Los cines de Paseo Ruzafa, Un Sur, la Pirámide Musical, Arena Auditorium... El último cuarto de siglo de la ciudad ha ido eliminando cualquier resto de los años ochenta
VALENCIA. Cantaba Serrat, citando a Machado, que todo pasa y nada queda. Los recuerdos se borran. Sólo permanecen las emociones. El cierre del primer local de Burger King en Valencia, ubicado en la Plaza del Ayuntamiento, es un nuevo clavo sobre el ataúd del ocio de los años ochenta. Espacios populares locales emblemáticos, han sido pasto del paso del tiempo. Algunos de ellos fueron relevantes en la vida pública. Otros, denostados con los años. Algunos incluso han sido retratados en obras de arte, novelas...
Un breve repaso memorístico evidencia como Valencia es una ciudad en continuo cambio donde no hay espacio para la nostalgia. Unos cambios que se han hecho más patentes en este último cuarto de siglo. Eran espacios que existían, por citar un ejemplo reconocible, antes de que llegara al Ayuntamiento de Valencia la ya ex alcaldesa Rita Barberá y que se han ido antes que ella o, como en el caso de Burger King, al unísono.
1. BILLARES COLÓN
Pocos locales pueden presumir de haber sido retratados por artistas internacionales. Ese es el caso de Billares Colón, ubicados en los bajos de la finca neomudéjar de Vicente Alcayne. Fueron pintados por el Equipo Crónica en su cuadro de 1977 La partida. También aparecían en la versión cinematográfica de la novela de Manuel Vicent Tranvía a la Malvarrosa. En los sesenta se labraron la fama de ser lugar de encuentro de homosexuales, recuerda el escritor y bibliófilo Rafael Solaz.
Sobrevivieron a la Transición, fueron adoptados por las nuevas generaciones, pero languidecieron con la desaparición de la afición al billar y cerraron entrados los años 90. En su lugar hoy hay un VIP's. El escritor Miguel Herráez los cita en su última novela, La vida celular. "El otro día estuve allí con un amigo y lo comentábamos. Hay espacios de la memoria que se desenganchan y da una cierta melancolía ver cómo se han perdido", comenta.
2. LOS CINES DE PASEO RUZAFA
"Para los que tratamos el tema de los cines y salas de teatro, el Paseo Ruzafa fue el Broadway valenciano", comenta el periodista y escritor Miguel Tejedor, autor de El libro de los cines de Valencia. "Era parte incluso de la vida sentimental de los valencianos. Nadie se libró de ir allí", añade. Ahora el espacio está copado por franquicias de comida y de ropa.
La lista de cines que han cerrado en estos 24 años es larga e incluye salas tan populares como los cines Serrano, Artis, Eslava... En la calle Ribera, paralela al Paseo, se encontraba el Capitol, cerrado, y en Marqués de Sotelo el Rex, cerrado. De todas las salas que jalonaban Paseo Ruzafa sólo permanece una, los cines Lys, reconvertidos tras el incendio que los asoló. Hoy son una de las multisalas más populares de la provincia de Valencia y, junto a los ABC... Park, en la calle Lauria, los únicos que sobreviven en el centro de la ciudad.
3. PIRÁMIDE MUSICAL
Colas kilométricas para firmar discos, conciertos en la explanada, la Pirámide Musical de El Corte Inglés nació de casualidad. Fue creada como un espacio para el bricolaje y la jardinería y como tal abrió en diciembre de 1982. En enero de 1988 pasó a depender de El Corte Inglés y se reconvirtió en la tienda de discos especializada de la cadena en Nuevo Centro. Los cantantes de moda acudían allí a presentar sus discos. Alejandro Sanz, Héroes del Silencio, Tino Casal... Hasta Malú. Tenían prácticamente todas las referencias musicales del mainstream.
