VALÈNCIA. Jose María Chiquillo, presidente internacional del programa Unesco Rutas de la Seda y Focal Point de España, intervino este sábado como integrante del encuentro de expertos del IV Festival de Textiles Tradicionales 'Atlas Bayrami', celebrado en Margilan (Región de Fergana, Uzbekistán), con la ponencia 'Valencia en la Ruta de la Seda'.
Chiquillo ha reivindicado el legado histórico, el protagonismo y el papel de València, subrayando que la ciudad "es el faro en el Mediterráneo occidental de la Ruta de la Seda". Y lo ha hecho en el panel dedicado a 'las Rutas de la Seda como fenómeno de global interacción cultural entre Oriente y Occidente', en el que también participaron representantes de ciudades de China, Francia, Kazajstán, Kyrgystán, Mongolia, Rusia, Tajikistán y Uzbekistán.
Chiquillo ha resaltado en su ponencia tres hechos respecto al legado histórico de la seda en València como seña de identidad.
“La producción de seda llegó con los musulmanes y la ciudad se convirtió en un centro de exportación de seda desde Granada hasta el norte de Italia en el siglo XIV, un enlace desde la ruta de la seda occidental con el Mediterráneo oriental: Palestina o el Líbano actual. Gracias a la conexión entre Valencia y Génova, nuestra ciudad mejoró su industria de la seda tecnológicamente y su producción, que se convirtió en la principal actividad de comercio de la ciudad. En 1479, se fundó el Gremio de Velluters, un nombre que proviene de la palabra italiana velluto y se refiere a la importancia dela fabricación de terciopelo en València”.
Además, ha destacado "dos joyas" de la seda en València como la Lonja y el Colegio del Arte Mayor en la Seda.
Chiquillo ha explicado que en el siglo XVI, València se convirtió en el principal proveedor de fibra de seda en España y un siglo más tarde reemplazó a Toledo y se convirtió en el principal centro de producción de seda. De hecho, en 1686, el Rey Carlos II otorgó el privilegio al Gremio Velluters. Esto sentó las bases para su expansión convirtiéndose en el siglo XVIII el período de máximo esplendor de las manufacturas de seda valencianas, tejidos de todo tipo, terciopelos, damascos y brocados con motivos de gran naturalismo floral tejidos con oro y plata.
Aunque la fabricación textil sufrió una crisis desde el comienzo del siglo XIX, de manera similar, esta industria continúa en los días presentes fabricando especímenes en telares manuales que recuerdan el estilo antiguo de estos productos. Telas de seda que en la mayoría de los casos están destinadas a la confección de trajes regionales e indumentaria tradicional que podemos admirar en las fiestas de la Comunidad Valenciana.
En su ponencia ha explicado que "la fabricación de seda, aunque en menor medida que en el pasado, todavía existe, gracias a la indumentaria tradicional utilizada en nuestra fiesta más internacional: Las Fallas, declaradas Patrimonio Cultural Inmaterial por UNESCO en 2016".
"València debe proyectar su potencial turístico a nivel internacional; poniendo en valor su patrimonio histórico y artístico, sus fiestas, cultura y tradiciones, con la fiesta de las Fallas como espacio cultural único, su entorno natural, su posición geoestratégica, como fortalezas y las mejores tarjetas de presentación de una región emprendedora, próspera y solidaria", ha destacado.
El presidente internacional del programa Unesco Rutas de la Seda y Focal Point de España ha concretado que la ciudad lidera hoy una propuesta de posicionar la ruta de la seda como una red de ciudades y destinos reconocidos internacionalmente proyectando una marca de calidad en clave turística, cultural, de patrimonio cultural, de diálogo y desarrollo sostenible. Se trata de "un proyecto estratégico de presente y de futuro, para que Valencia se convierta en el faro del Mediterráneo occidental
de la Ruta de la Seda”.