Que paguen los políticos que llevaron a los médicos al matadero
Lo peor de esta pandemia ha sido la demostración palpable de que la famosa Sanidad Universal, la que se suponía era la mejor del mundo, era simplemente una propaganda de los distintos gobiernos que han pasado uno detrás de otro sin acordarse de ella.
Llenándose la boca, uno tras otro, los gobiernos de España se limitaron a disminuir, reducir y diezmar los presupuestos dedicados a ella, año tras año tras año, hasta llegar a la ridícula cantidad que le destina el PIB actual.
Sí, hemos registrado un error dramático. Hemos sido los primeros en número de infectados por cada mil habitantes y los que hemos tenido más muertos 'oficiales'.
Trataron de callarnos a los médicos desde el primer momento. En los primeros días, los médicos recibimos de nuestro Consejo General unas instrucciones, que mandaba el gobierno, donde instruían a los facultativos -los que se juegan la vida todos los días- a no poner como causa de las muertes el Covid-19 si no había un PCR positivo.
Esto ha disminuido el número de muertos por el virus. Ya lo ha dicho un Tribunal de Justicia de una Comunidad: al final tendremos casi el doble de muertos que los que nos están diciendo.
También somos los primeros, a nivel mundial, en número de profesionales contagiados y en cuarentena. Y tenemos unos mandatarios que insisten una y otra vez, que somos los profesionales los que traemos el virus de nuestra casa, o nos lo pasamos entre nosotros.
Una sinrazón. Una vergüenza de gente sin vergüenza. ¿Tan difícil es reconocer la verdad? ¿Tan difícil es reconocer que nos han mandado a combatir una epidemia del siglo XXI con protección del siglo XIX?
Estamos cayendo como moscas. Tenemos el número de profesionales muertos más alto de todos los países.
También nos ha demostrado esta pandemia la clase de responsables políticos que tenemos. Políticos que les importa muy poco el número de muertos, ni el de infectados, ni los profesionales afectados. Mandatarios calientas-sillones que sólo están preocupados por mantenerse en un poder que no saben ejercer.
No hemos visto ninguna dimisión, y sólo se dirige a nosotros un pseudoexperto, el tal don Fernando Simón, que dice unas veces una cosa y al mismo tiempo otra, en la misma rueda de prensa. Rueda de prensa, por llamarla de alguna manera.
Es vergonzoso que mientras en otros países han pedido disculpas los políticos y la prensa se mete con ellos de manera furiosa, aquí tenemos una televisión clientelista y también una prensa postrada ante el poder excepto, gracias a Dios, con alguna excepciones, como el medio que publica estas palabras.
Pero quizás lo más sangrante, lo que realmente me crispa, es que existe un mensaje recurrente, por parte de los políticos, de decir que "en todas partes pasa lo mismo". Puede que esto no fuera previsible, que nos viniera de sopetón, que nadie había previsto que tendríamos que volver a combatir una pandemia, 102 años después.
Pero mientras que en otros sitios reconocen sus fallos, aquí somos los mejores si eso les ayuda a mantenerse apenas unas horas más en la poltrona, sin que les importe haber machacado a los profesionales sanitarios, a los bomberos, a los policías, al Ejército, a los trabajadores esenciales.
Esta crisis está sacando lo mejor y lo peor de todos. Y ellos son los peores, los que han tardado menos en abandonar el barco, contando "mentiras" encubiertas en medias verdades.
Espero que cuando esto termine, cuando podamos volver a salir a las calles, cuando los nietos puedan volver a abrazar a sus abuelos, cuando podamos perder el miedo, ellos paguen lo que deben.
Espero que paguen aquellos que tenían que haber liderado a los españoles en la epidemia, y no lo hicieron, aquellos que negaron la realidad y aquellos que, por su falta de previsión y su incapacidad, nos convirtieron en el primer país del mundo en víctimas por habitantes y profesionales contagiados.
Profesionales, mis compañeros médicos, mis amigos, mis alumnos, que siguen jugándose la vida cada día, aunque les manden falsas mascarillas, y que se la jugaría por salvar cada una de sus vidas.
Las de los que nos llevaron al matadero.
Andrés Cánovas es secretario general del Sindicato Médico CESM-CV