VALÈNCIA. Vicent Mompó ya tiene a sus ´mirmidones´. El presidente de la Diputación de Valencia, al igual que hizo el mitológico Aquiles, ha decidido vivir una existencia política gloriosa en la que la precariedad de su gobierno, con 13 diputados sobre 31, puede provocar que pierda el poder joven si cayera por una moción de censura.
O no. Dependerá de la única diputada de Ens Uneix, Natalia Enguix, que se votó a ella misma en el pleno de investidura y que, de momento, se mantiene al margen del ejecutivo provincial. Como los dos representantes de Vox, aunque estos lo hacen para facilitar la pasada semana la presidencia de Mompó al imponer su ausencia del pacto Ens Uneix como condición. Sobre esta cuestión, el partido con base en Ontinyent, se reunirá en las próximas horas para determinar si entran en el gobierno de la Diputación. Sus reivindicaciones están claras, puesto que en gran medida se asemejan a las que le pedían al PSPV, si bien al negociar con el PP de Mompó también pueden incluir inversiones de la Generalitat.
Así, además de ostentar una vicepresidencia, el área de cooperación municipal y 15 millones de inversiones; hay cuestiones como la finalización y puesta en marcha a pleno rendimiento del Hospital de Ontinyent y sus accesos; o la finalización de los 25 kilómetros de autovía entre Terrateig y L'Olleria, que necesitan la implicación del Gobierno valenciano ahora presidido por el popular Carlos Mazón.
De hecho, desde Ens Uneix aspiran a que el propio jefe del Consell pueda acudir en los próximos días a Ontinyent a escenificar su compromiso con algunas de estas inversiones que figuran en la agenda del partido del exsocialista Jorge Rodríguez. Con todo, si hay luz verde a las peticiones de Ens Uneix, su representante en la Diputación, Natàlia Enguix, podría entrar en el gobierno junto al PP si Vox se mantiene fuera de la ecuación.
Pero regresando al reparto hecho público este miércoles, si el anterior presidente de la Diputación, el socialista Toni Gaspar, dirigió un organigrama en el que el peso lo sustentaban los grandes alcaldes y cada cual poseía bastante independencia en la organización de su equipo y su tiempo, Mompó ha seguido el criterio opuesto.
El máximo mandatario de la corporación provincial escogió a sus diputados -algo que Gaspar ni soñó hacer en 2019- y ayer delegó en ellos las atribuciones de la Diputación. Lo hizo sobre la base de un triple criterio: político, de confianza y de disponibilidad. Con esos cimientos, la vicepresidenta no podía ser otra que la ingeniera industrial edetana Reme Mazzolari. Es la secretaría general y, por tanto, número dos del PP provincial, comandó la campaña electoral que ganó su partido en la demarcación de Valencia y no ha logrado, pese a ser la más votada, la alcaldía de Llíria. Por tanto, cumple los tres requisitos.
De este modo, además de asumir la vicepresidencia también ostentará la principal delegación de la Diputación, la de Cooperación Municipal. Entre 2019 y 2023 la condujo el alcalde de Mislata y actual secretario general del PSPV en la provincia, Carlos Fernández Bielsa, dada la relevancia que tiene en el reparto de fondos a los municipios. También se convierte en la primera mujer en dirigir el área de Carreteras, otra vertiente importante de Diputación, y, de paso, se queda Contratación.
Junto a Vicent Huet, ladino y discreto jefe de gabinete ya nombrado igualmente, configuran la cúpula de mando tras Mompó de los leales ´mirmidones´, retomando el mito del ejército que capitaneaba el homérico Aquiles. De esa cúspide forma parte igualmente, por la importancia de su labor y por la esmerada profesionalidad en su desempeño, la nueva directora de comunicación de Diputación, Sonia Hernández.
Peso político, confianza y disponibilidad igualmente son atributos del coordinador comarcal del PP en l´Horta Nord y concejal de Meliana, Pedro Cuesta, que dirige la notoria delegación de Turismo. Se trata teóricamente de un edil de base con predicamento en el partido; el perfil opuesto al anterior diputado del ramo y alcalde de Cullera, Jordi Mayor. Cuesta sumará Deportes.
Esas tres características del mismo modo las exhibe Francisco Teruel, alcalde con mayoría absoluta del pequeño municipio de Benimodo, en la Ribera, que dirigirá Cultura, otra delegación con peso. Aunque Teatro, junto a Juventud, va a Rocío Gil, la contribución de la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, a la bancada popular de Diputación.
Si Teruel despunta como amigo personal de Mompó, Avelino Mascarell, primer edil de Xeraco, en la Safor, lo hace en la coordinación provincial del PP. Al frente de una localidad de tamaño asumible y con amplia mayoría, dispone igualmente de tiempo. Cumple los tres requisitos reseñados antes, con lo que mandará en Medio Ambiente, Prevención de Riesgos Forestales y Desarrollo Rural, delegaciones de relevancia en la corporación provincial.
Inma González, fichada tras situarla como polémica alcaldable en Picassent, carece de peso político en el PP, aunque sí que goza de la confianza de Mompó y tiene disponibilidad. Se ocupará de Bienestar Social, Inclusión Social, Salud Pública e Igualdad.
Después ya llega el grupo de los grandes alcaldes, aquellos que podrán invertir escaso tiempo porque han de centrarse en sus municipios. El caso más paradigmático lo representa la máxima edil de Torrent, Amparo Folgado, que ha entrado con fuerza al frente de la ciudad más poblada de la provincia tras la capital y que compaginará esa labor con la de diputada. Mucho trabajo. Para ella van dos áreas más llevaderas y de rimbombante denominación, sobre todo la segunda: Gobierno Abierto e Integridad Institucional.
Lo mismo ocurre con Juan Ramón Adsuara, alcalde de Alfafar y verso libre y respetado en el PP. En él recaen atribuciones que domina y que le gustan por su formación y experiencia: Fondos Europeos, Administración Electrónica e Innovación. No necesitará empezar de cero.
Como tampoco lo hará el flamante primer edil de Utiel, el polifacético Ricardo Gabaldón, que dirigirá la simbólica y enraizada delegación de Bandas de Música, además de Administración General. El debutante como diputado y alcalde de Massanassa, Francisco Comes, se queda con Educación (que en la Diputación se centra en las escuelas de capataces de Catarroja y Requena) y Ciclo Integral del Agua.
Por su parte, la alcaldesa de Puzol y abogada Paz Carceller, en su igualmente primera experiencia como diputada, asumirá una delegación que puede compaginar perfectamente con su vara de mando local y que cuenta con una base importante de ayuda del funcionariado de la entidad: Asistencia Técnica y Jurídica a Municipios. Como Laura Sáez, alcaldesa primeriza de Carlet y licenciada en Derecho, que se sitúa al frente de Hacienda.
El reparto de Mompó mantiene una estructura piramidal. En el vértice superior, el del mando, se hallan los diputados con menos responsabilidad local, empezando por él mismo, que dirige el pequeño municipio de Gavarda con una holgada mayoría absoluta. Conforme la pirámide se amplía en su base aparecen los grandes alcaldes, aquellos que están para sostener la estructura pero no para emerger como grandes abanderados de la institución.