piscinas como la de la petxina o la de la upv son las principales sustitutas

El cierre de las piscinas de Ayora y Abastos provoca quejas vecinales y más afluencia en otros centros

4/04/2022 - 

VALÈNCIA. Con el cierre temporal de las piscinas de Ayora y Abastos anunciado el pasado 12 de marzo por la empresa que las gestiona, Supera, los aficionados a la natación que frecuentaban ambas instalaciones han encontrado en polideportivos como el de la Petxina, el de El Carme o el de la Universidad Politécnica de Valencia sustitutos donde poder practicar su deporte.

Este éxodo en el mundo de la natación amateur responde al tapón en las concesiones deportivas que el Ayuntamiento se comprometió a eliminar. Un tapón que, en el caso de las piscinas cedidas a Supera, terminó por ser uno de los desencadenantes, junto al requerimiento energético, del parón indefinido de la actividad. 

"Si no tienen la certeza de que les va a ir a ellos (una hipotética renovación de la concesión), y con un concurso no la pueden tener, se limitan al mantenimiento justo sin hacer la inversión que harían si supieran que seguirían gestionándola para los próximos 10 o 12 años". Así explica Pepe Martí, presidente de la Asociación de Vecinos de Abastos, cómo vivía la gerencia de la piscina - con la que tiene "buena relación" - el panorama actual tras tener la concesión prorrogada durante varios años.

Tanto esta asociación vecinal como la de Marítimo-Ayora ya están recogiendo firmas - trasladadas al Ayuntamiento, de quien están "esperando respuesta todavía - y reciben con asiduidad a vecinos disconformes con el escenario actual. De hecho, desde ambas afirmaron que los socios tampoco acuden a los respectivos gimnasios de los centros,  ya que, aun estando abiertos, se espera que el servicio "decaiga" al ser sufragado por menos gente.

Por el momento, y a la espera de que salga y se resuelva el concurso de urgencia que adelantó este diario, los diferentes trabajadores de la Petxina, El Carme y la UPV con los que pudo hablar Valencia Plaza coinciden en que se nota una mayor afluencia de público, aunque, en ningún caso, parece que vaya a a sobrecargar las capacidades de los tres centros. No al menos "a corto plazo".

A la UPV acuden quienes eran habituales de la piscina de Ayora. Desde la recepción contaron que muchos de ellos acuden para continuar las clases de aquagym que les impartían antes del cierre. No obstante, les es imposible dado que la piscina universitaria es olímpica y los nadadores "no hacen pie". Por lo pronto, los nuevos usuarios están optando por bonos de nado individual en su mayoría.

Todo lo contrario sucede en la Petxina y la piscina de El Carme, los principales centros que acogen a los nadadores de Abastos, donde se están registrando nuevas suscripciones mensuales. En el caso de la de El Carme, los recepcionistas recomendaron a los nuevos interesados en las dos últimas semanas de marzo - un 10% del número de abonados ordinarios - que esperasen a abril para abonarse dado que el pago se realiza por mes natural.

A la espera de la Fundación Deportiva Municipal

Este aumento en el número de usuarios de las piscinas próximas a Abastos y Ayora se suma a las dificultades económicas aparecidas recientemente con la crisis energética. Vicente Salvador, gerente de la piscina de La Petxina, "espera" poder reunirse pronto con la Fundación Deportiva Municipal y el resto de gerencias para ahondar en estos temas.

Según contó a este medio, el objetivo sería poder contar con ayudas desde la Fundación para que las piscinas sobrelleven la situación que vienen arrastrando desde 2020 con el inicio de una pandemia que ya de por sí afectó a la natación, pues "la gente prefiere ahora hacer deporte de exterior" porque, entre otras cosas, "es más económico".

"Hay mucha gente que viene a nadar recetado por un médico, sea por problemas físicos o mentales. Tenemos que intentar que una actividad tan beneficiosa no desaparezca", concluyó el gerente.








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