Decía el escritor Bernard Le Bouvier de Fontenelle que la salud es la unidad que da valor a todos los ceros de la vida. Y recientemente se ha publicado un índice de las Ciudades más Saludables del mundo elaborado por Spotahome una plataforma online que ofrece alquiler de pisos y habitaciones. Este ranking reúne a 89 ciudades valorándolas de acuerdo a 10 factores relacionados con la salud, que se agrupan en los cuatro bloques siguientes:
La combinación de estos indicadores otorga los tres primeros puestos a Amsterdam, Oslo y Múnich, por este orden. En el ranking solo aparecen tres ciudades españolas: Madrid, en el lugar 44, Barcelona en el 52, siendo la primera Valencia con un destacado 15º puesto. Nuestra ciudad aventaja a las otras dos especialmente en lo relativo al entorno, en concreto, la calidad del aire y del agua, y las zonas verdes.
Y es que España aparece en los primeros puestos en los índices de calidad de vida. Así, la última encuesta del Banco HSBC a profesionales expatriados, otorga a nuestro país el segundo puesto en este ámbito, tras Nueva Zelanda. Lo que más se destaca de España es su estilo de vida saludable: el 58% de los expatriados que viven en nuestro país afirman que su salud ha mejorado gracias a su vida aquí. Sin duda es una buena noticia que debería ser aprovechada para reforzar nuestra posición exterior como destino turístico, ahora que se vaticina una ralentización de este sector por la recuperación de otros países como Egipto o Turquía.
Pero en cualquier caso, y ya que estamos en periodo vacacional, los locales tenemos la oportunidad de exprimir este entorno que es envidiado por muchos, y aprovechar el tiempo de descanso y de cambio de rutina para reflexionar sobre las cosas que debemos seguir haciendo, las que debemos dejar de hacer y las que hemos de hacer de forma diferente. Y los factores del mencionado estudio de Ciudades Saludables nos pueden servir de fácil guía, porque vivir en un entorno saludable no implica que nosotros tengamos buena salud sin más. Así que formulémonos 4 sencillas preguntas:
Ahora bien, ningún nuevo hábito se fija sin al menos mantener la disciplina de su ejecución durante al menos tres semanas. Así que, después de ese chequeo no olvidemos concretar detalladamente qué es lo que vamos a hacer, qué indicadores nos dirán que estamos en la buena dirección, cuál es el horizonte temporal que nos marcamos para cada etapa de ese nuevo camino, y, lo más importante, pongámonos en marcha.
Porque aunque parezca casi imposible, siempre estamos a tiempo de aprender y de cambiar. La frase “es mi carácter, soy así y no puedo cambiar”, no deja de ser una creencia limitante que no es cierta, puesto que nuestra personalidad no es algo estático, sino que está abierta a las nuevas experiencias y en continuo desarrollo sobre una base, eso sí, relativamente estable.
Como le contaba Brad Pitt a su hija, en el filme El curioso caso de Benjamín Button: “nunca es demasiado tarde, o demasiado pronto, para ser quien quieras ser. No hay límite en el tiempo, empieza cuando quieras. Puedes cambiar, o no hacerlo, no hay normas al respecto. De todo podemos sacar una lectura negativa o positiva, espero que tú saques la positiva… Espero que vivas una vida de la que te sientas orgullosa, y si ves que no es así, espero que tengas la fortaleza para empezar de nuevo”. ¡Buenas vacaciones!