Hablamos con Rocco Rodríguez, el cofundador de este culto surgido en los albores del siglo XXI como parte de un proyecto artístico que compagina literatura, ilustración, performance y piezas audiovisuales. Los trescientos delirantes salmos que conforman este evangelio han sido recopilados por primera vez en un libro ilustrado destinado a convertirse en un anhelado objeto de coleccionista para friquis
VALÈNCIA. La fusión del hombre y la máquina para alcanzar la inmortalidad, la búsqueda de Dios a través de internet y el extremo dominio de la ciencia fueron las líneas maestras de una extraña y delirante misión profética que nació en plena ebullición de la escena rave valenciana de principios de siglo XXI. Este movimiento, denominado originalmente Ministerio Postnatural, basó su credo en trescientos audios sagrados que ahora han sido transcritos y recopilados por primera vez en una “biblia” ilustrada: el Códice Metro-Silicius.
Este libro contiene un universo en sí mismo, con sus mitos, sus leyendas y su bestiario de criaturas transhumanas y cyberpunks. Algo así como si Ridley Scott, Cronenberg y Hunter S. Thompson se hubiesen aliado para crear su propia versión de El Señor de los Anillos. En lugar de Gondor, Rivendel y Mordor, aquí los personajes se mueven por el Reino de Alienatronia, Asphaltia y Violencia City (una misteriosa ciudad permanentemente cercada por las llamas) y se ven obligados a atravesar espacios inhóspitos como la Llanura de las Mil Raves o el Páramo de la Desolación. En lugar de elfos, enanos y orcos, aquí tenemos tecnomantes, electrófagos, adictos al código, Hijos del Litio y diversos ministros y figuras sagradas. Este mundo imaginario, construido a lo largo de casi dos décadas, será de hecho la base de un juego de rol que se llamará SacredTech.
El Códice Metro-Silicius es a su vez la compilación de salmos que conforma el evangelio postnatural y un repaso por los veinte años de historia del culto a través de los comentarios del investigador Teodoro Grimaldi. Este compendio de relatos cortos y microrrelatos comprende el ascenso al poder y declive del Profeta Digital y los ministros de la fe como hilo conductor, pero aborda con mordaz humor otro tipo de temas como la fusión hombre-máquina como medio para inmortalidad, el ecoterrorismo o la red concebida como un ente superior omnisciente.
Pongámonos en contexto. El Ministerio Postnatural es un proyecto de “arte transdisciplinar” que mezcla ciencia-ficción, metafísica y surrealismo utilizando como herramientas expresivas la literatura, la ilustración, la performance y las piezas audiovisuales. Los artífices de toda esta locura fueron el realizador y escritor Rocco Rodríguez (Profeta Digital) y el poeta Gerard Chammister, más conocido como Chaman de Silicius. “Todo empezó con mi obsesión con el concepto de Profeta Digital, un ente antediluviano que me poseyó en 2002 para llevar a cabo su misión profética -nos explica Rocco desde su otra vida en Benidorm, donde trabaja como director y propietario de la galería de arte en El Oráculo de Delfos-. Con ello llegarían los primeros vídeos y la creación de la cruzteclado como símbolo del culto. Ese mismo año conocí a Chaman de Silicius, que tenía las mismas ganas que yo de fundar una secta. Chaman aportó el tono oscuro, alejado de toda alegría, y yo las distopías corporativistas”.
Aunque la actividad del Ministerio Postnatural nunca ha cesado completamente, el grueso de sus acciones se desarrolló entre 2002 y 2012. Además de la publicación de los audios sagrados y videos en internet, se celebraron congresos -como las conferencias de Ingeniería de la Fe- y diversas performances -denominadas advenimientos sónicos- en las que los postnaturalistas irrumpían en espacios públicos aleatorios como un supermercado, una estación de metro o cualquier calle de València. “La intención de los advenimientos sónicos era llevar el terror sectario a las calles soltando a una horda de villanos de ciencia-ficción (pero sin ficción). Los Hijos del Litio (los integrantes de este ritual) vestían únicamente con papel film transparente y una máscara de soldar o de gas; solo hablaban en demacranto (un gutural lenguaje onomatopéyico), y cada uno llevaba un altavoz con un sonido electrónico diferente. Esa parte de experimentación sonora era también interesante, porque el sonido conjunto variaba dependiendo de cómo fuesen moviéndose cada uno de los Hijos del Litio. Era una especie de vandalismo auspiciado por el arte, pero en vez de infundir terror, resulta que la gente se lo pasaba muy bien. Creo que sí lo hiciéramos hoy nos detendrían nada más empezar”, reflexiona el popular profeta benidormí.
Hablamos con él, y no con el otro fundador de la secta, porque Chaman de Silicius lleva años desaparecido de la vida pública. “Chaman nunca ha dejado el Ministerio Postnatural, pero dejó de venir a València cuando pasó nuestro furor ravero inicial. Desde entonces ha sido un ideólogo al que consultar ante cualquier actividad postnatural, pero sí dejó de escribir nuevos audios y nunca se personó en nuestros rituales y apariciones públicas. Por ello, muchos creen que Chaman no existe o que es una inteligencia artificial creada por el culto. No es cierto. Existe, pero vive en Cuenca y no tiene intención alguna de moverse de allí”, señala Rocco, que de hecho es el que tomó la decisión de reunir los salmos en un Códice como Proyecto Final de Carrera de Bellas Artes, estudios que realizó años después de licenciarse en Comunicación Audiovisual. Como reconoce el propio autor, su fascinación por las clases de Teoría de la Manipulación de Masas que recibió en la universidad fueron la base de la secta.
El libro, que puede adquirirse en la web de la editorial Epifanías a Gogo, ha sido ilustrado por el propio Rocco Rodríguez junto a An Kaos, Jaume Palop y Sergio Ruipérez. La portada es obra de Mik Baro y ha sido impresa en tapa dura con acabado en golpe seco y estampación dorada. Este objeto de coleccionista para friquis se presenta al público hoy jueves 15 de diciembre a las 20 horas en Madame MIM (C/ Puerto Rico 30. Valencia). Como podemos imaginar, no será una presentación al uso, sino más bien una technoliturgia postnatural oficiada por el Profeta Digital. “Nacimos predicando en las raves y queremos que en nuestras presentaciones de Códice Metro-Silicius se siga respirando este ambiente. Además, el techno es una herramienta fabulosa para la trasmisión de la fe; solo hay que ver la devoción que demuestran los raveros frente a un bafle”, apunta Rodríguez, que nos explica también las razones por las que el Ministerio Postnatural cambió de nombre hace unos años.
“A raíz del revuelo apocalíptico generado por apocalipsis maya de 2012, en 2010 dimos un lavado de cara al culto y pasamos a llamarnos Ingeniería de la Fe. Nos parecía de mal gusto seguir predicando sobre el apocalipsis estando ya tan sumidos en sus preliminares -señala-. Mik Baro reformuló nuestra imagen de marca dándole el aspecto de empresa comprometida con la sostenibilidad y el medio ambiente, con la función de ayudar a nuevos cultos con el marketing y su identidad corporativa. A nivel práctico, era yo presentando con un PowerPoint ingenios sacrotecnológicos como un dispositivo para tener viajes astrales u otro para gestionar el viaje reencarnatorio. Una vez más, ciencia ficción presentada como si únicamente fuera ciencia, con el único propósito de que por un rato los allí presentes lo vivieran como algo real”.