VALÈNCIA. El retraso en la convocatoria de ayudas a festivales de cine del Institut Valencià de Cultura, que a estas alturas del año aún no se han publicado siquiera, se ha llevado por delante su primera víctima: la Muestra Internacional de Cine Educativo (MICE) de 2025 suspende su edición en València, la que ha sido su sede principal durante más de una década, según ha avanzado El Botxí y ha confirmado oficialmente este diario.

Aunque la iniciativa sí contaba con el apoyo económico del Ayuntamiento de València, que prácticamente se repartía el apoyo institucional a medias con la ayuda del IVC, el festival no ha querido presupuestar y adelantar un dinero con el que no sabe si va a contar porque ni siquiera se han publicado las bases reguladoras, ni los baremos, ni la dotación presupuestaria que tendrá la línea de subvenciones. 

A pesar de la cancelación en la que ha sido la cuna del festival, la MICE se ha expandido a otras localizaciones como Madrid, Cuba, o México y ahí sí seguirán este año. De hecho, Madrid se convierte ahora en la sede principal del festival.

Josep Arbiol, director del festival, confiesa en conversación con este diario que ha tenido que “adelantar fondos en varias ocasiones, incluso llegando a hipotecarme”, con la expectativa de recuperarlos en un plazo de 5 a 6 meses. Ayer mismo otro festival, Russafa Escènica, recordaba en su rueda de prensa de presentación que el 47% de su presupuesto está sujeto a una convocatoria aún no resuelta, también del IVC; aunque en este caso, la iniciativa ha querido salir adelante a pesar de la incertidumbre de la situación.

La MICE ha decidido “suspender” su edición de 2025 pero Arbiol mantiene que “el festival no quiere morir en la ciudad que lo ha visto nacer”. En este sentido, a pesar de que “con todo lo que se ha profesionalizado y expandido, València ha sido casi el lugar en el que menos se nos ha reconocido”, el director quiere parar, repensar el festival y no descarta que vuelva en un futuro.

En este sentido, Arbiol plantea como una posible solución unificar el festival con otro grande y que la MICE se convierta en una sección o programa dentro de una estructura más general. Y es que la falta de patrocinio privado, especialmente en el ámbito del cine infantil, se presenta como un obstáculo adicional para la sostenibilidad a largo plazo, tal y como apunta el propio director.