VALÈNCIA. En un paseo de una playa de Bristol, un anciano encorvado y jovial camina trabajosamente con su tacatá y una cámara de fotos colgada al cuello. De vez en cuando se para y toma imágenes sin grandes aspavientos. A veces pide permiso para recoger algún detalle de la indumentaria, otras, las más, simplemente, dispara. Nadie sospecha que ese señor curioso, de aire afable, es uno de los fotógrafos documentales más importantes de nuestro tiempo, Martin Parr (Epsom, Reino Unido, 1952). Con esta secuencia arranca un largometraje con el que la plataforma Filmin inaugura este próximo 21 de febrero un ciclo de documentales englobados bajo el título Filmin Photo.
Lee Shulman dirige Yo soy Martin Parr, un viaje al corazón y la mente traviesa de un artista que ha revolucionado la fotografía contemporánea con sus sujetos de estudio, sus encuadres, su ironía y su paleta cromática. Desde los años setenta, el controvertido artista ha elevado frente a la sociedad un espejo que combina la ternura y el humanismo con la crítica a la manera en la que el consumismo ha moldeado nuestras vidas.
- ¿Qué es lo que le atrae tanto de las playas?
- En primer lugar, porque de niño nunca me llevaron a una, así que estoy recuperando el tiempo perdido de mi infancia. Y en segundo, porque se supone que las playas y los resort son muy coloridos y alegres, pero a menudo no es así. Siempre me he sentido atraído por esa contradicción.

- -
- Lee Shulman
- La afición de sus padres al avistamiento de aves tuvo mucha influencia en su afición a la fotografía. ¿Alguna vez se ha interesado por retratar la naturaleza?
- He fotografiado a avistadores. Observo a las personas como mi padre observaba a los pájaros.
- Usted fue un pionero en el retrato del turismo de masas, la comida basura, la superficialidad y el clasismo. ¿Qué le llevó a interesarse por esos temas?
- Imagino que me di cuenta de que la búsqueda del placer en el mundo occidental iba a ser un asunto importante. De qué manera elegimos pasar nuestro tiempo, por qué nos decantamos para comer, beber y vestir han sido el eje central de mi trabajo durante la mayor parte de mi carrera. Y cuanto más ahondaba en esos temas, más estaba convencido de que estaba haciendo lo debido.
- Sin embargo, arrancó su carrera en blanco y negro con una fotografía más reflexiva y seria, donde ponía el foco en comunidades agrarias. ¿Qué le hizo cambiar al color?
- La fotografía en blanco y negro era una celebración de una comunidad concreta de una ciudad del norte de Inglaterra y de Irlanda cuando me instalé después dos años allí. En cambio, mi fotografía en color surgió como una crítica a la sociedad. Cuando pasé al color ya nunca volví al banco y negro. ¿Para qué iba a hacerlo? Ya le dediqué 15 años de mi vida.

- -
- Martin Parr/ Magnum Photos
- Otro punto de inflexión fue cambiar de escenario, viajar fuera de su país para proseguir sus series fotográficas. ¿Cómo ha sido capaz de mantener la flema inglesa en sus retratos de gentes y culturas que le eran ajenas?
- Porque la gente me resulta muy entretenida.He estado buscando los mismos temas en otros países, como Rusia, Brasil y Estados Unidos. Soy monotemático: los seres humanos me parecen muy divertidos e interesantes y quiero captarlos en mis fotos.
- A pesar de su estatura y de empuñar una cámara, suele pasar desapercibido, consigue retratos muy íntimos sin intimidar. ¿Cómo consigue esa proximidad?
- Tengo una lente macro y una cámara de retratos que me permiten tomar detalles. Si es el caso, se lo digo a la gente, les pregunto si puedo fotografiar sus orejas, sus joyas.... Suelen contestarme que sí. Si me preguntan por qué razón, les contesto que estoy haciendo un proyecto en la ciudad donde este y no me ponen pegas. Además, hace unos 20 años aparecieron los teléfonos inteligentes y esa nueva tecnología ha sido una gran influencia y una parte relevante y que me ha facilitado el trabajo.
- ¿De qué manera han cambiado las redes sociales el trabajo en su sector?
- Las redes sociales han abierto muchas posibilidades a otros fotógrafos. Instagram es un mecanismo muy democrático. Nosotros tenemos un perfil con muchos seguidores y eso me permite informar a la gente de que publico un nuevo libro, que con suerte la gente comprará, o de que inauguro una nueva exposición, que con idéntica suerte quizás se desplace para visitarla. Y si eres un fotógrafo que está empezando y ha hecho buenas fotos, automáticamente vas a conseguir seguidores. Puedes seguirme en martinparrstudio y en martinparrfoundation.

