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LA SEÑORA SIEMPRE TIENE RAZÓN

Cómo me convertí en famosa

No existe en Madrid una conversación de la que no se puede entresacar alguna sabiduría, porque si bien el madrileño opina, rara vez te sentencia

5/12/2015 - 

MADRID. “Y siempre acababa diciéndole: ¡Ay, Luis, deja de rozarme con los dientes! A los casados nunca tuve que darles ninguna indicación: ¡Qué seda! ¡Qué devoción por el falo! Yo, como buen valenciano, siempre he sido más de sexo oral.”

Este es el tipo de declaraciones que puedes escuchar cuando te hospeda en Madrid un muso precoz de los años ignotos de Almodóvar, hoy jubilado del Canal Clásico de Radio 2. Sumergido como en un estado de hipnosis, me dejo arrastrar, sumiso y atento, por cualquiera de las corrientes que surgen de los manantiales subterráneos de la capital. No existe en Madrid una conversación de la que no se puede entresacar alguna sabiduría, porque si bien el madrileño opina, rara vez te sentencia. Ese es un placer reservado a los idiotas que pueblan el Universo y que se complacen en demostrar su plácido juicio diciéndote: “¡Anda que no te lo pasabas tú bien comiendo en el programa ese de Echanove!”, como si conocieran los madrugones y las penurias de un plan de grabación.

Guía Comer y beber de Metrópoli

El idiota universal cree también -porque le conviene- que la actriz del porno al que accede gratis por Internet disfruta enormemente con su trabajo. Por eso cuando se organiza un acto en el Mercado Central de Valencia se queja del caos y las aglomeraciones, sin profundizar en los complicados entresijos que conlleva organizar incluso una simple merienda con invitados desconocidos. En las capitales educadas marcialmente a base de atascos diarios, colas como las que ocasionó la presentación de la Guía Comer y Beber de Metrópoli se alivian con risas. Se regulan a base de abrazos, felicitaciones, barras llenas y muchos brindis. En un Mercado de San Antón abarrotado de comida y bebida, la sensación compartida por los profesionales es que la gastronomía de Madrid está en el segundo escalón de Europa, sólo por detrás de París.

El director de esta guía, Alberto Luchini, cuenta que la crisis ha separado el grano de la paja hostelera y eso ha subido el nivel. No se oyen quejas ni lamentos hacia una Administración Central generosa consigo misma y fluyo entre los consagrados Abraham García, del restaurante Viridiana, Sacha Hormaechea o Juanjo López, de La Tasquita de Enfrente, que ha abierto justo al lado su Porrón Canalla, delicioso local de bocadillos, ambientado con estimulantes calaveras. Estuvo en este evento-comilona Luca, de Top Chef; la actriz Ruth Gabriel; la espumosa Marian Carreira; el crítico Carlos Capel y entre copa y copa se escucharon todo tipo de comentarios; el más ocurrente fue el de un crítico de vinos que aseguraba que beber Malleolus es como comerle la nariz a Pinocho, aunque me parece que no dijo la palabra “nariz”. 

Los puestos de las dos plantas permanecieron abiertos y pude degustar las excelencias del salchichón italiano con la embajadora de dicho embutido en España, Nicoletta Negrini, que parece una amable y carnosa actriz de Ingmar Bergman. En esta guía del diario El Mundo hay que contar con la lamentable desaparición de algunos establecimientos señeros de la restauración madrileña, y añado a esta pena el despido de los profesionales de la delegación de este periódico en Valencia, que tanto han hecho por la buena información en nuestra comunidad y que espero lo sigan haciendo pronto. 

Una barbería hispster

De crisis y política, pero aquí con sano sentido del humor, trata también la aplaudida obra de Pablo Álvarez, Cómo me convertí en famosa, en el clásico y modernizado teatro Lara. Me siento en las primeras filas junto al guionista Félix Sabroso, que disfruta tanto como el público de una trama que entretiene mientras te hace pensar en la incertidumbre de las próximas elecciones: la asistenta gallega de Pablo Iglesias (una talentosa Irene Rubio) encuentra a dos gays de una barbería hipster (Antonio Meléndez y Martín Aslán) y deciden solventar sus respectivas crisis acudiendo a Sálvame para vender una exclusiva sobre las intimidades del político. Un imprescindible repaso a la actualidad mezclado con My Fair Lady, que cuenta con la colaboración estelar de Antonia San Juan.

