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expertos abogan por la innovación y la atracción del talento para mejorar los indicadores

Competitividad y productividad: principales retos del sector agroalimentario valenciano

Foto: KIKE TABERNER
25/01/2025 - 

VALÈNCIA. El sector agroalimentario tiene un importante peso para la economía valenciana: suma el 9,4% de las empresas y genera el 12,2% del empleo autonómico, con cerca del 10% del Valor Añadido Bruto. No obstante, algunos de sus indicadores muestran un escenario de luces y sombras: solo el 23,5% de las compañías son de alta competitividad, por debajo de la media nacional, al tiempo que se plantean desafíos como la mejora de la productividad o combatir la falta de relevo generacional. 

Estas son algunas de las conclusiones que se extraen del I Observatorio de la Economía Agroalimentaria Valenciana elaborado por el Instituto de Investigaciones Económicas (Ivie) en colaboración con la Generalitat y que está formado por dos informes que fueron presentados este viernes por los investigadores Alejandro Escrivá y Vicente Safón.

Los resultados de estos documentos, así como la mesa redonda acometida tras la presentación de los mismos, dejan entrever ver cuál es la situación de un sector considerado como "estratégico" para el desarrollo económico valenciano. "Es cierto que el turismo tiene un gran peso, pero las cifras del sector agroalimentario no están tan lejos del turístico", ponía de relieve Escrivá durante su intervención.

Foto: IVIE

Por su parte, Safón explicó: "El sector primario valenciano es el que presenta más debilidades en comparación con el español". "El de la industria muestra claroscuros, mientras que el más potente es el de la comercialización". No obstante, este último tiene algunas debilidades como que el gasto de personal por empleado es algo mayor que su homólogo nacional. En cualquier caso, apuntó al primario como el subsector que se debería "atender con más cuidado". 

Productividad un 14% inferior a la media

Los informes revelan un sector muy concentrado en la provincia de Valencia, que aglutina algo más de la mitad de las empresas. Además, las compañías arraigadas en este territorio son de mayor tamaño y proporcionan alrededor de tres cuartas partes de los empleos y el PIB del sector a nivel autonómico. 

La provincia de Castellón, no obstante, resalta por ser la que mayor nivel de competitividad registra de las tres, con un 24,2% de firmas altamente competitivas. Mientras que Valencia y Alicante tienen un 24,1% y un 22,3% de compañías con elevados niveles de competitividad, respectivamente. No obstante, a nivel autonómico el porcentaje (23,5%) es casi dos puntos inferior a la media nacional. Otra cuestión que pone de relieve el observatorio es que la productividad del trabajo, de 49.000 euros de media por empleado entre los años 2018 y 2022, es un 14% inferior a la media nacional. 

No obstante, el sector agroalimentario valenciano presenta un punto especialmente fuerte: la comercialización, al representar el 23,2% de las ventas de 2022 a nivel nacional. El motivo tras esta cifra es que en la Comunitat Valenciana se asientan grandes firmas como Mercadona, Consum o Anecoop, que cuentan también con parte de su negocio fuera del ámbito autonómico. 

Los desafíos del sector, a debate

Tras la presentación del documento, se celebró una mesa redonda moderada por el director adjunto del Ivie, Joaquín Maudos. El encuentro contó con varios expertos que mostraron algunos puntos en común como la necesidad de ser más competitivos, la importancia de la innovación o el hecho de ser capaces de atraer personal formado a las empresas agroalimentarias. 

En este sentido, el catedrático de Economía Agraria en la UPV y director de Cegea, Juan Francisco Juliá, puso de relieve que el agroalimentario es un sector formado en mayor parte por microempresas, lo cual afecta a la productividad: "La dimensión correlaciona directamente con la capacidad de uso de tecnologías avanzadas, digitalización, innovación y posicionamiento en los mercados". 

"El principal problema que lastra nuestra productividad es la dimensión", añadió Juliá, que recordó que en España alrededor del 80% de las compañías de este ámbito son micropymes, mientras que esta cifra disminuye en el caso de Alemania hasta el entorno del 60%. Entre las formas para combatir este problema de tamaño, el catedrático remarcó el papel que juega el asociacionismo. 

Por su parte, la directora general de Ainia, Cristina del Campo, abogó por "quitar barreras" a las empresas del sector, apostando por la simplificación administrativa: "Es una odisea tener una pyme en España y cumplir con toda la regulación", lamentó. Además, destacó el papel juega la transformación digital de cara a hacer más resiliente este sector: "Podemos tomar decisiones basadas en datos, optimizar las cadenas de producción u ofrecer productos más profesionalizados". 

Imagen de archivo. Foto: R.RUBIO/EP

De esta mesa también formó parte el diputado en el Congreso y profesor en la UPV, Carlos Gil, que consideró "necesaria la inclusión de nuevos profesionales" para hacer que el agroalimentario sea un sector más competitivo. Gil tildó de "fundamental" la colaboración público-privada para revitalizar el sector y se dirigió a las pequeñas compañías para lanzar un mensaje: "Tenemos que perder el miedo a las grandes empresas. Se pueden ver como un competidor, pero también como una oportunidad cuando se plantean como satélites". 

Mientras que la directora de calidad y sostenibilidad de Anecoop, Mari Carmen Morales, aprovechó sus intervenciones para lanzar unas pinceladas sobre la situación actual del sector desde el punto de vista de una gran empresa como es la que representa. Respecto a la falta de relevo generacional, explicó que es una cuestión que se está produciendo sobre todo en el sector primario. 

Para revertir esta situación, abogó por aumentar la rentabilidad, introducir la innovación tecnológica, aportar propuestas de valor adaptadas a cada tipo de agricultor, así como nuevas opciones de gestión del minifundismo. Morales, además, hizo énfasis en la importancia de "potenciar una profesionalización del sector" tanto desde el punto de vista de trabajadores como de las estructuras de gobierno. "Si planteamos proyectos que ilusionen, podremos retener a los socios y a los empleados". 

"Somos una potencia agroalimentaria y no nos lo creemos"

El acto también contó con la presencia del conseller de Agricultura, Agua, Ganadería y Pesca, Miguel Barrachina, que expresó: "Somos una potencia agroalimentaria y no nos lo creemos". Durante su intervención ha pidió "no hacer la vida imposible" y "no demonizar" al sector primario. 

Foto: GVA

Barrachina trató durante su ponencia algunas normas como el cuaderno digital impulsado por el Ministerio de Agricultura, la ley de la Huerta o las restricciones pesqueras. Sobre todas ellas, comentó: "Estas normas las hacen las personas que cuando miran al suelo no miran ni hierba buena ni mala, miran moqueta". "Es extraordinario el desprecio que sentimos por la producción agroalimentaria, que es la mejor del mundo", lamentó el conseller. 

Un sector "estratégico" que alimenta a la población

Por su parte, el director general de la Industria y Cadena Agroalimentaria, Ernesto Fernández, tildó al sector agroalimentario de "estratégico" para la Comunitat Valenciana, "máxime cuando tiene el papel de alimentar a la población". Fernández, que ha inauguró la presentación del informe, destacó el papel de este trabajo de investigación para poder tener una panorámica de la situación. 

En este sentido, remarcó que la Comunitat es la tercera autonomía con mayor peso en este ámbito, solo por detrás de Andalucía y Cataluña. Mientras que, a nivel normativo, denunció:  "Muchas veces parece que la legislación tiende más a dificultar que a facilitar el funcionamiento del sector".

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