Tristemente tenemos que seguir escribiendo sobre el conflicto o, mejor dicho, una nueva escalada del conflicto Palestino-Israelí, tras el ataque terrorista hace ya unos días de Hamás contra Israel. Si la semana pasada lo hacíamos principalmente desde una perspectiva local, esta semana vamos a hacerlo con el foco puesto en los otros dos niveles geopolíticos.
Porque, en el nivel local-táctico, se está a la espera de que comience la operación terrestre israelí, pues estamos ahora mismo en la fase final de la planificación de las operaciones, después de la oportuna cobertura diplomática y el poco a poco desgaste de los terroristas en sus guaridas. Esto nos trasladará a un escenario de combate en un entorno urbano, algo muy complejo, y que puede durar relativamente bastante tiempo.
Porque precedentes, si quieren buscar, pueden hacerlo en el asedio y combate casa a casa en la localidad de Mariupol en Ucrania, que costó casi tres meses, unos 80 días, su conquista; o, por ejemplo, lo que ocurrió en la liberación de la barbarie del Estado islámico de la ciudad de Mosul en Irak, que se tardó en limpiar las calles de la ciudad de terroristas y, sobre todo, el subsuelo (con sus túneles y demás escondites subterráneos) unos ¡¡¡nueve meses!!!; imagínense lo que se puede tardar en eliminar la amenaza terrorista de Hamás en la Franja de Gaza, emboscados en el llamado irónicamente Gaza Subway o metro de Gaza, con un entramado de túneles y escondites de entre 300 y 500 km, preparado desde hace años; se va a desatar el infierno…
Pero ya saben, de leerme en otras ocasiones, que para el análisis Geopolítico debemos dividir el posible escenario, con todos sus factores y actores, en tres niveles: el local, el regional y el global. En el local los más preocupados y ocupados son Israel, mirando de reojo al nivel regional por su archienemigo iraní, para que no le abra un segundo frente en el norte, a través de Hezbollah, en la blue line del Libano (donde se encuentran mas de 600 de nuestros compatriotas en la misión de la ONU Finul), dejando a su aliado americano la gestión del nivel global.
Los palestinos tendrían que ser los que más se preocupen del nivel local, pues en el fondo son la carne de cañón (como ya les dije la semana pasada) del régimen chií totalitario iraní que actúa a través de su peón Hamás, en ese nivel local, y que además tiene un doble pulso a nivel regional, primero con Israel de exterminio (según sus Ayatolás), y segundo de confrontación y competencia por el liderazgo en el mundo musulmán con la suní Arabia Saudí, dejando el nivel global a sus aliados rusos y chinos (aunque también les gusta hacer incursiones en ese ámbito).
Pero tras la reunión de esta semana pasada de Vladimir Putin y Xi Jinping se evidencia, por lo manifestado por ambos mandatarios y la lectura entre líneas de la situación, que en un principio no se vislumbra una posible escalada en el conflicto, y que no va a ser en un principio el desencadenante de la tercera guerra mundial, como algunos agoreros habían pronosticado.
Sí va a servir como maniobra de diversión o distracción estratégica de los otros conflictos existentes, principalmente el de Ucrania, cosa que le preocupa y ocupa, desde el día siguiente del ataque, al presidente ucraniano Volodímir Zelenski, así como para otras iniciativas político económicas, de la que ya les hablé, como es el Corredor Económico India-Oriente Medio-Europa, anunciado en paralelo y al margen del G20 hace unas semanas. Este aunaría infraestructuras ferroviarias y portuarias recorriendo diferentes países, como la India, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí, Jordania, e Israel, para llegar a los puertos del sur de Europa; firmándose entonces un memorando entre esos países, más la Unión Europea, Francia, Alemania, Italia y Estados Unidos, pues serviría de contrapeso a ese eje euroasiático que supone la Nueva Ruta de la Seda, que permite a China expansionarse con poco disimulo ahora mismo, aunque cuenta con la alianza de Rusia.
Por todo eso, y respecto a una escalda bélica convencional, pueden ustedes estar tranquilos, confíen en sus Fuerzas Armadas y Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que les protegerán y permitirán que sigan con su forma de vida y régimen de Libertades. Eso sí, esta nueva crisis les afectará en sus bolsillos, pues como decía Napoleón Bonaparte, la guerra necesita tres cosas, dinero, dinero y dinero, y parece que los políticos cuando se reúnen en Bruselas se les olvidan estas cuestiones. Además, por ejemplo, de otro gran desafío como es la Yihad en territorio europeo, con esos terroristas islámicos, como son los lobos solitarios, y cuyo primer muro de contención es Israel; recen porque nunca desaparezca, como quiere Hamás e Irán, porque los siguientes en la lista somos nosotros, Al-Ándalus.