Premios Telva Moda

Celebramos esta velada teatral en el bar Matute donde se citaron los invitados de dos eventos bien distintos para tomar una última copa. Por un lado, los de los Premios de moda Telva, vestidos de etiqueta ante una refrescante caña, porque el acto tuvo lugar en el Teatro Real y quizá no les tocó probar el Jamón 5 Jotas y el champagne Ruinart.

Como aún no se entiende en nuestro país la diferencia entre arte y cultura, la representación sorpresa de la ópera Rigoletto agradó a algunos y arruinó la velada de otros. Se criticó, entre copa y copa, que algunas celebridades acudan a estos galardones de la costura con trajes de distinguidas marcas extranjeras, quizá costeados por las propias firmas, en vez de con diseños nacionales, aunque la mayoría llevó trajes de Justicia Ruano, Antonio García o Jorge Acuña con mucha joyería nacional. En el reservado de el Matute fumaban sentados dos modernos muy seguros de sí mismos vestidos de smoking a los que sólo les faltaba posar con un galgo y los calcetines adecuados para parecer ingleses.

Estreno de La novia

Entre el público habitual de este bar, los escasos invitados de la gala Telva se mezclaban con los del estreno de la película La Novia, adaptación libre de Paula Ortiz del drama romántico lorquiano Bodas de Sangre.  La primera sorpresa agradable es reencontrarme con la cantante aragonesa Carmen París, con sus permeables ojazos, que ha recreado las canciones de Lorca adaptándolas a su intensa manera de interpretar la música y los sentimientos. 

Como la actriz Luisa Gavasa -que debe estar ya pensando en su discurso para el Goya- tiene un pasado en El Cabanyal, vino escoltada por sus inquebrantables amigas valencianas, la psicóloga y radiofónica María Vicenta Porcar junto a la escritora de altura Marta Querol Benèch quien, por cierto, prepara la salida de su tercer libro. Luisa y esta película merecen lo mejor de los premios, y también el corto “Sueños de sal” producido por Jesús Navarro, de especias Carmencita, corto que en Novelda ha causado sensación y cuyo esfuerzo de promoción merece un artículo aparte por el esfuerzo y ganas que le han puesto los alicantinos.

Mayrén Beneyto

Las cosas animadas y vivientes no son bellas si no van acompañadas por la gracia. Esto no lo dice el desaparecido director de las clínicas dermoestéticas sino un santo: San Francisco de Sales. Para desfigurar a una mujer no es necesario arrojarle un vaso de ácido a la cara ni cortarle las mejillas con una hoja de afeitar; basta matar en ella la confianza en sí misma. Y esa incertidumbre apaga la luz de la personalidad, la elegancia mental y la belleza espiritual. A mujeres como la ex concejala de Cultura Mayrén Beneyto, les sobra confianza en sí mismas y eso las mantiene en un estado de belleza perenne, como los abetos navideños. Y es que es un reto llevarles la contraria.

Me encuentro casualmente con ella en la sandwichería Rodilla de la estación del AVE, donde ha localizado el perfecto y valenciano zumo de naranja natural, sin duda a través de alguna práctica aplicación de celular. Peinado impecable de dorados tonos de seda, cómodo abrigo sintético, bolso de gran pedrería, modernísimo pantalón ajustado y un minúsculo maletín de la señorita Pepis, me cuenta que ahora está colaborando en algo de Mediterráneo TV y varias ONG, entre ellas UNICEF. Jubilada y siempre con ganas de emprender retos, no se explica cómo una persona, después de haber hecho tantas cosas, se encuentra sin hacer nada. Bien es cierto que personalidades como ella podrían llevar a cabo cualquier labor que les fuera encomendada en cualquier campo -me refiero en cualquier ámbito- y estoy seguro de que no tardará en encontrar una labor donde su temperamento y elegancia vuelvan a brillar.

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