VALÈNCIA. La presidenta de la Autoridad Portuaria de Valencia (APV), Mar Chao, dejó claro este martes cuál va a ser la "nueva política comunicativa del Puerto de Valencia": "A partir de ahora no va a haber ruedas de prensa". Paso atrás en la transparencia.
La flamante presidenta anunció el fin de las ruedas de prensa en una rueda de prensa convocada por la APV en el recinto portuario en la que se negó a contestar las preguntas de los periodistas sobre el consejo de administración que acababa de presidir, excepto en uno de los punto tratados, relativo a un acuerdo con el Ayuntamiento de València sobre La Marina. Para ello, compareció también la alcaldesa y consejera del Puerto María José Catalá, quien sí respondió a todas las preguntas.
Tras acabar la alcaldesa, cuando los periodistas se interesaron por la ampliación del Puerto, Chao cerró la 'paraeta': "La alcaldesa tiene un acto, así que por no faltar el respeto, esta rueda de prensa vamos a limitarla a lo que les he comentado y no voy a abordar otros temas". Circulen.
En lo que supone una falta de respeto al trabajo de los periodistas allí convocados, Chao no solo no respondió a preguntas, sino que no informó de cuestiones tan relevantes como el nombramiento de un nuevo director general de la APV o el aumento en 118 millones de euros del presupuesto de la inversión pública en la ampliación norte el Puerto de Valencia.
En contra de lo que era habitual con su predecesor, Aurelio Martínez, los periodistas no disponían del orden del día de la sesión. Se enteraron de las novedades al llegar a sus redacciones y revisar la bandeja de entrada de sus correos electrónicos. Porque, eso sí, informarán de lo que consideren oportuno mediante notas de prensa. Y de lo que no consideren oportuno, pues no. No hay más preguntas.
Por si la burla fuera poca, las explicaciones de Mar Chao sonaron a recochineo: afirmó que la presidenta -ella misma- tiene "mucho que hacer y está centrada en lo que debe estar". Una respuesta que no habría sonado extraña hace 30 años, cuando el mundo de los negocios era todo opacidad, pero que es impropia de una primera ejecutiva del siglo XXI. Y más si dirige una empresa pública que toma decisiones que afectan a toda la ciudad y a la economía valenciana y que, entre otros marrones de interés, tiene al anterior consejo de administración desfilando por el juzgado debido a una querella de una empresa y ha tenido, hasta hace una semana, a una persona ocho años sentada en el consejo de forma ilegal, sin que a esta hora conozcamos, porque no se lo hemos podido preguntar, las posibles repercusiones jurídicas del empastre.
Entendemos que no le apetezca responder, pero quizás le consuele saber que los periodistas tampoco necesitamos que comparezca ella, si está tan ocupada en tareas más nobles. Puede delegar en otro consejero o en el director general. Los periodistas no queremos caras, queremos respuestas. Y tampoco queremos que nos hagan perder nuestro tiempo, que no vale menos que el suyo.