Valencia Plaza

Premio Nacional de Gastronomía a la Mejor Directora de Sala 2022 

Cristina Prados: "La hostelería me permitía tener una vida que no tenía

  • Kike Taberner

Nacida en Jávea, pero criada en Valencia, su madre le empujó con 16 años a su primer trabajo en hostelería creyendo que aquel contacto con la vida real le haría volver a centrase en los estudios, pero fue todo lo contrario. Aquel mundo que descubrió por casualidad en el Palau de la Música le ha llevado hasta donde está hoy, a dirigir la sala del restaurante Bon Amb (dos estrellas Michelin) y a ser reconocida como la mejor profesional de la sala de este 2022 por la Real Academia de Gastronomía.  No es extraño que haya llegado donde ha llegado, porque Cristina además de ser una profesional como la copa de un pino (perfeccionista hasta el extremo de repasar cada noche cuando llega a casa el servicio mesa por mesa),  es cercana y carismática. Viene a la entrevista acompañada por su galga Gioia y ambas nos recuerdan que la elegancia poco tiene que ver con la cuna y mucho con tu manera de ser. 

— Empezaste en el oficio como un castigo… ¿Cómo fueron esos primeros años?

Empecé con un catering, en el Palau de la Música fue mi primer servicio y justo por eso que comentabas, en los primeros años del Instituto, se te va dando cada vez pero, cada vez pasas más tiempo en Viveros, cada vez te vas a más manifestaciones por saltarte clases… y una manera de hacer algo con tu vida y de meterte en el mundo laboral era esa, ponerme a trabajar. Mi madre en ese momento trabajaba como seguridad en el Palau de la Música y se hizo amiga de la persona que llevaba el catering y le pidió el favor. Yo vengo de un barrio muy humilde, el mundo que yo vivo ahora no es el del que yo salgo. Mi madre pensó que en cuanto empezase a trabajar diría que me quería volver al Instituto, pero no fue así. Me encantó. Me permitía tener una vida que no era la que yo tenía. Yo venía de una familia humilde con padres separados y pocos recursos, y entrar allí y empezar a ver cosas que no habías visto más que en películas…

— ¿Tuviste claro que la sala era lo tuyo o has coqueteado también con la cocina?

He coqueteado con la cocina porque para mi profesión es necesario. Lo cocineros estudian y utilizan un vocabulario a veces muy técnico, y sí, he hecho algún curso de cocina y me he interesado por esa parte para poder mantener el diálogo.

— ¿Qué crees que define a un buen profesional de la sala?

Se trata de estar atento, estar presente, concentrado y el resto creo que viene solo. Para mí es muy importante la concentración y es algo que marco al equipo. Hay que aprovechar que la sala nos permite esa doble vida. En el momento en que entras en la sala, vive tu fantasía, vive tu teatro, haz tu película porque cada uno representamos un papel y aprovéchalo y sé feliz y comparte y hablas con gente de todo el mundo y aprendes muchísimo. Lo que más define a un buen profesional en la sala es estar atento. Estar atento quiere decir escuchar a mis jefes, a los tips que me daban, a intentar mejorar… Quiere decir estar receptivo, estar aquí y ahora como dice el mindfulness.

— ¿Hasta qué punto consideras que es importante la formación en este área de la hostelería?

Super importante. Te lo dice una persona que no ha pasado por escuela de hostelería. Creo no hace falta una formación académica pero sí esa inquietud, esa continua formación de estar leyendo, de cursos, leer, ir ponencias… Yo he aprovechado todas esas herramientas que la profesión me ha dado. Cursos gratuitos del CDT… el que hiciera falta. He aprovechado los de la Federación, ahora el Basque de jefe de sala, he leído mucho…. Necesitas estar continuamente refrescándote y formándote. 

— ¿Crees que les falta formación a los profesionales de la sala?

Falta motivar e involucrar mucho más a la gente en los proyectos de cada restaurante

Creo que falta vocación y gusto por la profesión y un poco más de cariño, no solo por parte de los trabajadores sino por parte de la profesión. Valorar más a tus pilares, a esa gente que sabes que está dándotelo todo, que le estás exigiendo y te está dando, que está creciendo contigo, con tu empresa… Yo he conocido a mucha gente con mucha formación que se ha salido de la hostelería. Menos formación y más cariño. Más tener un encargado o un jefe que en lugar de tirar a la gente de la profesión, la atraiga y sepa ver las inquietudes de cada uno. Falta motivar e involucrar mucho más a la gente en los proyectos de cada restaurante. Pero parece que poco a poco se está haciendo.

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