EN SU TINTA

Cerveza y algas, el maridaje perfecto

Si una cata parece un buen plan, imagínese una cena maridaje con algas de Galicia, hinojo marino de Jávea y cervezas valencianas y belgas en un entorno como las Cervezas del Mercado, en el Mercado de Colón.

| 15/07/2016 | 2 min, 54 seg

Ahí estaba yo pese a no ser ni mucho menos lo que hoy en día se denomina un foodie. Reconozco que la propuesta me parecía algo atrevida (sí, soy un clásico y lo de algas me sonaba a playa infestada de ídem), pese a que descubrí todo su potencial con El señor de las algas de Paula Pons. Y casualidades de la vida, tuve de compañero de mesa, al mismísimo Javier Morcillo, alias Javi Algas.  

 Si las cervezas las ponía Bierwinkel, perfectamente presentadas por su controller Paco y su directora Anabel Navas, la original propuesta gastronómica fue obra de Ximo Carrión de Fendetutto. Empezamos con un aperitivo de botón de queso y alga codium con ligero sabor a percebe que maridaba con una cerveza valenciana 100% natural sin aditivos ni conservantes: Zeta Hell.

El primer plato fue una ensaladilla marina con tres tipos de alga: chlorella, dulce y wakame aderezada por una planta por la que tengo predilección, el hinojo marino; todo ello acompañado por una cerveza belga de regusto agridulce, Omer. Tanto el especialista en algas como un servidor coincidimos en el lugar donde probamos por primera vez el hinojo marino: en el Bar Mercat en el mercado municipal de Jávea, en sus aguas crece esta planta.  

En el segundo plato la magia de la cocina fusión, ahí todos nos reconocimos en un producto tan nuestro como el garrofón, protagonista de un guiso que contenía alga pistilata y una exquisita salsa. Para no desaprovecharla nos ofrecían pan artesano del maestro Jesús Machi que contenía un alga intensamente salada. Una explosión de sabores perfecta para rebajarla con una sofisticada cerveza ahumada (sí, ahumada) como es Zeta Zendra.

 Y llegó el tartar de atún, casi ya un clásico en la cocina actual pero esta vez con algas kombu de azúcar y gracilaria y un sabor ahumado a madera de naranjo, sencillamente genial. La cerveza blanca escogida, puramente belga fue la Saint Bernardus Witbier. Tanto la elaboración de los platos como la cuidada selección de cervezas habían logrado cumplir con las expectativas, pero el postre fue un final apoteósico (como las mascletàs).

Un clásico e innovador postre. Pan con chocolate, la merienda de nuestra infancia (mientras veíamos el interminable campo de Oliver y Benji) que sorprendía cuando lo probabas y descubrías que el chocolate tenia un sabor anisado gracias al hinojo marino, acentuado por sal en escamas de lechuga de mar y aceite de oliva virgen. La degustación de este manjar requería combinarlo en boca con la exótica cerveza Mongozo Plátano, fácil deducir su sabor. La mezcla recordaba a las chucherías con forma de plátano de los 80.

 Como fin de fiesta –los que se ausentaron antes de hora, no lo saben– probamos la irlandesa Guiness Export. Elaborada por Arthur Guinness exclusivamente para John Martin, esta cerveza negra y de alta graduación tiene como característica el sabor amargo de madera ahumada y regaliz.

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