutidos, hamburguesas, etc.
Si bien la compañía, con sede en La Habana, comenzó destinando sus ventas al sector hotelero, actualmente su objeto de negocio abarca también supermercados y tiendas del país.
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Las tendencias post Covid incluyen cambios en el mapa de consumo tales como el aumento de comidas especiales en el propio hogar, entre las que destaca la barbacoa, un clásico de Cárnicas Serrano que ahora gana adeptos por su carácter lúdico, su coste asequible y su aporte proteico