"Era una zona de encuentro de la juventud como ahora lo son las ruinas de la estación de los Pinazo en la calle Colón", comenta Pau Pérez Rico, de El Corte Ingles. El pasado mes de febrero la cadena anunciaba que lo reconvertía en una tienda Sfera. El capitalismo no entiende de sentimentalismos. Este verano cerrará como tienda musical y desde El Corte Inglés anuncian que abrirá como Sfera a finales de año.
4. BURGER KING
Ahora que las franquicias de comida rápida lo ocupan todo, es sólo uno más, pero en su momento el local ubicado en las proximidades de la Plaza del Ayuntamiento supuso una conmoción. Lo que vendía no eran hamburguesas, sino modernidad. El público cuando veía los colores y la decoración no pensaba en aceites ecológicos, calorías y azúcares, sino en Estados Unidos, en Nueva York... Ya éramos europeos.
Sin embargo, nadie parece que lo vaya a echar de menos. Cuando la excepción se convierte en norma, no hay motivo para apreciarla. Además, a fin de cuentas, fue el caballo de Troya de todo lo que ha venido después. "Nos hemos dado cuenta mucho después de que tenemos algo tan bonito como la dieta mediterránea", comenta el crítico gastronómico Paco Alonso. Bye, bye... rey de las hamburguesas.
5. CERVECERÍA MADRID
Otro espacio de referencia para varias generaciones. Se inauguró en los años cuarenta con el nombre de Berlín. Se rebautizó. El pintor gallego Constante Gil (1926-2009) y su hermano José Luis crearon en él el combinado más famoso de la ciudad, el Agua de Valencia. Allí se reunían los escritores, los artistas... "Era un café en el mejor sentido de la palabra", recuerda el periodista Manuel Peris. "Se celebraban tertulias con escritores, pintores, con gente como Tomás March que con el tiempo sería galerista, niñas pijas, gente excéntrica como El Barón, Manolo el Jodío, el Sereno del barrio que acababa allí sus rondas...".
También se pudo a ver en los noventa a futbolistas del Valencia como Claudio Piojo López con su novia. Cerró y el grupo Las Ánimas lo reabrió, más moderno, sin música jazz. Volvió a ser lugar para encuentros nocturnos, como el que tuvieron el ex presidente Francisco Camps (entonces delegado del Gobierno) y su mujer, con su amigo José María Cano una noche tras el concierto de este último en Manises, pero las tertulias desaparecieron. Ahora está cerrado. "Lo malo no es que esté cerrado; lo peor fue la barbaridad que hicieron cuando quitaron lo antiguo y pusieron un falso antiguo", comenta Peris. En el lado contrario Peris cita los casos de Congo y Los Madriles, que, dice, han sabido adaptarse a los tiempos y siguen abiertos.
6. ARENA AUDITORIUM
La noche valenciana de los ochenta y noventa no se habría entendido sin locales como Arena Auditorium. Abrió el 29 de diciembre de 1983 y cerró a finales de 1999, y durante sus casi 16 años de existencia fue la sala de conciertos por referencia. Ahora aspira a convertirse en un Consum. Sí, aspira, porque no hay nada concretado.
Uno de los músicos valencianos que actuó allí fue Tórtel. "Sólo lo hicimos una vez como Ciudadano López cuando ganamos el Circuit Rock. El aforo era brutal. El sonido era buenísimo. Los camerinos tenían algo que no he visto en ninguna parte: Estaban apartados del edificio con una especie de zona de recreo y una explanada para que te diera el aire. Era una locura. Pasé más rato allí que en los camerinos. No he visto últimamente el edificio. He pasado en coche y no me he fijado. Sí que vi un vídeo de cómo estaba por dentro y la verdad es que me dio mal rollo. Es una pena que se haya dejado echar a perder", se lamenta.
