VALENCIA. "Si pensaban que se podían adjudicar esto por un euro, yo lucharé a muerte porque no sea así; esto no se regala". El consejero delegado de Ciudad de la Luz, Miguel Mazón, fue muy claro el pasado 26 de abril, cuando la segunda subasta impuesta por Bruselas para el complejo cinematográfico alicantino quedó desierta, lo que abocaba a la empresa pública a la liquidación pura y dura. FOTOGALERÍA DE LAS INSTALACIONES
Mazón dijo que buscaría una fórmula para liquidar la sociedad de la mejor manera posible y parece haberla encontrado. El consejo de administración de Ciudad de la Luz aprobó el lunes la liquidación y extinción de la empresa, junto a un informe que será remitido a la Comisión Europea este miércoles con el nuevo plan elaborado por Mazón. El plan tiene un objetivo claro: evitar otra subasta.
El informe da una vuelta a lo realizado desde que la Comsión Europea decidió condenar a la empresa pública a devolver las "ayudas ilegales" otorgadas por la Generalitat, 264 millones de euros. La empresa, que ya estaba en quiebra y sobrevivía por las inyecciones de capital de la Generalitat, se veía abocada a la liquidación.
Sin embargo, el Consell de Alberto Fabra pactó con Bruselas primero subastar los activos y luego liquidar la empresa, al revés de lo que marcan la Ley de Sociedades de Capital y la Ley Concursal.
La primera subasta quedó desierta, probablemente porque los interesados esperaban a la segunda, que según se pactó con Bruselas se podía adjudicar por el 10% del valor de los activos. Sin embargo, con el cambio de Gobierno en la Generalitat se paralizó esta segunda subasta y se acordó con la Comisión Europea que el mínimo sería el 50% del valor de tasación, que era de 94,4 millones. Pero esta segunda subasta también quedó desierta, ya que se presentó una sola empresa que no tenía aval.
Liquidar la empresa de acuerdo con la Ley Concursal supondría la intervención judicial, el nombramiento de un administrador concursal y la subasta de los edificios. Dado que Ciudad de la Luz sólo tiene de acreedores a la Generalitat, la Sociedad Proyectos Temáticos de la CV (SPTCV) y el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), Mazón considera que no necesita un procedimiento concursal.
La Ley de Sociedades de Capital tampoco aportaba ninguna solución, a juicio de Mazón, pero sí la ley 3/2009, sobre modificaciones estructurales de las sociedades mercantiles, que contempla la absorción de una sociedad por otra que posea el 100% de sus acciones.
En este caso, sería SPTCV, que controla todo el capital de Ciudad de la Luz, la que absorbería la empresa, es decir, integraría todos sus activos y sus pasivos. Los activos del complejo tienen un valor neto contable de unos 123 millones, superior al de la subasta porque incluyen los tres edificios que no entraron en el proceso de venta: el centro de estudios, el centro de restauración y el centro de convenciones.
La operación causaría pérdidas a SPTCV, ya que la deuda que Ciudad de la Luz tiene con ella, que sería incobrable, es muy superior, de unos 204 millones. Además, SPTCV asumiría las deudas que Ciudad de la Luz tiene con el IVF -unos 9 millones, con un interés del 12%- y con la propia Generalitat por las facturas que pagó vía FLA.
A continuación sí se procedería a la extinción de la sociedad Ciudad de la Luz, que habría evitado así un largo proceso concursal.
El propio Mazón confirmó este martes a Valencia Plaza que el acuerdo de liquidación y el informe serán enviados este mismo miércoles a la CE, donde la comisaria europea de Competencia, la danesa Margrethe Vestager, tendrá que dar el visto bueno.
Mazón es optimista, eso sí, con una premisa clara: Se acabó el cine en Ciudad de la Luz. "Esos terrenos están condicionados. Ni directa ni indirectamente se podrá hacer cine si participa de la manera que sea la administración", asegura.
El consejero delegado deberá elaborar una hoja de ruta con la que convencer a la CE de que la subasta que pedían ya se ha hecho, y fracasaron, y de que la Generalitat no puede recuperar el dinero a no ser que quieran que malvendan los activos.