VALÈNCIA. "Dime y olvidaré, muéstrame y podría recordar, involúcrame y entenderé." Así reza un popular proverbio chino. Para entender una realidad, que bien puede ser toda una gastronomía, no basta con hacerse el entendido. Hay que entregarse por completo, sin miedo, sin prejuicios. "Hay que cruzar el río palpando las piedras". Más sabiduría popular.
Vamos a recorrer la Calle Pelayo, desde el número 1 al 50 y pico, deteniéndonos en cada parada que tenga que ver con la comida. Es la arteria principal del Chinatown de València, ese barrio chino que no habíamos puesto en valor, hasta que llegó el más que interesante proyecto de Olga Cano y Javi Gurrea. La periodista y el fotógrafo son creadores de la cuenta de Instagram @chinatownvalencia, que retrata los lugares donde han hundido sus palillos. Queremos seguir su estela y probar los fideos, las sopas, los baozis.
Fotos: EVA MÁÑEZDe repente, se han despertado nuestros sentidos con una miscelánea de aromas y sabores. Cada semana visitaremos un establecimiento y hablaremos de nuestra experiencia. También puntuaremos su grado de autenticidad, de hostilidad. La finalidad es desarrollar una guía, una hoja de ruta, que anime a futuros exploradores a cruzar la frontera.
De las crónicas nos encargamos Raisa Gallegos y Almudena Ortuño; de las fotos, la primera. Alternamos turno, pero comemos juntas. Compartirnos experiencias y criterio. Maridamos la visión de una vegetariana con la de una omnívora redomada. Y establecemos una serie de criterios que estamos dispuestas a valorar: la comida, por supuesto; el servicio, más o menos hostil; la presencia de clientela autóctona. Y claro, el precio, por poco que sea.
"No satisfagáis jamás hasta la saciedad vuestros deseos; así os proporcionaréis placeres nuevos". Explorar, vivir, probar; viajar sin billete de vuelta, y en este caso sin billete de ida. De eso va todo, incluida esta sección. Habrá más proverbios, festines y hedonismo.
Fotos: EVA MÁÑEZ