Es grande la ración, pero siempre quiero repetir
Cualquier plato de Yarza merece colarse en el plato de la semana. Desde esa croqueta líquida de ave que te sirve como aperitivo, pasando por las kokotxas o su espectacular cap i pota. Esta vez, le toco el turno a este plato que te lleva al norte (siempre hay que pedir chipis cuando uno viaja a San Sebastián) y que esconde esos tres mandamientos que planean en la cocina de Manu: origen, producto y guiso. El plato, que suele pedirse para el centro, saca mi lado más egoísta. Lo quiero todo para mí y miro a mis compañeros con suspicacia para que no se pasen con su trozo. A la próxima, no comparto.