VALÈNCIA. Se han convertido en dos de las creadoras y cómicas más reconocidas entre el público de la llamada Generación Z gracias a su podcast Estirando el chicle -número uno en Apple Podcast y Spotify-. El podcast tiene también su versión teatral, un espectáculo que llega al Teatre Olympia de Valencia este fin de semana y cuyas entradas se agotaron en apenas unas horas. Las risas y la diversión están aseguradas, pero también la emoción y el análisis de muchas de las desigualdades que Victoria y Carolina ponen de relieve en su trabajo. Pasar tiempo con ellas es sinónimo de reír y de pensar. Son dos talentos de enorme proyección que aspiran a producir sus propios shows y a ocupar grandes espacios en medios mainstream. Sólo es cuestión de tiempo que lo consigan. “El sentido del humor es simplemente el sentido común bailando", decía el filósofo estadounidense William James. En el caso de Victoria y de Carolina es una verdad literal y quien vaya a verlas a Estirando el chicle Live lo comprobarán.
-Imagino que la experiencia de estar en un plató a hacer el show en vivo cambia sustancialmente. ¿Cómo os enfrentáis a los directos?
-Victoria: Los directos están mucho más guionizados y más preparados que el programa. En ese sentido, vamos con mucha más seguridad. Por supuesto que hay improvisación también en el teatro pero sí tenemos un guion de base. Siempre hay una de las dos que siempre está más nerviosa que la otra pero está bien porque nunca es la misma.
-Carolina: Tenemos un texto que hemos ido probando y que nos da mucha seguridad. Aún así, tenemos una ansiedad que flipas... Cada show es diferente. Sí, sí, nos turnamos: cuando Vicky está nerviosa yo estoy bien, y al revés.
-¿Qué van a encontrar los espectadores que vayan a ver vuestro show?
-Carolina: Pues es un espectáculo de variedades en el que, cada vez, hay más baile y menos palabra y un show que, aunque tengamos la estética del podcast, es un show de comedia.
-Victoria: Básicamente nos dedicamos a cantar la canción 'Dime' de Beth. Es un show cerrado y los espectadores encontrarán mucha diversión y que somos “muy canallitas” y sin censura, porque rajamos de todo. Está muy bonito y es una cosa simpática. Es para el abuelo y para el niño este show... (risas)
-‘Estirando el chicle’ nació durante el confinamiento, casi como un modo de catarsis y ahora es uno de los podcasts más escuchados en España. ¿Sin el confinamiento este proyecto no hubiera sido posible?
-Victoria: Yo creo que, sinceramente, no. Esto nos salvó de la dinámica del confinamiento que era bastante absorbente y creo que fue nuestra vía de escape para seguir haciendo comedia, dentro de un enclave que era bastante desagradable. Para la gente fue una compañía mientras estaban encerrados en sus casas, algo que nos dio mucha fuerza para seguir. Yo, básicamente, a lo que me dediqué durante la cuarentena fue a beber y a hacer el podcast. Vamos, como ahora, que no hay cuarentena... (risas).
-Carolina: La unión que hemos conseguido nos da vida en nuestra día a día. A raíz de hacer Válidas, que es nuestra serie y de donde salió todo, hemos creado una comunidad.
-Una de las cosas que vuestros oyentes destacan del podcast es la libertad con la que habláis de todo, el punto crítico que tenéis hacia ciertas conductas machistas que vivís dentro y fuera de vuestra profesión. ¿Qué creéis que es lo que más destacan de vuestro podcast?
-Carolina: Me parece impresionante que llame la atención que hablemos así. Creo que hay espacio que hacen lo que hacemos nosotras pero, en mi opinión, debería haber más. Que sorprenda tanto que nosotras hablemos así es bastante significativo. Tampoco nos hemos inventado nada. Pero la gente necesita que las tías hablemos de los temas que nos interesan.
-¿Qué debe tener una invitada para que vaya al podcast?
-Victoria: Intentamos seleccionar perfiles en función del tema del podcast. No pensamos en invitadas antes de pensar en los temas. Son historias de mujeres que, tal vez, no estén en otros sitios hablando así, desde esa libertad. Creo que cualquier mujer es interesante para nuestro podcast.
