
VALENCIA. El líder empresarial José Vicente Morata, actual presidente de Cámara Valencia y del Consejo de Cámaras de la Comunitat Valenciana, tiene su diagnóstico de las razones que explican la falta de liderazgo estatal de la Comunitat. Aunque nunca ha reconocido tener un objetivo político en su carrera pública, no duda en exponer su propio plan de acción.
Para tener capacidad de presión en Madrid, Morata considera que hay tres alternativas. La primera es contar con un partido nacionalista al estilo de los catalanes de CiU o los vascos de PNV. Aunque desde Valencia se llegó a presentar batalla desde el regionalismo con Unión Valenciana, el empresario asegura que "fue disuelto", eliminando esa posibilidad.
La segunda, es tener un grupo propio en un partido nacional, como lo fue el grupo de Valladolid en el Partido Popular (PP). Aunque existen individualidades identificables, especialmente en el PP, Morata no los estima especialmente numerosos y, lo que es más importante, cohesionados.
Por último, la última opción correspondería a un grupo de interés económico definido, como los gallegos en torno a la pesca, que pese a tener un peso mucho menor en el PIB español que el turismo o la cerámica castellonense ha demostrado su fuerza tanto en la capital como de cara a Bruselas.
LOS PILARES DE LA NUEVA ESTRATEGIA

"Falta autoestima", sentencia. Y el problema no es de Madrid, sino valenciano. Como reacción, considera fundamental que desde la Comunitat se fijen unas prioridades que defienda "todo el mundo", por encima de siglas partidistas o intereses empresariales individuales.
Morata propone consensuar una serie de 10 o 12 puntos para que toda la clase política y económica, al igual que "todos los que vamos de forma continuada a Madrid, defendamos conjuntamente". Para el empresario, "lamentarse de lo sucedido no lleva a ninguna parte".
Para su proyecto, ofrece distintos puntos de referencia colectiva en los social y lo político. Por ejemplo, incide en la defensa de un modelo turístico propio, como el de Benidorm, que, aunque "no valga para todas partes", no debe rechazarse sin tener en cuenta sus ventajas y su buena capacidad de negocio.
Otro pasaría por la denuncia de la discriminación que sufre la autonomía en la financiación del Estado, tema recurrente en los últimos años que ha revivido en las últimas fechas; la exigencia del corredor mediterráneo; la mejora de las conexiones del aeropuerto alicantino de l'Altet o del suministro energético para los ceramistas de Castellón.
OBJETIVOS ECONÓMICO
Las soluciones que se han ofrecido hasta el momento para afrontar los efectos de la crisis en la Comunitat y en España no le satisfacen. "No por cambiar las leyes laborales o hacer una autopista en el desierto va a mejorar la economía", señala.

Aunque ha habido buenas noticias, no vale que la reducción del paro sea de medio punto, "ha de ser rápida", por lo que se requiere de "medidas contundentes". El trabajo por hacer pasa por simplificar también la burocracia, reducir la Administración y orientar la acción pública a la creación de riqueza.
Por otra parte, "el ciudadano está fastidiado", advierte, pero debe tomar conciencia de que las reformas no deben ser sólo legales. "La sociedad ha de cambiar de mentalidad", cultivando y reforzando el emprendedurismo, el conocimiento de idiomas y entendiendo que, del mismo modo que ya no hay "mercados cautivos", nadie va a proteger al país en el futuro, como se ha hecho hasta ahora desde Europa.
Esta exposición de impresiones y propuestas se ha producido en el desayuno organizado este viernes por la Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros de Valencia (FEBF), dos días después de que otro referente del empresariado valenciano como Vicente Boluda, presidente de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), expusiera sus impresiones sobre la marcha de la Comunitat.