Coffee Corner, la cadena de cafeterías que se abre hueco en Valencia

VALENCIA. Para quien le gusta el café, el momento de tomarlo suele ser su ritual y no le sirve cualquier brebaje que le pongan en una cafetería. Por eso, el mexicano Jorge Silva decidió quedarse con Coffee Corner, una cadena de cuatro cafeterías -por ahora- en las que ha decidido hacer del café su mayor emblema y que ahora cumple 20 años. 

El primero fue puesto en marcha en 1996 por una pareja a la que Silva se lo compró en 2011. “Yo era cliente y cada vez que iba pensaba que era el negocio ideal, pero un día cerraron y decidí buscarles para comprárselo. El producto que vendían era muy bueno y lo que yo hice fue potenciar más lo que había”, explica. 

Silva se ha dedicado toda la vida a la hostelería trabajando en franquicias como Friday’s, Hard Rock Café o Planet Hollywood mientras que en México también tuvo bares y cantinas. “Vivía en Italia, y allí conocí a mi mujer, que es valenciana”. Decidió venirse y una de sus voluntades era tener un negocio donde aprovechara la experiencia que había acumulado pero que le dejara margen para tener vida familiar. 

Compraron el de Pérez Pujol 6, al año se hicieron con otro que abrieron sus fundadores y su idea es seguir creciendo. Ya tiene locales en Poeta Quintana 4, Transits 6 y Pérez Bayer 5. A mediados del año que viene abrirán un quinto. 

“Nuestro producto estrella es el café que traemos principalmente de Brasil, de Colombia, Guatemala y con el que luego hacemos nuestro propio blend natural y descafeinado”, explica. “Tenemos infusiones orgánicas y el desayuno típico español con tostadas de distinto pan, además de bollería, pero todo lo hacemos aquí”. 

El café es propio, marca Coffee Corner, y lo venden en grano y molido al instante para llevarlo a casa, además de que han sacado cápsulas para la cafetera de Nesspreso y Dolce Gusto con su propio café. “Tenemos el tostadero -Mascaf (Piera Cafeteros)- en Alcoy y ahí hacemos todo”, apunta. Para poder darle todo el mimo al café, lo que hacen es llevarlo a los estándares de calidad que marcan los baristas. 

“No tenemos camareros de barra, sino especialista directos en café. Es como hablar con un somelier del vino. Es el encargado de que sean los gramos adecuados, que sea molido para cada taza, que  la leche sea calentada a su temperatura, cremada para no perder las propiedades, y con la temperatura correcta de la taza”.  Sobre el espacio, tratan de conservar la calidez de un bar de toda la vida. “Es totalmente distinto a las cadenas, el trato es más personalizado y hay muchos clientes habituales”, asegura. “El que viene a probar el café, vuelve”.