VALENCIA. Cuando no hay dinero, conviene agudizar la picaresca. Esta no es una cuestión que se reduzca a las familias con pocos ingresos: los gobiernos que no disponen de liquidez para afrontar inversiones o grandes proyectos también deben recurrir a la habilidad para 'vender' logros.
En esa línea parece ir el anuncio del presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, de que los miembros de su Gobierno deberán volar en líneas de 'low-cost'. Una iniciativa que, de inmediato, saltó a aplaudir Ryanair poniendo su flota a disposición de todos los políticos de España. Precisamente en picaresca pocos ganan a la compañía irlandesa.
La medida del jefe del Consell consiguió buena repercusión mediática: si no podemos vender nada, vendamos cercanía, austeridad... o humo. Porque, una duda razonable asalta a la redacción de Valenciaplaza.com: ¿cuántos vuelos toman los consellers al año? ¿A dónde van?
Para empezar, Ryanair ni siquiera viaja ya a Madrid desde Valencia. Un destino que, sin duda, será el destino más requerido por los primeros espadas de Fabra en los próximos meses. No en vano algún alto cargo ha soltado en privado 'chascarrillos' sobre el asunto: "Los más contentos con tanto CPFF y tanto FLA van a ser los del AVE, que se van a forrar viaje para arriba y para abajo para pedir los cuartos".
Otra posibilidad, en el mejor de los casos, es que se halle en ciernes un ambicioso plan de internacionalización de todo lo valenciano que obligue a los consellers a viajar a lo largo y ancho de Europa con la loable misión de vender las bondades de nuestros productos y empresas.
En cualquier caso, más allá del efectismo de la medida y la fotografía mental que algún ciudadano pueda dibujar de un conseller sufriendo las apreturas en un vuelo de una línea de bajo coste o discutiendo a brazo partido con una amable señorita porque su maleta no cabe por un centímetro en el soporte minimalista de la compañía, ahorro lo que se dice ahorro... ejem.