VALÈNCIA. César Camisón (Valencia, 1958) viste un polo blanco y unos pantalones cortos cuando recibe a Valencia Plaza en su despacho en la Facultad de Economía de la Universitat de València (UV) en el Campus de Tarongers. Es catedrático de Organización de Empresas en la UV desde el año 2011 tras pasar por instituciones como la Universitat Jaume I de Castelló y recorrer “medio mundo” en su labor de estudioso de la Economía.
Entre estudios, informes y labor docente, Camisón llegó a ser director de la Cátedra de Empresa Familiar entre diciembre de 2011 y enero de 2016. Cinco años que sirvieron para poner en valor las empresas familiares, que representan el 97% de las empresas totales. "Soy un escéptico respecto a esa llamada constante a la singularidad de la empresa familiar. Si hubiera algo singular, sería la no familiar, que realmente es la escasa", remarca el que fuera director de la Cátedra.
Pero, más allá (o no tanto) del mundo económico, se encuentra otra actividad a la que el catedrático dedica buena parte de su tiempo: el ajedrez. Tras estar más de 40 años sin competir, entró en el Club Ajedrez Andreu Paterna, y hace apenas unas semanas se estrenó en un torneo oficial, en concreto el autonómico de veteranos +65, del que obtuvo el triunfo. Un torneo que define como “duro”, ya que pese no haber demasiados aspirantes al título “había algunos importantes”, entre los que destaca a Balada, “maestro internacional”, y a Ramón Oltra, sobre el que asegura que era el “candidato natural”.
Se deshace en elogios hacia este último al inicio de una conversación en torno a una mesa redonda presidida por un tablero de ajedrez firmado por Miguel Illescas: “Ramón Oltra, que es de mi edad, es uno de los dos o tres mejores jugadores valencianos de la historia. Era, por tanto, el que tenía todas las cartas. El hecho de haber ganado a Oltra y también a Balada, me da nuevas ganas de seguir compitiendo”.
Camisón quiere seguir participando en torneos, pero sin la presión del que se inicia en este deporte. “A mi edad el ajedrez es un vicio administrado, algo que hago para pasármelo bien y no para torturarme. Ya he pasado otras etapas más duras en ese sentido y, por tanto, me lo he tomado con mucho sosiego”, asegura el catedrático, que ha celebrado la victoria “con tranquilidad”.
Entre los próximos retos a largo plazo plantea como línea principal “pasárselo bien y seguir compitiendo”, aunque a corto plazo está representar a la Comunitat Valenciana en el campeonato nacional, que todo apunta a que se realizará en la ciudad de Almería. Pero, de nuevo, Camisón, evita la presión: “Bueno, pues a ver qué ocurre”.
Pregunta: Chimo Ballester, presidente del Club Ajedrez Andreu Paterna, define la relación que usted tiene con el ajedrez como una “pasión” ¿Hasta qué punto el ajedrez forma parte de su vida diaria?
Respuesta: El ajedrez es una pasión para mí hasta el punto de que siempre lo he definido como una fiera que hay que tener bajo siete llaves y que cuando la dejas que salga se te apodera. Jugué muchísimo cuando era joven, hasta los 16 años aproximadamente. En un momento dado, cuando empecé la carrera académica, me di cuenta de que era absolutamente imposible intentar estar en un estatus de primera fila a nivel académico y a nivel competitivo en el ajedrez.
Y en aquel momento, para bien o para mal, opté por dejar el ajedrez a nivel de competición. He estado casi 40 años prácticamente, desde los 16 hasta los 56 años, sin jugar ni un solo torneo. El mundo académico es muy exigente, he estado viajando por medio mundo y era muy difícil compatibilizarlo. Cuando gané la Cátedra de Valencia y asumí algunas responsabilidades, decidí hacer aquellas cosas que antes me gustaban y que por las circunstancias profesionales no había podido hacer. En ese momento saqué la fiera bajo las siete llaves que tenía muy bien encerrada y se me ha apoderado.
