VALENCIA. El Gran Premio de Europa de Fórmula 1 de Valencia bajó el telón este domingo tras la victoria memorable del piloto asturiano Fernando Alonso. Un triunfo que parece haber envalentonado a los dirigentes valencianos en su valoración de la prueba automovilística que fue señalada al inicio del mandato del presidente Alberto Fabra como uno de los grandes eventos a revisar. Un acontecimiento que, tras varios años celebrándose, continúa arrojando dudas sobre sus costes y beneficios, algo que los políticos valencianos alimentan verbalizando cifras astronómicas y, a menudo, dispares.
El jefe del Consell, que se atrevió al llegar al poder -por lo menos entonces- a cuestionar la política de grandes eventos, ha abogado por la reducción de costes, la alternancia con Cataluña y la rebaja del canon, una petición solicitada a Bernie Ecclestone para continuar albergando la prueba.
Sin embargo, continúa siendo preocupante la opacidad en cuanto a los gastos e ingresos que implica la celebración de un evento de estas características, algo que Fabra se comprometió a aclarar una vez fuera desmontado el 'Gran Circo' -otro de los nombres para la F1- de Valencia. Las cifras, al margen de la nula profundidad o claridad con que se presentan siempre desde el Consell, resultan en muchos casos contradictorias, dispares o, en el mejor de los casos, insuficientemente explicadas.
Durante estos días, hemos escuchado al presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, afirmar públicamente que las cuatro ediciones anteriores de los grandes premios han tenido un impacto económico de más de 108 millones de euros y propiciado la creación de 1.357 puestos de trabajo.
Unas palabras refrendadas por el secretario general del PPCV, Serafín Castellano, quien aseguró que en cuatro años el Gran Premio de Europa ha atraído a más de 700.000 personas a la Comunitat, además de tildar de "irresponsable" a la oposición por cuestionar la rentabilidad de la prueba.
No obstante, regresando un par de años atrás, puede encontrarse que la entonces consellera de Turismo, Belén Juste, aseguraba que la Fórmula 1 había dejado en Valencia 60 millones de impacto económico. Corría el mes de junio de 2010.
En una línea similar se manifestaba el vicealcalde y presidente de Turismo Valencia, Alfonso Grau, en enero de este año, al asegurar que la F1 generó un beneficio de 55 millones a Valencia en 2011.
El mismo día de la prueba, Alberto Fabra recalcó que el Gran Premio había generado "1.400 empleos directos" y "un impacto económico para la Comuidad Valenciana de 100 millones de euros". Unas manifestaciones suscritas ayer mismo por la consellera de Turismo, Lola Johnson, quien cifró el retorno de la carrera en "cerca del centenar de millones de euros" y "miles de puestos de trabajo". Días atrás, la titular de esta cartera había señalado que la visita de 700.000 personas en las cuatro ediciones anteriores habían generado "unos ingresos de 43 millones de euros".
Más allá de los numerosos interrogantes que puedan surgir de la lectura de estas cifras o de los matices existentes en los datos aportados en distintos momentos o según referencias locales o autonómicas, resulta evidente que el Gobierno valenciano está obligado a detallar y explicar de una forma clara y realista los gastos e ingresos, y en qué se basan sus cálculos, en relación al Gran Premio de Europa.