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El fin de una era

Rita Barberá cae a manos de su 'bestia negra'

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VALENCIA. No les hizo falta esperar al final del escrutinio. Al filo de las 23 horas, Mónica Oltra, candidata a la Generalitat por Compromis, y Joan Ribó, su homólogo en la lista al Ayuntamiento de Valencia, salían a celebrar los resultados. No es para menos, el inesperado éxito del segundo en el cap i casal prácticamente les da la vara de mando. Eso sí, tendrán que pactar.

A la alcadesa popular Rita Barberá le queda el consuelo, pírrico, de haber sido la candidata más votada, pero se deja 10 concejales en el camino y a saber cuántos puestos de trabajo para su fieles. Ni siquiera haciendo las paces con Ciudadanos, a los que nunca ha dejado de criticar, le permitiría cumplir su sueño: encadenar su séptimo mandato. Los de Fernando Giner, con sus meritorios seis concejales, quedarán de meros comparsas en el próximo consistorio, aunque técnicamente podrían entrar en un gobierno de coalición.

Y lo peor para Barberá, es que no cae a manos del PSPV-PSOE ya que, con los cinco concejales de Joan Calabuig, este tendrá que negociar a la baja. No, ha sido su 'bestia negra': esos "catalanistas" de Compromís que siempre detestó los que le han mostrado el camino de salida de la Casa Gran de los valencianos. València en Comú, eso pro-Venezuela y tantas cosas más, también tomarán parte del próximo ayuntamiento, salvo sorpresas (grandes) de última hora. Los de Jordi Peris aportan 3 concejales

EL FIN DE UNA ERA

Los resultados de las elecciones municipales suponen un momento histórico en la ciudad de Valencia, el fin de la era Barberá. Ella fue la primera, allá por 1991, en convertirse en una líder de la derecha (más o menos moderada) local. Perdió contra la socialista Clementina Ródenas, pero un pacto con la extinta Unio Valenciana (la tercera fuerza), le permitió ocupar el sillón de alcaldesa de Valencia.

Optó así a un cargo que conservará hasta el próximo 13 de junio, cuando se constituya el nuevo gobierno de la capital (veinte días más tarde si hay algún recurso contencioso-administrativo contra el resultado).  Llegó con una coalición y una coalición pone fin a sus 24 años de gestión. De sus logros más sonados (la Copa América o la Fórmula Uno) no queda nada; pero las sombras de la corrupción (sobre su gobierno más que sobre ella) permanecerán en los tribunales.

De la alcadesa carismática que arrasaba a en los mercados, a la que un vendedor de quesos le niega el saludo por que no despacha "chorizos". La que, a fuerza de carisma, ganaba los debates pero que ahora no se atreve ni a aparecer (como ocurrió en el organizado por la SER). Alberto Fabra dio la cara la noche del jueves y admitió que los resultados habían sido malos.

Luego habló ella. Con el rostro serio pero tranquila, agradeció a los valencianos que hubieran confiando en ella para el cargo de alcaldesa durante 24 años. Los resultados, no lo ocultó, "han sido malos para Valencia y para el Partido Popular". Su formación fue la lista más votada pero, asumió, en las calles soplan aires de cambio.

Luego, dio su último discurso electoral. "Ahora tengo que ir a Madrid pero cuando vuelva, como cabeza de lista de la formación más votada, convocaré a quien considere oportuno para ofrecerle un pacto de estado". El objetivo: formar un frente "contra el radicalismo".

Su futuro está abierto. Quizás senadora en Madrid, quizás la jubilación. Pero lo peor es que se va una sombra de lo que fue y con la ciudadanía (que ha hablado en las urnas) en contra. De las mayorías absolutas de los últimos años al "todos contra ella". La política es así.

DEBACLE EN CASTELLÓN

Pero Barberá no estará sola en su aflicción. Siempre podrá consolarse minimizando su derrota mirando al norte, en concreto a Castellón. Los populares liderados por Alfonso Bataller pasan de 15 concejales a 8. Para gobernar la capital de La Plana son necesarios 14, y los 4 obtenidos por Cristina Gabarda (Ciudadanos) tampoco sirven para mantener la plaza. El PSPV de Amparo Marco ha logrado siete concejales (pierde dos) pero eso es peccata minuta: los ocho sillones que ocuparán en el consistorio Castellón en Moviment y Comprimís (cuatro cada uno) suman 15, la mayoría absoluta.

Bataller, que heredó el cargo de Alberto Fabra, que a su vez lo heredó de José Luis Gimeno, pone así fin a un ciclo de gobiernos populares en Castellón que se remonta al año 1991. Es el fin de un descenso a los infiernos que comenzó, en junio de 2011 cuando el otrora todopoderoso presidente de la Diputación Carlos Fabra tuvo que dejar el cargo acosado por los casos de corrupción.

Y TAMBIÉN EN ALICANTE

Derrota también en Alicante, pero por la mínima. Un solo concejal marcará la diferencia. El Partido Popular, liderado por Miguel Valor, ha pasado de 18 a 8 represtantes, un fracaso sin paliativos. De nada servirán los 6 concejales que podría haber aportado Ciudadanos a un posible pacto. La izquierda suma 15, gracia a los seis del PSPV, los seis de Guayem Alicante, y los 3 de Compromís

También es un triste final para un partido que allí lo fue todo. Ahora, de esos tiempos gloriosos, quedan una exalcaldesa imputada en serie, Sonia Castedo, y un ex presidente de la Diputación, Luis Díaz Alperi, que sigue su misma suerte. Los tiempos cambian y será difícil que no sea para mejor.

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