El ajedrez es una pasión porque para mí es la vida. El ajedrez no es más que una alegoría de cómo cada uno contempla las cosas que hace. No contemplo hacer cosas que no me apasionen. He tenido esa suerte desde que mi trabajo es un trabajo de pasión, de hacer aquello por que me gusta. Considero que los que podemos hacer eso somos muy afortunados. El ajedrez es exactamente lo mismo, nunca juego por obligación, sino porque disfruto de una manera tremenda. Por otro lado, pasión, sí, vicio también.
P: ¿Por qué motivos volvió de nuevo después de tantos años a competir?
R: La vida te hace quiebros y te lleva por caminos inesperados. En el ajedrez somos muy planificadores. Siempre trazamos planes premeditados para conseguir ciertos objetivos y sin hacerlo desde luego no puedes competir. En la vida a veces te da la impresión de que cuanto más planes haces más se burla el destino de ti y te lleva por los caminos más inesperados.
Volví a Valencia en el año 2011, después de estar casi 20 años dando vueltas por el mundo. Y en aquel momento asumí la dirección de dos foros que han sido cruciales para esto, por un lado el máster de Estrategia de Empresa, y por otro lado la Cátedra de Empresa Familiar que la universidad lleva tiempo impulsando juntamente con IVEFA, con la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE) y con Broseta.
En ambas promoví nuevas iniciativas. Y en aquel momento me vino a la cabeza, sin ánimo de volver a la competición, en qué medida el ajedrez podía ser una herramienta para fomentar ciertas habilidades que eran importantes para que los alumnos desarrollasen un pensamiento estratégico en el máster y también para los directivos y empresarios familiares.
Tenía la convicción, y además hay un montón de estudios que lo apoyan, que el ajedrez es una excelente herramienta para desarrollar ciertas capacidades muy difíciles de fomentar desde otra perspectiva. A partir de ahí empecé a hacer una serie de talleres de Estrategia y Ajedrez. Llegamos a hacer seis, entre el 2013 y el 2019, la pandemia nos echó la mano al cuello. Y en ellos hemos ido trabajando ese tipo de capacidades. Básicamente ha sido una vuelta forzada, porque una vez ya metida en ese benedictino ya no pude resistir la tentación no sólo de ser organizador, sino también de jugador activo.
P: Al final el ajedrez acaba llegando al mundo universitario y acaban cruzándose. De alguna forma el ajedrez se puede vincular con otra de sus pasiones, que es la economía. ¿Cuál diría que es el nexo que permite al ajedrez entrar en las aulas?
R: El ajedrez es una forma de contemplar cómo trazar planes y tomar decisiones. Al final, lo que define a cualquier directivo como un buen profesional es su capacidad para tomar buenas decisiones. Por lo tanto, es una excelente herramienta, quizás una de las mejores, para ayudarle y entrenarle para fomentar esas decisiones.
El único problema que el ajedrez tiene frente a otras herramientas, como son la teoría de juegos, es que es una decisión individual, no hay decisiones de equipo. Son decisiones de carácter consecutivo, jugamos uno detrás de otro. Pero quitando estas dos salvedades, que además se pueden matizar, el ajedrez ha ayudado y está ayudando a muchísimas entidades a trabajar en mejorar su capital humano.
Por ejemplo, en la Bolsa de Nueva York hay actualmente un programa activo de formación de todos sus directivos con esta herramienta, al igual que en diferentes entidades financieras. En Estados Unidos algunos exiliados soviéticos fomentaron muchísimo los programas de perfeccionamiento directivo que utilizan el ajedrez como herramienta.
No es la realidad española. Aquí aún hay mucho por hacer. Quizás la única persona que ha trabajado para fomentarlo es Miguel Illescas. Es el mejor jugador español de la historia, con salvedades para Arturo Pomar y algún otro, pero al menos por título y por presencia, lo ha sido. Y es alguien que ha estado y está haciendo formación directiva de nivel. Por lo tanto, ahí había precedentes que me amparaban para hacerlo.
P: ¿Hasta qué punto la empresa familiar se puede beneficiar de este deporte?
