VALÈNCIA. Un fatídico 29 de octubre de octubre la Dana arrasó con todo a su paso en la ciudad de València. La imagen desoladora de la ciudad dio lugar a un sentimiento extraño y amargo de unión en la desgracia, de “germanor” y de apoyo mutuo entre las personas afectadas y las que desde la ciudad cruzaban el Puente de la Solidaridad para ir a ayudar. Entre tanto barro había un halo de esperanza que aseguraba un lugar mejor y, entre lo peor que le podría haber pasado a València, empezaron a surgir proyectos que intentaban ayudar a los afectados por esta tragedia.
Tan solo una semana después de la inundación la Universitat de València lanzó una carta abierta a las familias afectadas con una promesa: rescatar los álbumes familiares dañados por el barro con el trabajo de restauradores y voluntarios bajo el lema Salvem les fotos. Este próximo 19 de junio parte de este proyecto toma forma a través del audiovisual gracias a Las capas de la memoria, el resultado de un taller de creación desarrollado con los materiales gráficos rescatados gracias al programa de Salvem les fotos y con la colaboración de la Academia de Cine.

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- Imagen cedida por la UV
Para ello el Campus de Verano de la Academia de Cine -una iniciativa de la Academia en colaboración con Netflix y el Ayuntamiento de València- lanzó una actividad abierta para estudiantes de Comunicación Audiovisual, Sociología, Periodismo e Historia del Arte en el que llamaba a dieciocho alumnos de la Universitat de València (UV) a participar en un taller guiado por los directores y profesionales Nuria Giménez, Sergio Oksman y Víctor Serna para generar algunas cápsulas “documentales” a partir de materiales gráficos de familias que cedieron sus álbumes al proyecto Salvem les fotos.
Para la coordinadora del Campus, Inés Enciso, se trata de una actividad clave para generar un espacio de reflexión sobre lo sucedido en València: “Queremos visibilizar estos relatos y hablar de lo sucedido tras la Dana. Pensando en cómo podíamos poner este relato en el centro llegamos a Salvem les fotos y se nos ocurrió la idea de generar un documental que juega a ficcionar qué podría haber sucedido con estas fotos”, explica la gestora cultural. Con este “experimento” buscaban plantear a los alumnos una forma de generar un documental que juegue con la idea de crear “nuevos mundos y nuevas realidades” tirando del hilo de las fotografías de las familias dentro del programa de Salvem les fotos.
Una propuesta que se hace, como no puede ser de otra manera, con las personas implicadas en el proceso de recuperar las fotografías dañadas: “Es clave adentrarse en los álbumes de la mano de los restauradores porque son quienes han estado en contacto con este material tan sensible y quienes pueden ayudar a comprender la realidad de la familia”. Así, y dividiendo el trabajo entre los jóvenes “cineastas” se pretende generar varias piezas audiovisuales que devuelvan el “alma” a las fotografías arrasadas tras la Dana. Trabajando con la memoria y con sus imágenes los alumnos son quienes encuentran entre lo documental y con trazas de ficción historias sobre las familias con las que generar un nuevo tipo de “cine”.

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- Foto: VICTOR SERNA - CORTESÍA DE LA ACADEMIA DE CINE
Desde el laboratorio la directora de Patrimonio de la UV, María Luisa Vázquez de Ágredos Pascual, considera que esta propuesta es clave para contar parte de la historia de las casi mil familias que han acudido a ellos tras la Dana: “Este proyecto ayuda a visibilizar el volumen de trabajo que hemos recibido durante meses y nuestra colaboración ayuda a que se generen esas cápsulas audiovisuales que buscan narrar las historias de un material que llegó dañado y ahora se está recuperando”. Un trabajo que hacen también con las familias que se ceden a contar sus relatos.
“Llevamos meses vinculados con las familias afectadas, la Academia es la que junto a los estudiantes dialogaron con algunas de las familias que se han prestado a formar parte del proyecto”, explica María Luisa que tuvo claro desde el principio darle el sí a este proyecto coordinado por la UV y la Academia de Cine en el que también forman parte los profesionales del Aula de Cine (UV) y el Área de Patrimonio (UV). En el proceso de preselección de las imágenes para contar el relato de las familias afectadas explica que se centraron, desde patrimonio, en intentar ver cómo se puede contar la vulnerabilidad desde todos sus aspectos.

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- Foto: VICTOR SERNA - CORTESÍA DE LA ACADEMIA DE CINE
“Nos centramos en dar voz a las historias que nos ayudan a ver la vulnerabilidad comprendida en todas sus formas: social, económica, cultural… atendemos a familias de todo tipo pero entre sus fotografías hay historias de vidas donde hay belleza y vulnerabilidad que hay que tratar con cariño y cuidado”, explica María Luisa. Una “vulnerabilidad” que para la directora Nuria Giménez debe retratarse con cariño y respeto porque se está trabajando con “los recuerdos de miles de personas”: “Trabajamos con material muy sensible, con pedazos de vida e identidad de las personas. Lo hablamos con un relato con mucha sensibilidad y honestidad”.
Para ello forman a los alumnos en comprender cómo estas historias hablan de una colectividad y de la historia de València y de todas las miradas de familias que han vivido la Dana en primera persona. “La idea es que los grupos generen piezas sensibles, poéticas y artísticas sobre las historias de las familias. Hablamos de imágenes que añaden una nueva capa de memoria al relato de una ciudad entera”. Con todo esto busca que este ejercicio con las fotografías de las personas afectadas ayuden a visibilizar el relato de una ciudad que se vio unida en la tragedia y que poco a poco vislumbra la luz, en este caso a través del papel de celuloide.

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- Imagen cedida por la UV