- -
- Martin Parr/ Magnum Photos
- ¿Qué porcentaje de tiempo dedica a la fundación respecto a la fotografía?
- No sé decirte. Paso mucho tiempo allí porque es donde edito, realizo mi investigación, monto exposiciones, tengo encuentros... A través de la fundación trato de ayudar a las nuevas generaciones comprando, apoyando y brindándoles una plataforma a otros fotógrafos documentalistas británicos.
- Es miembro de la Agencia Magnum desde 1994 y la presidió de 2013 a 2017, sin embargo, en sus inicios, muchos de sus miembros lo vetaron. ¿Cómo describiría esa paradoja?
- Mi trabajo siempre ha sido controvertido, pero de ese debate también nace la revolución. Con el tiempo, Magnum se abrió a otro tipo de fotografía, y ese ensanchamiento en su visión ha terminado siendo bueno para lo organización.
- ¿Echa de menos la fotografía analógica y el revelado?
- Los he dejado atrás. No voy a volver a eso. La fotografía digital me ha dado más opciones para retratar cosas diferentes de manera distinta, especialmente las escenas nocturnas. La calidad del iPhone, por ejemplo es fantástica. Por contra, nunca uso filtros.
- ¿Cómo acabó practicando fotografía de moda?
- En 1999 estuve en contacto con una revista italiana llamada Amica. Me preguntaron si quería ir a Rimini y acepté. En aquella sesión hice encajar a las modelos entre la gente de la costa adriática, así que pasaron a formar parte de la imagen de sus playas, en las tumbonas y las carpas. Desde entonces, nunca he mirado atrás, porque es un trabajo bien pagado y cada mes tengo que pagar la nómina de 11 personas. Averiguo cuál es el concepto del estilista y contribuyo.

- -
- Martin Parr/ Magnum Photos
- Lleva décadas retratando al pueblo británico y, por tanto, también la imaginería ligada a la casa real que tan presente está en sus vidas. ¿Cómo ha evolucionado ese vínculo?
- Parece que están intentando ser una familia más moderna y pegada a su tiempo. Tienen sus problemas, como cualquier familia disfuncional, pero ¿cuál no lo es? Te asombraría ver lo mucho que el pueblo inglés adora a sus royals. Durante el rodaje vimos lo patriótica que es la gente que incluso no es originaria de Reino Unido. La comunidad sij, por ejemplo, está enamorada de la monarquía. No soy fan de la realeza, pero procuran grandes eventos, como la coronación, el jubileo… Ganan mucho dinero como también las revistas, pero pagan impuestos, así que está bien. Hacen su trabajo, que es unir a la gente y todo lo que sea acercar a la gente hoy en día tiene mi respaldo.
- Antes del selfi usted ya retrataba el deseo de la gente de estar en primera línea. ¿Qué opina de esa hiperrepresentación del yo que ya anticipó?
- Mi opinión la plasmo en mis fotografías. El mundo ha cambiado, pero mi interés persiste porque la clase media ha crecido en todas partes. Todo el mundo se está haciendo muy rico y eso va a convertirse en un gran problema. Imagínate cuando toda la clase media de China empiece a querer tener coche, frigorífico, aire acondicionado… Va a someter al planeta a una grave presión. De hecho, ya está sucediendo. Viajé a Mumbai y me resultó increíble lo que está pasando allí. Estamos condenados. Ya has visto los devastadores fuegos en Los Ángeles. Todo es consecuencia del cambio climático. La cosa va a ir a peor. En 20 años, afortunadamente, estaré muerto. Me alegra estar en la pista de salida.