VALÈNCIA. Las expectativas era tan malas, con amago incluido de suspensión a primera hora de la tarde si seguían cayendo chuzos de punta, que una discreta pero muy representativa participación sirvió este sábado para salvar los muebles de una manifestación que venía como a deshora, cuando es inminente la presentación por parte del Gobierno del esqueleto del nuevo modelo de financiación autonómica.
La lluvia respetó la manifestación en València -no así en Alicante y Castellón- y varios miles de personas recorrieron por la tarde el centro del cap i casal bajo el lema 'Un poble unit per un finançament just', cuatro años después de la mucho más multitudinaria marcha de 2017, aunque en aquella no estaban todos porque el PP se desmarcó. La triple manifestación de este año estaba convocada por la plataforma Per un Finançament Just, formada por CEV, UGT, CCOO y los principales partidos políticos.
La asistencia fue más institucional que popular; el pueblo -poco interesado por este problema según el barómetro de la Generalitat- contemplaba la marcha mientras hacía sus primeras compras navideñas en la calle Colón. Una marcha muy silenciosa -apenas sonaron lemas como "Hem d'escoltar al poble valencià" y "volem, volem, volem, un bon finançament" y con muchas banderas de partido o sindicato pero muy pocas valencianas.
La mayoría de los participantes acudieron convocados por sus partidos, sindicatos y asociaciones, con éxito dispar. Las pancartas acotaban los grupos y permitía comprobar la asistencia de cada uno. Entre los más concurridos, con varios cientos de personas, UGT y CCOO, que marchaban juntos, Compromís y PSOE. Pero estaban todos: PP, Ciudadanos, Podemos, Esquerra Unida, asociaciones civiles agrupadas en la Xarxa d'Entitats per un Finançament Just y en Crida pel Finançament... Todos menos Vox, a quien nadie echó de menos.
Esa muestra de unidad junto a una asistencia mayor de la esperada fue suficiente para que los organizadores consideraran la misión cumplida: los valencianos volvían a manifestarse por una financiación justa cuatro años después.
En cuanto a la cobertura mediática, lo de siempre. Amplio seguimiento en los medios valencianos y ninguno en la gran mayoría de medios nacionales, que a las diez de la noche en sus portadas digitales recogían ora la manifestación en EEUU contra la absolución de Kile Rittenhouse, ora la de los austriacos contra el confinamiento, o bien la celebrada en Madrid a favor de la 'ley trans'. Ni rastro de la valenciana.
Salvador Navarro: "Cuatro años después volvemos a las calles, con la presencia también del principal partido de la oposición. La manifestación no va contra nadie, sino a favor de los intereses de los valencianos. Hemos conseguido una mayor repercusión, se ha reconocido el maltrato a la Comunitat Valenciana; ahora, esta manifestación ha de servir para que se nos deje de tratar como españoles de segunda".
Ismael Sáez: "El propósito de la manifestación no es otro que tener los mismos derechos que el resto de españoles y recuperar la renta per cápita de los valencianos, algo necesario para crear empleo de calidad o apoyar las políticas industriales".
Ana García: "Con un nuevo modelo podríamos tener otro proyecto de país, destinar recursos a políticas de empleo, la erradicación de la pobreza o la transición energética".
Ximo Puig: "Si no hay un gran acuerdo político en España y entre las comunidades autónomas, el Gobierno solo no lo podrá hacer, ahora nadie se puede poner de perfil. Hay que exigir al PP que actúe como un partido de Gobierno, con responsabilidad. Esto no es una reivindicación contra el Gobierno, sino una visibilización del problema valenciano".
Carlos Mazón: "Hace tiempo que se debería haber puesto sobre la mesa una propuesta, un estudio económico para revertir la situación de injusticia, ya llegamos tarde, ahora hay que decidir cuánto tempo de prórroga va a haber".
Mónica Oltra: "Espero que el Gobierno cumpla con lo que le ha mandado el Congreso, porque esto no es una cuestión de magnanimidad. El presidente del Gobierno se comprometió a presentar un borrador de la financiación autonómica en los ocho primeros meses tras su investidura. Entendemos que ha habido una pandemia, somos comprensivos, pero es hora de cumplir la palabra, que es lo más importante en política".
Ruth Merino: "Quizá ya se reconoce en toda España que la Comunitat es la peor financiada. La pelota está ahora en el tejado de Pedro Sánchez, que ha de llamar al resto de partidos, negociar con altura de miras, alejado de partidismos. Esto ha de ser un consenso de todas las comunidades, es muy complicado, pero hay que dar ese paso y afrontar el problema".
Rosa Pérez: "No pedimos ser más ni menos que cualquier otra comunidad autónoma, la infrafinanciación se traduce en peores políticas sociales, en peores oportunidades".
Militantes de Madrid, Aragón, Castilla La Mancha, Castilla y León, Galicia y Extremadura reclaman un sistema justo y multilateral