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INSPIRACIÓN PARA EL DELITO

Con estas pintadas culturetas vandalizaría los muros de la ciudad (hipotéticamente)

¿Si te vieras en una noche de intensidad con un spray en la mano, qué poemas, canciones o películas citarías en las paredes?

9/05/2022 - 

VALÈNCIA. En ese carrusel de viralidades fugaces que asaltan a menudo las redes, hace unos días cabalgó veloz por nuestros timelines la noticia de que un joven había sido detenido en Huesca como supuesto autor de 80 pintadas con citas de Hemingway, Bukowski y otros autores. Fachadas, paredes de edificios, entradas de garajes, escaparates y señales de tráfico quedaban así reconvertidas en una involuntaria antología literaria. Y no es que desde Culturplaza pretendamos instigar a nuestra audiencia a vandalizar el espacio público (y no diremos nada más al respecto si no es en presencia de nuestro abogado), pero un poco de curiosidad sí que ha nacido en nuestros corazoncitos periodísticos.

Así que partimos rumbo al país de los escenarios hipotéticos y preguntamos a agentes de la cultura valenciana por los creadores a los que elegirían para estampar sus citas en un puñado de tapias… aun a costa de acabar teniendo algún encontronazo con la autoridad. Ansiamos colarnos en sus referencias íntimas y saber con qué frase o autora se jugarían el pellejo y la posibilidad de una multa por daños al mobiliario urbano.

Si se vieran en una noche de intensidad con un spray en la mano, ¿garabatearían los versos de su poema favorito? ¿El estribillo de la canción que vive entre sus neuronas sin pagar el alquiler? ¿Aforismos preñados de ingenio? ¿Un guiño a esa filósofa que ya formuló hace décadas todas las preguntas que nos siguen perturbando? ¿Una alusión a aquella película que les acompaña bajo la piel adondequiera que vayan? ¿Citarían a Alejandra Pizarnik, a Leonard Cohen, a Bad Bunny, a Manuel de Pedrolo o Audre Lorde? ¿Trazarían ecos de Antònia Font, Simone Weil, Patti Samith, Bolaño, Mercè Rodoreda o Raffaella Carrà?

Todo, por supuesto, presuntamente, señor agente.

Elisa Ferrer, escritora

“En mi día a día, esa rutina a la que asisto sin parar de correr de un lado a otro, el bruxismo disparado, me acuerdo a menudo de las ardillas con las que conviví los dos años que habité en una casa con porche. Animalillos entrañables cuya existencia parecía gobernada por un estrés permanente, siempre ojipláticas, las bocas desencajadas, incapaces de pacer al sol como los conejos, que engordaban felices, tranquilos, sin prisa por llegar a ningún lado. En la ciudad, me cruzo con otras caras ojipláticas como la mía, como la de las ardillas, los ojos de la gente clavados en el móvil, el reloj, sin parar nunca, y parece ya imposible que nuestras miradas se crucen.

Me encantaría coger el spray una noche, mascarilla y capucha, y lanzarme a pintar por la ciudad, como un recordatorio para mí, para el resto de la gente, una cita que nos obligue a detenernos un momento, que nos obligue a reflexionar, «¿Has escogido la vida que llevas? Piénsalo con calma: ¿has escogido la vida que llevas», del libro Envejece un perro tras los cristales (Literatura Random House) de ese autor fantástico, ese genio absoluto que es Horacio Castellanos Moya".

Nuria Castellote, técnica de Programación de La Filmoteca

“Limitándome al cine, que es lo mío, me arriesgaría a ser detenida haciendo pintadas de la cabeza de Agnès Varda, con su reconocible peinado, o de las patatas con forma de corazón de Los espigadores y la espigadoraLa Varda, cuya primera película (La Pointe Courte) ya traía el aire fresco de la Nouvelle Vague antes de que Godard o Truffaut empezaran a dirigir, representa un cine feminista, curioso, abierto al discurso del otro y a las voces que llegan desde los márgenes.

También llenaría los muros de las teteras rojas de Ozu y Kaurismäki (este las incluye en sus películas como muestra de su admiración al primero) para reivindicar, en la era del binge-watching compulsivo, un cine de la austeridad, humanista y minimalista, capaz de conmover al máximo con un solo gesto”.

Santiago Álvarez, escritor, gestor cultural y coordinador de contenidos en el festival Valencia Negra 

“A mí me mueven las cosas que han atravesado el tiempo, que nos han llegado y siguen siendo parte de nosotros; las cosas que apelan a nuestra humanidad y son universales, las que se quedan con nosotros… Las aportaciones de los artistas, sus obras y pensamientos, son mucho más grandes que ellos mismos.

Me quedaría, por ejemplo, con «Hay más cosas en el cielo y en la tierra, Horacio, de las que han sido soñadas en tu filosofía», una frase de Hamlet con la que Shakespeare está apelando a que tenemos que tener la mente abierta, estar continuamente aprendiendo y que las cosas no son siempre lo que parecen.

O con una de Tolkien: «Las manos pequeñas son las manos que mueven el mundo». Él lo dice por los hobbits, pero en el mundo real, los grandes cambios de la Humanidad han venido por un montón de gente que ha estado luchando para que la vida de todos mejore. Para mí es un pensamiento consolador, incluso cuando parece que no hay mucha esperanza.

