VALÈNCIA (EP). Al menos dos soldados iraníes han muerto en el ataque aéreo efectuado esta pasada madrugada por el Ejército israelí contra varias posiciones militares dentro de Irán, un bombardeo que Israel ha enmarcado como una respuesta a los ataques aéreos iraníes lanzados contra el país, el último de ellos el pasado 1 de octubre.
El ataque ha sido confirmado por las Fuerzas Aéreas de Irán, que han denunciado "ataques contra partes de centros militares" en tres provincias del país: Teherán, Juzestán e Ilam, estas dos últimas en el sureste. El Ejército iraní asegura que las defensas aéreas han logrado "repeler con éxito" el ataque si bien "existen daños de alcance limitado en algunos lugares".
Posteriormente, el Ejército de Irán ha confirmado en un comunicado "el martirio de dos soldados en el ataque de esta pasada noche, mientras se enfrentaban contra los proyectiles del criminal régimen sionista".
Israel ha llamado a la operación "Días de Arrepentimiento" y en ella han participado aviones de combate, de reabastecimiento y espía. El ataque, añaden los militares israelíes, ha ido dirigido contra "baterías de defensa aérea y sitios de fabricación de misiles balísticos", como los empleados los ataques iraníes contra Israel a principios de mes y el 14 de abril.
Fuentes militares iraníes han indicado por contra a la agencia semioficial de noticias iraní Tasnim que en ningún momento los aviones israelíes entraron en el espacio aéreo del país y que "el ataque sionista sucedió fuera de las fronteras".
Otras dos fuentes de seguridad iraníes, una de ellas de la Guardia Revolucionaria, ha confirmado al New York Times que entre los lugares atacados en Teherán se encuentran una batería de defensa aérea S-300 en el Aeropuerto Imán Jomeini y tres bases de misiles de la Guardia Revolucionaria.
En una segunda ronda de ataques, aviones no tripulados israelíes atacaron un base militar secreta de Parchin, a las afueras de Teherán. Cabe destacar que la Guardia Revolucionaria ha negado que el ataque haya alcanzado sus posiciones.
Volviendo a la declaración de los militares israelíes, el Ejército añade que los bombardeos concederán a las Fuerzas Aéreas "una mayor libertad de acción en Irán" y avisa finalmente a Teherán que dispone de un amplio banco de objetivos que puede atacar en futuras operaciones si fuera necesario.
La primera reacción oficial del Gobierno iraní ha venido del Ministerio de Exteriores, que ha condenado el ataque como una agresión a su soberanía nacional y recordado que tiene el derecho a defenderse de esta clase de bombardeos, si bien ha recalcado también su disposición a preservar la estabilidad regional.
Fuentes de la Casa Blanca han indicado al diario israelí Times of Israel que Estados Unidos fue informado del ataque y que, si bien el Ejército estadounidense no ha participado directamente en el mismo, parte de él es fruto de las conversaciones entre el presidente Joe Biden y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu "para planear una represalia con mínimo riesgo para los civiles, como parece que ha sucedido esta noche".
En paralelo, fuentes del Gobierno israelí, bajo condición de anonimato, han explicado al portal estadounidense Axios que el ataque de esta madrugada contra Irán es más bien un mensaje de advertencia para que la república islámica deje de inflamar el conflicto en Oriente Próximo.
Estas fuentes indican que Irán tenía conocimiento de antemano del ataque y de su intención debido a un mensaje israelí que Teherán recibió través de canales diplomáticos de terceros países.
Al mismo tiempo, el Ejército de Israel también ha llevado a cabo en la madrugada de este sábado un ataque con misiles contra el sur y el centro de Siria, según ha informado la agencia de noticias estatal SANA.
"Nuestros sistemas de defensa antiaérea repelieron la agresión israelí con misiles contra algunos emplazamientos militares en las regiones meridional y central", ha indicado la mencionada agencia en su canal de Telegram.
El ataque con misiles, de acuerdo a una fuente militar, se ha producido alrededor de las 02.00 horas (hora local) desde los ocupados Altos del Golán -un territorio que Israel arrebató a Siria durante la Guerra de los Seis Días (1967) y la Guerra del Yom Kipur (1973) y que se anexionó de forma efectiva en 1981, en un movimiento no reconocido por la comunidad internacional- hacia "objetivos militares" en el centro y el sur de la república árabe, aunque aún se desconoce su impacto.
Arabia Saudí ha sido uno de los primeros países en reaccionar con una condena furibunda contra el ataque israelí, que describe como una agresión contra la soberanía iraní.
"Los ataques militares contra la República Islámica de Irán, que constituyen una violación de su soberanía y de las leyes y normas internacionales", zanja el Ministerio de Exteriores saudí en un gesto de apoyo a Irán, tradicional enemigo regional con el que lleva unos meses realizando intentos de acercamiento que trata de simultanear con negociaciones para normalizar relaciones con Israel.
"El Reino afirma su posición inquebrantable en su rechazo a la continua escalada en la región y la expansión del conflicto que amenaza la seguridad y la estabilidad de los países y pueblos de la región, e insta a todas las partes a actuar con la máxima moderación", remacha el Ministerio.
También Omán, Irak y Pakistán han protestado contra estos bombardeos, como lo ha hecho igualmente Emiratos Árabes Unidos, un país que ha estabilizado sus relaciones con Israel y que ahora, al igual que el resto de países mencionados, condena "enérgicamente" los bombardeos israelíes antes de expresar "su profunda preocupación por la continua escalada de violencia y sus repercusiones en la seguridad y la estabilidad regionales".
El Ministerio de Exteriores emiratí reafirma así la posición nacional de que "las bases esenciales para resolver la crisis actual" pasa por la adhesión al derecho internacional y el respeto a la soberanía de los Estados".
Finalmente, el movimiento islamista palestino Hamás, cuya guerra con Israel ha acabado degenerando en una espiral regional de conflicto, también ha condenado esta "violación flagrante de la soberanía iraní", último episodio de una "escalada que amenaza la seguridad de la región y la seguridad de sus pueblos" que atribuye a "una ocupación apoyada por los Estados Unidos de América".
Estados Unidos y Reino Unido, por su parte, han concedido su apoyo innegociable a Israel. El secretario del Departamento de Defensa norteamericano, Lloyd Austin, ha reiterado en un escueto comunicado su respaldo a la "seguridad y el derecho de autodefensa" del Estado de Israel después de haber mantenido una conversación con su homólogo israelí, Yoav Gallant, para recibir información acerca de las operaciones.
Así, el jefe del Pentágono ha insistido en la necesidad de proteger "al personal estadounidense, a Israel y a los socios de toda la región frente a las amenazas de Irán y de las organizaciones terroristas respaldadas" por el régimen de los ayatolás.
El primer ministro británico, Keir Starmer, tiene "muy claro" que Israel "tiene derecho a defenderse contra la agresión iraní" pero también ha llamado a evitar "una mayor escalada regional". "Irán", ha concluido, "no debería responder".
Más fría ha sido la recepción del Gobierno francés -el presidente del país, Emmanuel Macron, ha defendido la posibilidad de embargar armas a Israel como medida de presión - que se limita a "tomar nota" del anuncio israelí del bombardeo e insta "a las partes a abstenerse de todo escalada y acción que probablemente empeore el contexto de extrema tensión que prevalece en la región".