El IVAM acoge unas jornadas que reflexionan sobre diferentes aspectos del cine desde la crítica y la creación
VALÈNCIA. ¿Y si para pensar el cine no se hiciese falta a sí mismo? El soporte audiovisual se ha multiplicado en formatos y discursos, y pensar en un largometraje como única vía del séptimo arte resulta, desde hace décadas, algo obtuso. Desde ese prisma, desde hace seis años el colectivo Cine por venir pone de relieve las periferias y los límites (o -precisamente- la falta de estos) de este. En septiembre vuelven a proponer unas jornadas de talleres y conferencias, aunque esta vez será en el marco del IVAMlab, bajo la temática de la relación entre el cine y el arte y con una premisa: no proyectar ningún film.
"Buscamos transitar de lo público a lo privado, de lo personal a lo colectivo y de lo íntimo a lo común, siempre desde una óptica femenina y feminista que nos conecta con una de las líneas fundamentales del trabajo público del IVAM", explica el colectivo. En las jornadas, en la que participarán cineastas y profesionales del arte que, en mayor o menor medida, conectan su obra al cine, se preguntarán: ¿qué configuraciones de esfera pública es posible todavía crear o reapropiarse en el presente?, ¿qué desplazamientos se establecen en nuestros “tiempos convulsos” desde lo público y lo privado a lo íntimo y lo común?, ¿cuál es el lugar del cuerpo en dichas configuraciones y desplazamientos?.
Cine por venir trata así de seguir transitando en los límites difusos de la cinematografía: "nos interesa llegar y también salir del cine, por eso hemos invitado a profesionales que no son cineastas. Afortunadamente, los límites del cine y también los del arte se han convertido en tierra fertil para el pensamiento", explica Sonia Martínez, miembro del colectivo.
Desde esa perspectiva, inaugurará las jornadas el 19 de septiembre Ingrid Guardiola, autora del libro El ojo y la navaja, un ensayo en el que la autora analiza el paso de la lectura del presente a través de la fotografía y el cine a la virtualidad hegemónica que ha acabado de mercantilizar la mirada, habiéndose disipado la frontera entre la esfera pública y la privada.
El 20 y 21 de septiembre, será el turno de los investigadores escénicos Txalo Toloza y Laida Azcona, cuya propuesta es la de un laboratorio-taller que explorará uso de la palabra como herramienta para generar posibilidades y espacios desde los que cuestionar, crear y reconstruir la imagen, el espacio y el relato. Lo hará desde el concepto de lo visible explorarán "la posibilidad de que una imagen valga más que mil movimientos y palabras" y preguntarse "qué entendemos por imagen en la escena contemporánea".
Ya el 24 de septiembre, el activista cultural Paco Inclán, responsable de la revista Bostezo e integrante del grupo impulsor de la Guía Gastronómica de Cocina Migrante de València, organiza un taller en el que pone en contacto la palabra y el arte con la sociedad actual a partir de su trabajo con minorías en riesgo de exclusión. El juego y la creación como entidad transformadora y divulgativa de los conflictos sociales más latentes.
La cineasta Carolina Astudillo desgranará los fundamentos de su último film, Ainhoa, yo no soy esa, un montaje cinematográfico a partir de los vídeos caseros de Ainhoa Mata Juanicotena, que nació en el seno de una familia que filmó, grabó y fotografió su vida durante muchos años. Estos han sido intervenidos y montados por la propia Astudillo, intercediendo con su mirada un relato vital ajeno, pero real. Esta intimidad (re)apropiada se configura también como una crónica alternativa a la historia oficial de la España de los noventa. El taller consistirá en una explicación de su proceso creativo y metodologías de investigación.
Finalmente, el equipo de Cine por Venir, formado por Sonia Martínez, Miguel Ángel Baixauli, Alí Atrees y Álvaro de los Ángeles, capitanearán un laboratorio-taller a modo de conclusión de todas las jornadas, relacionando lo tratado durante esos días con la construcción de públicos y la generación de contextos dentro de la esfera pública.
La iniciativa acaba siendo una manera de entender el cine inédita en una València cuya agenda cultural entiende únicamente de cine palomitero y circuitos alternativos que sin embargo no salen de la normatividad: "no buscamos tanto ser inéditos como responder a nuestras inquietudes, primero como espectadores activos y ahora más desde la producción", explica Sonia Martínez. Y añade: "A nuestras jornadas suele acudir un público bastante variopinto. En su mayoría son gente relacionada con el arte y el audiovisual, pero tan solo hace falta tener curiosidad y querer compartir tu mirada".