Entiendo que la vida sin libros o sin arte no está completa, así que optaría también por Pessoa y «La literatura, como el arte en general, es la demostración de que la vida no basta». Lejos de ser algo pesimista, me parece que nos recuerda que los seres humanos somos capaces de elaborar creaciones que nos trascienden, que van más allá de nuestro cuerpo mortal, que formamos todos parte de una misma cadena que no sabemos dónde empieza y dónde acaba”.

Sara Olivas, periodista, gestora cultural y poeta

“Puestas a desear y a pedir, me gustaría que la poesía traspasara fronteras más allá de lo físico. Más allá de lo tangible. Sobre todo la poesía de poetas con A que pocas personas o casi nadie conoce. De esas poetas invisibilizadas, borradas de los libros de texto y situadas en el margen más marginal de la historia.

Me gustaría llenar las calles, los pasos de cebra, las paredes de solares abandonados y de las avenidas más transitadas de las grandes ciudades con versos de Francisca Aguirre. Versos que hablan de la vida, del dolor, del amor y de la cotidianidad.

Versos que, cuando los leamos, nos hagan sentir menos solas. Versos que nos abracen el alma a través de la palabra. Versos como dardos que nos den impulso y fuerza para aguantar la jornada laboral, un mal de amores, el sentimiento de inferioridad y los estragos que hace la precariedad en la vida de las y los jóvenes. Versos que nos recuerden que siempre nos quedará el mar para llorar o que lo importante es llegar. Pronto o tarde. Pero llegar”.

Versos como:

«Necesito un mar,

un mar donde llorar a mares

y que nadie lo note».

«Señor, qué imperdonable:

haber nacido demasiado pronto

y haber llegado demasiado tarde».

Foto: SENSEMURS

Marc Senabre, Llibreria Fan Set

Joan Fuster té una ampla gamma d'aforismes que funcionen per a pintades. I pots triar entre humorístics, polítics o literari. De vegades fins i tot les tres coses alhora. Per exemple: «La paternitat indueix al cretinisme» o «No desertis: rebel·la't - si pots, és clar». Per altre per qui em jugaria una multa, és per Ursula K. Le Guin. Sap conjugar les frases més fantasioses amb les més polítiques i no se la coneix prou”.

Rafa Rodríguez, periodista en Verlanga

“Después de darle unas cuantas vueltas y descartar libros y a quienes los escriben, frases de pelis y a quienes las escriben..., todos los caminos me conducían a la música porque la sensación de una canción que te hace pleno no tiene comparación con nada.

Y alguien que siempre me transmite alegría, ganas de verbena, cante y baile, vamos, ganas de vida es Kiko Veneno: «Si tú no te das cuenta de lo que vale / el mundo es una tontería / si vas dejando que se escape / lo que más querías», de la canción Echo de menoses una frase larga, pero es tan grande lo que dice que bien vale una pintada XXL, o después de los dos primeros versos se puede recurrir a unos puntos suspensivos que de alguna manera inviten a quien la lea a acabar cantándola en voz alta.

Más frases que me gustaría ver por las calles: «Y está muy bien eso del cariño», de Respeto. O «Es en technicolor», de Joselito. O «Caldito de tu cuerpo» de Me siento en la cama. O «Salud y libertad del pueblo guapeao», de El pueblo guapeao, esta aún cuando estaba en Veneno. O «Somos campeones de la suerte», de la canción del mismo título. O «El que tiene miedo nunca se enamora», de Pistachito. También me gustaría alguna que solo fuera reconocible por fans de Kiko Veneno como «¡Que viva el número phi!».

Todas las haría en barrios que no fueran céntricos, ni en esos otros que no lo son, pero siempre están en boca de todos (Patraix, Benimaclet...)”.

Núria Molines, traductora literaria, audiovisual e intérprete

“Creo que me daría por hacer pintadas de Carne de píxel, de Agustín Fernández Mallo, un poemario en el que hay mucho de la ciudad, de los fenómenos físicos, de la calle y los cuerpos. Ahora ya está reeditado en las completas de poesía de Mallo en Seix Barral, pero durante mucho tiempo estuvo muy descatalogado y hubiera sido bonito poderlo leer de manera desencajada por la ciudad.

Por ejemplo:

«Desconocías el Principio de Mínima Acción por el cual la luz [todo en general] busca el camino más rápido para viajar entre dos puntos. Circunvalamos la ciudad contradiciéndolo cuanto pudimos. Partíamos del fin; en realidad no nos movimos».

 No sería del todo mala idea reeditar en abierto/pared-ciudad muchos textos que se han quedado en el limbo del descatalogado, no”.

Agustín Fernández Mallo (Foto: ESTRELLA JOVER)

Vicent Domingo, actor

“Mi frase sería una de Samuel Beckett: «Fracasa otra vez, fracasa mejor», de su obra Rumbo a peor. En esta pieza el autor habla del fracaso inevitable, de forma pesimista. Estas palabras de Beckett se han malinterpretado y se le usa como una cita optimista, una manera de animar a sacar un aprendizaje de cada fracaso. Mi profesor de dramaturgia la tenía colgada en la pared. Además, Alberto San Juan desarrolló ese texto como monólogo y ahí entendí el significado de la oración. Me di cuenta de que no significaba solo una cosa: según como te sientas frente al error puedes interpretarla con sentidos distintos. Es una frase contradictoria y las contradicciones siempre me atraen”.

Esta publicación no se hace responsable si en unos días las paredes de cualquier urbe amanecen a rebosar de garabatos culturetas.

Foto: SENSEMURS

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