Casa Victoria recupera el aperitivo, esa bendita costumbre, con que debería comenzar todo ritual gastronómico.
Victoria del Hoyo, propietaria del local (y socia también de los restaurantes Sweet Victoria y Trece), ha buceado en el pasado de su familia para crear esta pequeña vermutería con aroma castizo situada en el barrio del Carmen (calle Calatrava). De ahí los nombres de las tablas, Victoria y Porfirio, sus bisabuelos, y Amparín y Rodrigo, sus abuelos. Todo en Casa Victoria tiene una historia, aunque solo haga dos meses que hayan abierto.
De jueves a domingo, sobre su barra de mármol desfilan tablas revestidas de papel de estraza, y sobre ellas, jamón de Casa de Alba, salchichón y chorizo Joselito, mortadela y jamón cocido de Bolonia, además de una selección de quesos nacionales de primera fila (cabrales de Pepe Bada, La antigua, La retorta...). Todo cortado al momento y presentado de manera exquisita. Es también un paraíso de salazones y ahumados, vicios de otra época que por suerte han resistido a la modernidad gastronómica de estos tiempos.
Y claro, muchas clases de vermú: Zarro, Yzaguirre, Vittore, La Cuesta, Casa Mariol... con los que rellenar el vaso y dejar que pasen las horas, de pie, apretados, escuchando la conversación del vecino y participando de ella en ocasiones, hasta que se haga la hora de marcharse hasta el siguiente aperitivo.