VALÈNCIA (EP). El consumo medio por hogar se situaba en el tercer trimestre de 2024 un 1,8% por debajo de su nivel de 2019, mostrando una mayor debilidad que el consumo agregado de los hogares, en un contexto de fuerte crecimiento poblacional, de acuerdo con un informe del Banco de España.
En su último artículo, el Banco de España ha analizado la evolución del consumo de los hogares en España tras la pandemia, que ha presentado una debilidad considerable y su recuperación ha sido menos intensa de lo que habría cabido esperar según el crecimiento de sus rentas.
En particular, de acuerdo con los datos más recientes de la Contabilidad Nacional Trimestral, en el tercer trimestre de 2024 el consumo de los hogares se situaba un 2,4% por encima de sus registros de finales de 2019, un incremento mucho más modesto que el que han presentado sus rentas, que, impulsadas por el notable dinamismo del empleo, a mediados de 2024 habían aumentado un 6,6% respecto a los valores registrados entonces.
"De este modo, los niveles de consumo son inferiores a los que se derivarían de la relación histórica entre ambas variables", explican los expertos del Banco de España
La debilidad reciente del gasto de los hogares se hace todavía más patente si se tiene en cuenta el crecimiento poblacional de la economía española registrado en los últimos años, impulsado por los flujos netos de inmigración recibidos.
Así, el avance del consumo agregado desde 2019 ha sido menor que el incremento poblacional registrado, por lo que, en términos acumulados de 12 meses, en el tercer trimestre de 2024 el consumo medio por hogar se situaba todavía un 1,8% por debajo del de 2019.
Bienes duraderos y semiduraderos
Por componentes de la cesta de consumo, en 2023 el gasto medio en bienes duraderos (en particular, en automóviles) y semiduraderos (en particular, en ropa y calzado) presentó la mayor caída en términos reales con respecto a 2019, mientras que el consumo destinado a ocio y cultura se situó próximo a sus niveles previos a la pandemia.
En cuanto a tipos de hogar, las mayores brechas en los niveles de consumo medio por hogar con respecto a los previos a la pandemia se observan en los hogares con rentas altas y en aquellos en los que el sustentador principal tiene una edad entre 35 y 54 años o es de nacionalidad extranjera.
Por el contrario, los hogares de renta baja y aquellos en los que el cabeza de familia es de edad avanzada --65 años o más-- y/o de nacionalidad española son los que presentan una mayor convergencia de sus niveles de gasto promedio hacia los registros previos a la pandemia.
Además, el estudio especifica que la recuperación del consumo ha sido particularmente intensa en los hogares en los que el sustentador principal tiene más de 65 años, donde el gasto medio en términos reales superaba en 2023 los niveles de 2019.
En este contexto, el informe aclara que dado que los hogares de mayores ingresos presentan niveles medios de consumo más elevados, su peso en la evolución del consumo medio del conjunto de hogares es mayor que el de los hogares de renta baja, cuyos niveles de gasto son menores.
De este modo, si bien el descenso del 4,5% registrado entre 2019 y 2023 en el consumo de los hogares del cuartil superior de ingresos es casi cinco veces superior al observado en el segundo cuartil, su contribución a la caída del consumo medio por hogar es casi diez veces superior.
Diferencias según renta
Las diferencias en la evolución del consumo por tipos de hogar están relacionadas con la heterogeneidad entre hogares tanto en la evolución de sus ingresos como en la composición de la cesta de consumo --en concreto, el distinto peso que tiene en esta el gasto esencial (alimentación, alquiler, agua y energía)--.
Así, los hogares de menores ingresos y aquellos cuyo cabeza de familia tiene más de 64 años --los que han registrado una mejor evolución de su consumo en relación con el nivel prepandemia-- son los que destinan una mayor proporción del gasto a los bienes y servicios de carácter esencial y no ajustable, como alimentación y alquiler, y también, junto con los hogares con sustentador principal menor de 35 años, aquellos en los que se ha observado un incremento más intenso de las rentas.
Por su parte, los hogares de renta alta y aquellos cuyo cabeza de familia tiene entre 35 y 54 años -en los que el consumo ha presentado las caídas más abultadas con respecto a 2019- son los que destinan una mayor proporción del gasto a bienes duraderos y semiduraderos (partidas de gasto que son más fácilmente ajustables que otras, como, por ejemplo, alimentación y alquiler) y aquellos en los que los ingresos han mostrado una evolución más desfavorable.