R: Lo primero que hay que decir de la empresa familiar es que estamos a veces un poco equivocados. Si los datos dicen que el 97% de las empresas son familiares, casi que pierde sentido hablar de empresa familiar, porque prácticamente las empresas familiares lo son todas. Soy un escéptico respecto a esa llamada constante a la singularidad de la empresa familiar. Si hubiera algo singular, sería la no familiar, que realmente es la escasa. La otra es la habitual.
De todas maneras, sí que podemos decir que en la empresa familiar hay dificultades especiales, sobre todo de algo que a lo que el ajedrez nos enseña mucho, que es administrar recursos. La empresa familiar tiende a ser muy endogámica. Uno piensa siempre cuando contrata a sus nuevas generaciones en buscarlas dentro de su núcleo de parentesco. Una empresa no familiar, en principio, siempre está más abierta a buscar las necesidades de capital de forma más general en el mercado.
En el ajedrez, tú te tienes que enseñar a trabajar con tus recursos, cómo administrarlos de la mejor manera posible. Por eso, se puede fomentar esa necesidad de aprender a competir con lo que hay y sacar el mejor jugo posible.
P: Asumió la dirección de la Cátedra de Empresa Familiar de la UV. ¿Qué valoración realiza de esta experiencia?
R: Aquello fue una etapa muy bonita. Con los recursos que la Asociación Valenciana de Empresarios nos permitió hacer ciertas actividades que, sin ánimo de presumir, ciertamente en España no se habían hecho nunca. Sobre todo, en 2019, cuando conseguimos traer a España a algunas de las personas más destacadas que estaban trabajando con herramientas como la Inteligencia Artificial.
En el ajedrez hacemos un uso exhaustivo de herramientas informáticas, sin el apoyo informático hoy en día no eres nadie. Y había, en aquel momento estaba acabadito de salir al mercado un programa revolucionario, AlphaZero, un programa rompedor que utiliza el ajedrez como una forma de romper barreras. AlphaZero utiliza el ajedrez como proyecto piloto para desarrollar formas de resolver problemas que la mente humana por su propia configuración es incapaz de hacer. Busca romper los límites de las capacidades humanas.
Entonces trajimos ese año a algunos de los padres de este desarrollo, sobre todo a Ronstadt, que ha sido uno de los creadores, un informático que además es el asistente informático del que era hasta hace poco campeón mundial, así como a dos de los mejores jugadores británicos que habían estado haciendo cosas en ese sentido.
No se había hecho nunca en España ninguna actividad de esta naturaleza, donde hicimos algunos talleres poniendo a prueba esa teoría de que el hombre no puede competir con la máquina. En el ajedrez el ser humano está poco preparado para aceptar su inferioridad frente a la máquina. Si algo nos distingue como ser humano es la inteligencia, por lo que aceptar que las máquinas ya nos superan es difícil.
Ese tipo de actividades son las que queremos seguir haciendo para intentar aprender, de nuevo trasladándolo al mundo empresarial, cómo el trabajo en cooperación puede ayudar a resolver problemas que individualmente son difíciles de alcanzar.
P: Sin dejar de lado la Economía, ¿Cómo el ajedrez acaba entrando en la formación?
R: Creo que el ajedrez puede entrar en el mundo de la formación a cualquier nivel. Ahora estamos hablando de la universidad, estamos preparando para un grupo educativo potente de primaria y secundaria, un programa similar. Puede entrar en las actividades curriculares normales como una herramienta más para desarrollar ciertas capacidades de un modo especial, como la concentración, la planificación, y la gestión de las emociones, tanto las del éxito como las del fracaso.
También para la capacidad de administrar las frustraciones, que es algo que la gente joven ahora lleva fatal porque no está habituada a no conseguir sus objetivos. Eso cuando lo integras en asignaturas de la carrera de cualquier grado o de cualquier titulación genera resultados importantes.
