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esta noche, en la sala 16 toneladas

Chavalan se presentan mezclando experiencia en la escena y experimentación en el sonido

17/01/2020 - 

VALÈNCIA. La primera canción si titula Hola Mal. Y de repente, dos bajos conversan y hacen que la música suene algo densa. Unos segundos más tarde se oye la voz de Jose Guerrero, y al fijarse también en la batería de Marcos Junquera, el sonido se vuelve de repente algo extraño, ligero. divertido, pegadizo; y denso, complejo, inestable. Es solo el principio de Un aire visible, el debut de Chavalan que presentan este mismo viernes 17 en la sala 16 Toneladas junto a Cigüeña y Ugatz.

Guerrero y Junquera pusieron -hace ahora casi dos años- fin a Betunizer, un proyecto que acabó siendo de culto y que trascendió las fronteras de la escena local. Jussi Folch, el bajo que faltaba por nombrar y tercera pata de esta nueva banda, también es bien conocido por su paso por múltiples escenarios de València con bandas como Aullido Atómico. Pero esto no es un supergrupo, se trata de algo mucho menos pomposo: "llamarnos supergrupo a lo mejor es demasiado", cree Folch. "Hay referencias que compartirmos y otras que no. Yo nunca había tocado con los dos, pero ellos llevan años juntos, así que tenían un bagaje importante. Al final todo el proceso ha sido muy experimental: a mí me recordaba a cuando de pequeños improvisábamos los colegas de toda la vida y yo en el local de ensayo y estábamos horas haciendo algo que nadie que no fuera el que estuviera tocando lo podía disfrutar. Con el tiempo vas puliendo la técnica y sale esto", añade.

Chavalan nace hace poco menos de un año con una formación experimental: sin guitarras, el sonido lo tienen que construir con dos bajos, una batería y las voces. Lo hacen buscando un sonido nuevo desde el local de ensayo, y sin trabajo publicado, salen a una gira de una quincena de conciertos para "encontrar su sonido": la nueva formación de dos bajos y una batería significaba tener un discurso más horizontal, un diálogo entre bajos que tenía que encajar. Eso significa que el sonido era más complejo,y por tanto más difícil que en un directo sonara bien, así que necesitábamos salir a tocar, y de paso nos presentamos en sociedad", comenta el miembro de banda.

De todo esto surge Un aire visible, un debut que suena directamente a confirmación. El disco suena genuino pero se mantiene familiar al oyente de los distintos grupos de los que proceden los miembros de la banda. Que suene bien un primer trabajo de una formación nueva ha ayudado mucho la mano de Santi García, productor habitual de Betunizer. En palabras de Folch, que era la primera vez que trabajaba con él, García "le metió mucha mano porque nosotros no le dimos instrucciones y él tenía todo muy claro". "Santi graba muy bien los bajos porque les da mucho brillo. Dejó mucho espacio a la voz y a las percusión. Nos llevó a los Estudios Ultramarinos en Vilafranca del Penedés y grabó la batería en una habitación gigante llena de micros. Y así suena la batería", comenta admirado el bajista. Aunque la gira aclaró ciertamente el sonido, el disco y tal y como suena Chavalan ahora mismo se ha construido también durante la grabación de este trabajo.

Un aire visible acaba siendo un disco que respira bien ("si los bajos se combinan bien no tiene porque sonar pesado"), con canciones muy rítmícas y "muy viscerales". El directo hará gala de ello: "aunque el disco suena bastante directo, no es el propio directo. La intensidad del disco adquiere algo nuevo en directo que se tiene que sentir. Como no teníamos un sonido preconcebido, al salir de gira por primera vez nos preguntábamos hasta como se bailaba esta música. Lo que es seguro es que se puede bailar, no hace falta venirse con las letras aprendidas".

El disco lo edita Marcarpone, el sello de Jose Guerrero, y la pregunta es inevitable: tras el año en el que, por ejemplo, Flexi Discos ha tenido que cerrar, ¿València tiene sitio para la escena? "Ahora ya nadie apuesta por nada que no sea seguro. No importan tu bagaje sino tus seguidores. Nosotros tenemos muy claro que no queremos participar de la industria y que esta tampoco está buscando grupos para nosotros. La escena se nutre de mucha gente que no trabaja profesionalmente, y aporta su granito de arena tres chicas que se montan un grupo en la universidad para pasárselo bien un par de años", reflexiona Jussi Folch. Y añade: "En València no hay tanta demanda bandas como la nuestra y eso nos obliga a girar, que está genial para probar tu sonido en otras partes y conocer a otras bandas. Supongo que sí habrá ese sitio para otro tipo de bandas". Por ahora, tras haber presentado Un aire visible en Barcelona, esta noche Chavalan juega en casa. Después, empezará en Madrid una gira con otras 14 fechas.

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