Cuando la Fira del Llibre despertó seguía lloviendo

VALÈNCIA. Libros y lluvia, dos conceptos que desde el pasado Sant Jordi parece que van de la mano. Las aguas mil de este mes hacen de la lectura un acto más placentero (eso seguro), pero no resultan bienvenidas por los libreros y autores que se acercan a esta 57 edición de la Fira del Llibre. Con menos de medio año de diferencia entre la anterior edición los jardines de Viveros vuelven a acoger este evento, en el que se celebra la lectura como un acto sagrado. Una fecha señalada en la que lectores y escritores se acercan entre coloquios, firmas y diversas actividades. Este año la Fira vuelve a donde estaba, y es que la pasada edición no pudo celebrarse en el mes de abril, a causa de un inesperado repunte de casos. Toda la organización de esta se acomodó al mes de otoño, unas fechas que no estaban para nada previstas en el calendario, sin embargo este año la técnica Rosell Avalor celebra que se haya vuelto a la normalidad: “Volvemos a las fechas de antes, y eso hace que la gente se acerque a la Fira con mucha más naturalidad, lo de la edición de octubre fue muy confuso para algunos”.

Y hablando de normalidad, este año por fin se pueden ver las caras sin mascarilla. Esto supone una gran ventaja para aquellos libreros que se encuentran en actividades de diálogo con sus lectores, como pueden ser las presentaciones o las firmas. Resguardado bajo el techo de la caseta de Bibliomanía se encuentra firmando Joaquín Goméz, quien no duda en enganchar a los viandantes con sus curiosas muecas y gestos de manos: “Sin las mascarillas mucho más sencillo captar a los futuros lectores, es mucho más cómodo, directo y sin duda agradable”, confiesa el autor, y a su lado la vendedora confirma que lleva casi una decena de ventas en apenas unas horas desde la inauguración. A lo largo del paseo Antonio Machado una lona de césped artificial permite que evitar el barro sea sencillo, en este recorrido se agolpan este año una treintena de casetas más que el año pasado, llegando a un total de casi 100 alrededor de todos los jardines. Estas casetas novatas son vecinas de algunas míticas, como la de Estudio 64, en la que Lola decora con ganas el exterior, esperando que atraiga a los viandantes, a pesar de la lluvia: “De momento el tiempo no se está portando tan mal, pero tenemos las esperanzas puestas en el fin de semana, cuando se supone que saldrá el sol”.

A tan solo unas horas de la inauguración los libreros siguen volcando sus esperanzas en el fin de semana, sin embargo sí que comentan algunos de los libros que más se ven a lo largo de las estanterías: Novela negra y libros de Wattpad. Llúcia, de Andana Editorials comenta que de momento en ventas “res de res” pero defiende que es un buen día para darse una pequeña vuelta y conocer el panorama. Mientras hace estas declaraciones ordena los libros sobre el expositor, entre el que destacan la novela negra y la novela romántica, que surge de plataformas como Wattpad: “La gente joven se está acercando mucho a este fenómeno, los lectores de menos de 25 años principalmente. Si eso les acerca a la lectura yo me doy por satisfecha”. Este año la editorial Andana se resguarda de la lluvia bajo el puesto de librería Encantada, que lejos del codiciado paseo Antonio Machado se ubica hacia el ala izquierda del museo de ciencias naturales, una zona generalmente con menos tránsito. Para evitar esta situación desde la organización han cambiado las cosas para esta edición, colocando una exposición temporal al final de este paseo. Todo ello para que los visitantes se acerquen a estas zonas, tal y como lo confirma la presidenta de la Fira María Bravo: “La nueva ubicación de la exposición permite que los visitantes hagan un recorrido completo. Justo hoy está funcionando de maravilla porque es la zona más resguardada de la lluvia”.

Alguna ventaja tenía que tener inaugurar Fira pasados por agua, el cantautor Dani Miquel hace pleno en su primer día. La suma de lluvia con las visitas escolares resulta infalible para que su espectáculo de cuentacuentos con guitarra sea todo un éxito: “Es crucial cuidar a los niños de la Fira, es la manera más segura de asegurarnos que serán buenos lectores en un futuro”.  Llúcia aclara que esto es crucial, ya que en la Fira los más pequeños pueden tocar los libros, acercarse a los que más les llaman la atención y elegir de forma libre. Aunque de momento algunos de estos niños lo que hacen es corretear de forma ruidosa entre los pasillos de las casetas, haciendo que salte el barro. Así pues a lo largo de la Fira vemos: a un cantautor contentos, libreros con esperanzas en el fin de semana y una exposición con un alto número de visitantes.  A causa de la lluvia los lectores se paran un rato más del esperado a charlar con los autores que firman sus ejemplares. Y es que este fenómeno meteorológico... tiene sus ventajas. Propicia que resulte más interesante dedicarse un tiempo a parar, hojear (que no ojear) los libros y decidirse por un acompañante al que poner a salvo en una estantería, y en casa.