VALÈNCIA. El próximo 26 de mayo se celebrarán las elecciones autonómicas -excepto en la Comunitat Valenciana-, municipales y europeas. Una especie de segunda vuelta de los comicios estatales que tuvieron lugar el pasado domingo y que servirá para comprobar si los apoyos obtenidos el 28A se mantienen intactos o existe transferencia entre los bloques de izquierda y derecha o dentro de las formaciones políticas que los componen.
Una de las plazas más interesantes en liza será València ciudad. Las elecciones de este domingo evidenciaron una tremenda igualdad entre los bloques. Las tres fuerzas de la derecha (PP, Ciudadanos y Vox) sacaron en las autonómicas 217.163 votos mientras que las formaciones de izquierdas (Compromís, PSPV-PSOE y Unides Podem) cosecharon 214.841 papeletas. Una distancia mínima que fue algo mayor en las generales: 223.167 para la derecha y 214.228 para la izquierda.
Ahora bien, sin duda una de las claves en los comicios locales del Cap i Casal será el comportamiento del votante conservador, especialmente tras la irrupción de Vox, que consiguió en la capital 48.363 votos en las autonómicas y 54.465 en las generales. La pregunta es, ¿cómo va a comportarse este elector en unos comicios locales?
Cierto es que se aprecia una pérdida de seis mil sufragios entre el votante que apoyó al candidato a la Presidencia del Gobierno, Santiago Abascal, y el que respaldó al aspirante a la Generalitat, José María Llanos. Un síntoma que, para algunos dirigentes del PP, refleja un mayor deseo de 'castigar' a la formación popular en el ámbito estatal. Ahora bien, el partido de la gaviota calcó los resultados en ambos comicios (85.000 votos en las dos urnas) y no se benefició de la bajada de Vox en las autonómicas.
Para los dirigentes del PP, el voto de Vox se identifica con el "cabreo" con la crisis territorial española y con cierta tibieza en este y otros asuntos por parte de la formación popular. Ahora bien, barones autonómicos populares han empujado a Pablo Casado a un desplazamiento al centro tras el notable ascenso de Ciudadanos, que se ha quedado a ocho escaños de alcanzar a los populares. Un drama para el partido de la gaviota que se ha visto superado en número de votos por la formación de Albert Rivera en València ciudad en las dos elecciones aunque que en ambos casos por una diferencia de algunos cientos de votos, pero igualmente preocupante.
Ante esta situación, la duda para el PP es si Vox va a conseguir mantener la tensión y movilización de sus simpatizantes ante una cita de mayor proximidad. O lo que es lo mismo: si van a obtener el mismo resultado cuando lo que hay en juego es la Alcaldía de València y ya no la 'unidad de España' o el voto de 'cabreo' contra Cataluña. Frente a ello, los populares con María José Català como candidata pueden apelar a su experiencia de gestión y al voto 'útil' para desalojar a la izquierda del Govern de La Nau.
No obstante, en ese punto el PP tiene otro problema. La efervescencia de Ciudadanos tras los buenos resultados electorales tanto en las generales como en las valencianas deja a la formación naranja en una buena posición para afrontar los comicios locales. Dicho de otra manera, nunca Fernando Giner, su candidato a la Alcaldía, tendrá otra oportunidad tan clara para sostener la vara de mando de València.
Así, la formación naranja puede pelear ahora con el PP si se produce cierta debilidad en el votante de Vox dado que, pese a su irrupción, tampoco ha conseguido unos resultados tan positivos como esperaban. No obstante, está por ver si ese votante acude a las urnas y si lo hace, sigue confiando en la formación de extrema derecha o prefiere optar por Català o Giner, a priori mejor posicionados para la Alcaldía tras tener un conocimiento cifrado de cuál es el verdadero potencial de Vox, fijado actualmente entre un 10% y 12% cogiendo lo ocurrido el 28A.