Cine

DE SIL MARES Y PABLO CAÑELLAS

‘AA mama rrachos’: el cortometraje valenciano que le llora a mamá

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VALÈNCIA. Mi mamá me mima, pero me quiere fuera de casa. No lo dice, pero quiere que me independice y, a decir verdad, a mí también me gustaría. ¿Pero dónde se puede mudar uno en una ciudad acechada por los turistas y los fondos buitre?, ¿y con un sueldo de funambulista a media jornada? Ante estas incongruencias de la vida adulta y apresurada se plantan los cineastas Pablo Cañellas y Sil Mares que el 21 y 26 de junio llegan a La Filmoteca con su cortometraje AA mama rrachos, que forma parte del programa de esta edición de Cinema Jove. En este generar una historia trágica que se encuentra con el humor para hablar de dos jóvenes -interpretados por ellos mismos- que se mudan para dejar de vivir en casa de su madre. Lo hacen con cero idea de la vida adulta pero con mucho arte para el engaño, ya que le van enviando a su “AA Mamá” vídeos y fotos de como amueblan su hogar, mientras hacen planos imposibles ara que no se vea el cielo. 

Este trabajo, tal y como lo comprende Mares, nace de la cohesión de los mundos creativos de ambos y de la desesperación que vivieron cuando se plantearon dejar de vivir en casa de sus padres mientras estaban intentando sacarse una carrera para trabajar en cine: “Hablamos de la precariedad desde una manera divertida para abordarlo, los personajes intentan madurar a mucha velocidad. Ellos crean ahí su propia realidad y la ilusión de que están en una casa mientras juegan con la mentira”. Este relato se va tintando de color también gracias a las ilustraciones de La Gata Tuerta que dibuja sobre la pantalla partida en la que se ve lo que pasa de verdad su nuevo espacio y lo que los “niños” le envían a su madre. 

 

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“Jugamos con la doble narrativa y las diferentes realidades que están construyendo. Estéticamente se genera un discurso en el que vemos lo que se envía a su madre y lo que están viviendo mientras se va desmontando su realidad”, explica Mares, quien apunta también que todo este sentido del relato se les fue revelando principalmente en el proceso de montaje. Ahí fue donde vieron claras “la historia y las intenciones” mientras jugaban con el material que tenían que resultar en un cortometraje tan actual como divertido. Respecto a su sentido de actualidad Cañellas considera que cuando empezaron a trabajar en AA mama rrachos ya había una “evidencia de que la vivienda sería una de las grandes preocupaciones de su generación”. Jugando con el tono parodia los protagonistas buscan un espacio en el que ser ellos mismos, una independencia emocional que va más allá de la independencia física de un espacio.

 

“El juego del corto está en esa idea de aparentar y fingir que estamos mejor de lo que parece. Los protagonistas no están en una posición vital en la que puedan elegir donde se van a vivir y al final van a terminar de vuelta con su madre”, explica el codirector y actor de AA mama rrachos. Tristemente comprende que la historia del cortometraje es de completa actualidad, viendo el panorama en el que está sumido València viendo que la historia que ellos se planteaban como una “catarsis” ahora vive en una realidad diferente: “Con todo lo que ha pasado este último año en València el corto se presenta en una nueva realidad, aunque considero que el cine te hace entender cómo las historias cambian dependiendo del contexto y desde donde son contadas”. Con todo esto los “mamarrachos” le lloran a Mamá por teléfono con un llanto muy silencioso, tapando el cielo que se ve en sus vídeos y dibujando sobre su nevera de papel todas las frutas y verduras que comprarían si tuvieran dinero.

 

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