7. DISTRITO 10
Distrito 10 fue la discoteca de moda entre los niños bien de Valencia. Fue derruida y ahora en su solar se encuentra la Universidad Europea, un centro formación privado. Abrió en 1982, al año siguiente de otro clásico de la noche valenciana, Woody. Costó 350 millones de pesetas de la época, una cifra extraordinaria. Tenía una sala VIP en la planta alta en la que su gerente Carlos Llobet llevaba a los famosos. La inefable Ana Obregón, la actriz costarricense Giannina Facio mujer de Ridley Scott y entonces novia de Julio Iglesias, fueron algunos de los que pasaron por allí.
"Era la discoteca que quería marcar la diferencia", explica el periodista y promotor musical valenciano Miguel Ángel Pastor. "Marcó toda una época para una serie de gente de Valencia. Hacía unos años que se había estrenado Fiebre del sábado noche. TVE había estrenado también el programa Aplauso. Estaban de moda las discotecas y para mucha gente Distrito 10 fue la mejor discoteca de Europa". Su gloria duró poco más de una década. Cerró en 1994 aunque aún acogió algún evento. Finalmente, fue pasto de la excavadora tras casi una década cerrada. Vista con el tiempo, hay serias dudas de que hubiese pasado una inspección de seguridad en la actualidad.
8. SUSO'S
Suso's, epicentro de la noche cañí, vivió sus años de gloria a finales de los noventa y principios del milenio, cuando se tornó en el punto de destino de los invitados a los programas de RTVV como Tómbola. Su nombre viene del rey de la noche valenciana, Jesús Barrachina. Éste se la cedió a su mano derecha, el príncipe de la noche, Jesús Saiz, discípulo aventajado, que la regentó a partir de 1986. Finalmente la gestionó Sergio Agüero quien en 2010 la vendió al Grupo Las Ánimas, que la ha reconvertido en La Posada de las Ánimas. Si las paredes de Suso's hablaran, Valencia enmudecería. O no.

9. UN SUR
Un Sur al principio se llamó Oggi y después Nou Café Concert, aunque los punkis valencianos preferían llamarlo New Cafe Concert, por aquello de parecer más internacionales. Como NCC estuvo dirigida por la sabia mano del músico valenciano Tonipep Rodriguez, que lo convirtió en un club cosmopolita y abanderado de La Movida. Su reinado se extendió entre 1979 y 1984. Allí se programaron conciertos de grupos claves de la escena nacional como Parálisis Permanente ("su última actuación", señala Rodríguez), Alaska y los Pegamoides, Seguridad Social, Aviador Dro, Los Rebeldes o Derribos Arias, actuaciones de grandes del humor como Pepe Rubianes... "Lo de Alaska fue un fracaso", recuerda entre risas.
"Tuvimos muchos problemas con el Ayuntamiento y un amigo y yo decidimos irnos a Barcelona. Montamos una productora con la que grabamos después a grupos como Los Rebeldes". Con todo, no se desentendió. Un grupo de 14 personas, incluido el propio Rodríguez, se quedaron como accionistas del local, ya reconvertido en club. Rodríguez fue vendiendo acciones hasta desprenderse de toda su propiedad. Como Un Sur estuvo gestionada por Pepe Luna y después por Paquete. Era el sitio que nunca fallaba. Cerró hace apenas tres años.
10. ÓPERA
Llegó antes que Rita Barberá a la alcaldía de Valencia y se ha ido un poco antes también. El pub de los monólogos, donde se foguearon nombres de la escena local como Xavi Castillo, personalidades como Goyo Jiménez, estrellas como Dani Rovira, cerró el pasado mes de febrero. Pero también había acogido proyecciones de cortometrajes protagonizados por actores como Sergio Villanueva o Jaime Pujol, conciertos... Ahora es un pub convencional con otro nombre donde se puede fumar en cachimba. Las modas se imponen.
El que fuera su gerente, Javier Alastrúe, anuncia que en breve regresarán en otro espacio. "Lo haremos en septiembre pero sólo como sala de espectáculos. Todavía me siguen llegando correos preguntándome cuándo volvemos. Tenemos ganas de volver más que nada por el tema de los directos", dice. No todo está perdido.