Pero no solamente para eso, el ajedrez al final lo mejor que tiene es que te ayuda a pensar. Y para eso tenemos pocas herramientas. El ajedrez es enseñar a pensar a las personas. Eso lo queremos hacer a nivel universitario y también en niveles inferiores. Luego está la formación extracurricular, que es otra forma de forjar en los colegios iniciativas de equipo. Hasta la fecha estamos habituados a pensar en deportes de equipo de carácter físico. Pero en el ajedrez también se juega en equipo donde hay estrategias específicas para trabajar para conseguir el mejor resultado posible en colaboración.
El objetivo aquí es que los colegios compitan entre sí y se posicionen como centros que no solamente quieren transmitir conocimientos, sino que también enseñan a las personas a ser mejores porque saben administrar éxitos y fracasos y que pueden contribuir de una forma significativa al cambio o a la mejora de la vida.
P: También se le conoce por organizar eventos como es el caso de los de que relaciona empresas y gastronomía con el objetivo de recaudar fondos para la guerra de Ucrania, incluso involucrando en el mercado de Colón a figuras como Ricard Camarena…
R: Fue un milagro. Soy muy amigo de Quique Llobell, que es un maestro internacional y valenciano, y que además es una persona siempre dispuesta a acoger a cualquier ajedrecista que necesite ayuda. En aquellos momentos él tenía alojados en su casa a Ana y Maritza Muzychuk, ambas grandes maestras ucranianas y ex campeonas mundiales.
Se me ocurrió montar un evento de esta naturaleza que permitiese recaudar fondos más allá de lo que son aportaciones pequeñas. Conseguimos la cesión gratuita por parte del Ayuntamiento del Mercado de Colón y echamos mano de contactos para conseguir que Ricard Camarena también gratuitamente organizase una cena para todos los que habían patrocinado el evento y habían contribuido con sus donaciones.
La verdad es que fue espectacular y para acompañarlo también hicimos una exhibición de simultáneas, que son las partidas en las que alguien de una gran capacidad juega al mismo tiempo contra muchos. En este caso concreto, cada una de las hermanas jugó contra 25 personas, lo cual es un empeño bastante importante.
Fue una jornada lúdica donde practicamos el juego y muchísimos empresarios de primera fila demostraron su solidaridad con este proyecto, que además tuvo una versión gastronómica importante. El ajedrez y la gastronomía no han estado nunca muy alejadas. De hecho, el el café más simbólico del mundo del ajedrez era el Café del Príncipe en París, donde se reunían los mejores maestros desde el siglo XIX.
Ucrania es en el tema del ajedrez un país increíble con más de 50 grandes maestros. Nosotros en estos momentos tenemos dos. Es un país que cuenta con 14 campeones mundiales. Nosotros no tenemos ninguno. Es un sitio donde a las mujeres cuando se les hace la dote, se les da un tablero de ajedrez, y por eso tienen tantísimas grandes maestros de primera fila.
P: ¿Tiene nuevos proyectos en mente, tanto en el mundo económico como en el mundo ajedrecístico? ¿Se plantea seguir participando en torneos y en el mundo de la empresa familiar?
R: Podría estar jubilado hace cuatro años. El hecho que esté aún aquí y muy a gusto significa que tengo ilusión por hacer cosas. Ahora acabamos de registrar una aplicación informática muy bonita para gestionar el conocimiento y promover acuerdos de cooperación entre empresas. Estamos activos en el ámbito académico.
Además, estoy preparando un libro sobre ajedrez y estrategia de empresa con dos versiones. Una primera versión que pretende ayudar a los directivos y empresarios a tomar decisiones aprovechando el conocimiento que el ajedrez nos brinda. Y otra al revés, aprovechando mejor lo que la estrategia nos ha enseñado para que los jugadores de ajedrez sepan tomar mejores decisiones, o sea, favoreciendo el flujo de ideas entre los dos aspectos.
Estamos también promoviendo, con un gran grupo de enseñanza valenciano, un programa muy importante para constituir el ajedrez como una de sus señas de identidad en su modelo educativo. No solo buscamos que los jóvenes den unas cuantas clases por la tarde, sino que realmente el proyecto se engarce a nivel curricular y extracurricular e incluso a nivel de desarrollo de habilidades por parte de sus profesores de una manera completa.