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tribuna de opinión

China está ralentizándose, no fundiéndose

El director de mercados asiáticos y emergentes de BNY Mellon no duda de que el gigante chino no atraviesa por una delicada salud económica sino al contrario

11/02/2016 - 

MADRID. Aunque la economía china está atravesando un proceso de ralentización estructural, creemos que no sería correcto traducirlo en una hipótesis para una inminente 'desaceleración brusca', ya que los legisladores todavía cuentan con una importante flexibilidad para apoyar el crecimiento. Los tipos de interés continúan estando muy por encima de cero, en el 4,35%, lo que deja un amplio margen para los recortes en una situación completamente diferente a la del mundo desarrollado.

Aunque existe cierta preocupación acerca de que los nuevos recortes de tipos solo vayan a servir para incrementar la presión sobre la moneda, la extrema solidez de las reservas de divisas de China, con 3,3 billones de dólares, resulta suficiente para poder defender durante mucho más tiempo el nuevo régimen de flotación dirigida del país. Entretanto también se puede reducir de manera significativa el elevado coeficiente de reservas obligatorias para compensar la menor liquidez doméstica derivada de las salidas de capitales.

A pesar de que el crecimiento económico de China, en su conjunto, se está ralentizando, el menor crecimiento del PIB global no ha hecho desaparecer algunas oportunidades atractivas de inversión en áreas de crecimiento estructural que no están vinculadas al crecimiento económico. Entre estas oportunidades encontramos inversiones dentro de los sectores dirigidos al consumo y a los servicios, como pueden ser empresas de salud, comercio electrónico o Internet, tales son los casos de China Biologic Partners, Baidu y TAL Education.

Los temores alrededor de la depreciación del renminbi (yuan) chino tienen algo de creíbles habida cuenta de su apreciación en los últimos años, ponderada en función de los mercados, y a ello no ha contribuido tampoco, por desgracia, la mala comunicación del banco central. No obstante, el sólido balance por cuenta corriente, los incrementos permanentes en las cuotas de mercado de las exportaciones internacionales y el deseo de hacer crecer el consumo son todos ellos factores que insinúan una depreciación tan solo limitada.

A diferencia de otros países asiáticos, que temen una debilidad aún mayor de las divisas, mi previsión es que para el próximo ejercicio se permita una depreciación del renminbi (yuan) de hasta el 5% en relación al dólar, al mismo tiempo que el Banco Popular de China incrementa de manera progresiva el papel de los mercados en la determinación del tipo de cambio. Asimismo, la aplicación reforzada de los controles de capitales existentes debería contribuir también a limitar el avance de las salidas, mientras que se debería estar cercar de concretar la reversión de las operaciones largas de carry trade con el renminbi.

A pesar de la última intervención en el mercado chino a través de interruptores de circuito, que consideramos infundada, esperamos que las autoridades chinas puedan estabilizar en cierta medida el crecimiento. La agenda de reformas que persiguen los líderes chinos presta especial atención a acabar con la corrupción y a mejorar la rentabilidad de las empresas públicas, asignándole un mayor protagonismo al sector privado. En último término, estas medidas deberían traducirse en una mayor calidad del crecimiento, aunque se aminore su ritmo.

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Rob Marshall-Lee es director de mercados asiáticos y emergentes en Newton, parte de BNY Mellon

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