-Carolina: Todas tienen historias que contar y creo que es el sitio donde lo pueden contar.
-¿Creéis que cada vez más la mujer está ocupando un papel dentro del mundo de la comedia que, hasta ahora, era casi inédito?
-Carolina: No, creo que la cosa avanza pero de manera muy lenta. Hablamos mucho de que se ha creado una falsa sensación de igualdad y sí que somos algunas más, pero realmente, en nuestro caso, por ejemplo, es el público el que nos da la razón pero no estamos en el mainstream. Hacemos un podcast que es maravilloso pero está en Internet. Tenemos mucho público y eso nos respalda pero en los medios tradicionales tampoco hay tantas mujeres y menos en comedia.
-Victoria: Es cierto, se crea una falsa realidad a pesar de que estemos en los márgenes, aunque no en los márgenes del público que siempre nos apoya. Pero sí es algo que hablamos con compañeras como Henar Álvarez, Lala Chus, Pilar de Francisco, Laura Márquez... gente que es maravillosa y que tampoco estamos viendo tanto. Se merecen un espacio en cualquier lugar porque son graciosísimas. Un espacio y no un huequito y, sobre todo, dinero, mucho dinero.
-¿Qué cómicas en España o fuera del país os inspiran?
-Carolina: Durante mi trabajo me he inspirado mucho en Ana Morgade porque era la única tía -además de Eva Hache- que vía haciendo comedia en medios. Ahora mismo me inspira mucho Henar Álvarez.
-Victoria: A mí también Henar, Charlie Pee, Sarah Silverman, Michele Wolf, Catherine Ryan o Ali Wong que es de mis favoritas porque es muy escatológica.
-Carolina: Y Tina Fey y Amy Poehler que me dan como ganas de seguir adelante porque son tías que en Estados Unidos lo están petando, haciendo sus producciones, sus cosas. Bueno, a lo mejor podemos llegar a eso en España en un tiempo.
-Victoria: Aquí debe pasar exactamente lo mismo. Lo que pasa es que no tenemos esa figura de productoras que sí hay en Estados Unidos.
-Hay en el podcast una conexión muy especial con todos los asuntos que tienen que ver con el colectivo gay que normalizáis completamente desde la alegría y el humor pero también denunciando desigualdades. ¿Fue algo que surgió de modo espontáneo?
-Carolina: Bueno, yo como soy invertida... (risas) En mi caso fue un proceso de autoaceptación bastante largo pero cuando se aceptas se das cuenta de las desigualdades que hay y la poca información que hay. Entonces, normalizar esas cosas es parte de estar en el mundo. Y no hace falta que seas parte del colectivo.
-Victoria: Claro, yo no lo soy y estoy aprendiendo muchísimo.
-Y, por último, tanto vuestro podcast como el show en vivo conecta con el público joven que, para muchos, sigue siendo un misterio. Vosotras habláis de la esclavitud de las redes sociales, del amor, del sexo, de la tristeza, de los primeros trabajos, etc… Quizás los jóvenes sólo quieran escuchar y hablar de aquello que les pasa, ¿no?
-Carolina: Hay un equilibrio entre hablar sólo de lo que les pasa a los jóvenes y no hablar nunca de lo que les pasa. Y, sobre todo, definir qué es joven. Porque Victoria y yo tampoco es que seamos unas niñas. Entonces es posible que haya gente que esté en la treintena y no se sienta identificada con los contenidos que se hacen y tenga que ir a Internet a encontrar esos contenidos.
-Victoria: Si se sienten identificados no es por algo especial que hagamos nosotras, sino porque faltan programas. No pueden ser tres programas. Si un podcast tiene tanta acogida en esa franja de edad y entre las mujeres, será por algo, porque faltan contenidos.
-Carolina: Nosotras reflexionamos pero debe reflexionar más gente. Nosotras lo tenemos muy claro pero alguien más que está en puestos de poder debe saberlo.
-Victoria: No sólo hablamos de nosotras, también de mujeres talentosísimas como Inés Hernand, Lala o Henar Álvarez merecerían tener su propio programa. Hace falta dar oportunidades.
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