RÉQUIEM POR LA TEMPORADA 2020-2021

Daniele Gatti, el broche de oro a un año complicado para Les Arts

28/06/2021 - 

VALÈNCIA. Esta semana, Les Arts cierra la temporada más difícil de su programación de su historia. Si la anterior estuvo claramente marcada por un confinamiento que hacía imposible la vida más allá de la casa, este ha sido el año de los malabares, de las reprogramaciones, de las agendas imposibles, de la incertidumbres por los aforos y las restricciones, por los resultados de los test al equipo de las diferentes obras, de los cambios de última hora. Con todo esto, el coliseo valenciano ha conseguido lo más difícil: no tener que aparcar su programación y cerrar, siendo una excepción en Europa que se han encargado de aplaudir cada personalidad de la música internacional que pasaba. Se habla de la excepción española en la cultura en este curso, pero al destacar el Teatro Real y el Liceu como “los únicos teatros líricos abiertos de toda Europa”, se olvida sistemáticamente que Les Arts es el que más ha podido abrir y con restricciones menos severas. Ha sido, objetivamente, el teatro lírico más abierto de Europa.

Eso se ha conseguido con no pocos sobresaltos, pero el último se ha salvado: la desconvocatoria de la huelga del Cor de la Generalitat para facilitar la negociación con el Institut Valencià de Cultura permitirá llevar a cabo el Réquiem de Verdi bajo la batuta de Daniele Gatti, un broche de oro para la temporada que, junto a la reciente de Manfred Honeck, es todo un hito para la programación de Les Arts. Lo es por su propia reputación como directores de un altísimo nivel europeo, pero sobre todo, porque vienen a dirigir la Orquesta de la Comunitat Valenciana y el Cor de la Generalitat, dos formaciones que están a pleno rendimiento y que ningún director se ha olvidado de glorificar en las ruedas de prensa de presentación de los espectáculos. Las formaciones de Les Arts están viviendo años dulces, y las buenas sensaciones de los diferentes directores que han ido pasando hará más fácil encontrar quién quiera dirigirla de manera estable.

En todo caso, el Réquiem de Verdi es todo un reto y uno de los mejores colofones posibles. Además de la propia complejidad y belleza de la pieza (una de las más significativas del repertorio sacro-sinfónico), supondrá el debut de Gatti, director musical de la Ópera de Roma y entre 2016 y 2018 de la Orquesta del Concertgebouw de Ámsterdam (sin duda uno de los más reconocidos a nivel internacional actualmente). Además, los internacionales Eleonora Buratto, Sonia Ganassi y Michele Pertusi están al frente de un reto vocal de una importante exigencia. Se espera que repita las ovaciones que recibió Honeck con su programa de las sinfonías 1 y 5, de las que dejó constancia el crítico de Culturplaza, Joaquín Guzmán.

El Réquiem, además, cerrará el círculo de una temporada que iba a empezar con el de Mozart, bajo la dirección escénica de Romeo Castellucci. Este iba a ser el principio de la temporada soñada que finalmente no pudo ser, ante la complejidad del montaje y desarrollo de la obra, incompatibles con el desarrollo de la situación epidemiológica. Se espera que la próxima temporada sí se pueda llevar a cabo. En su lugar, se hizo una versión semiescenificada de Cosí fan tutte que no despertó grandes complicidades.

El otro momento clave de la temporada fue la cancelación de Falstaff a casi horas de su estreno por un positivo en el equipo de la obra, que supuso -de facto- el único momento en el que la música debía sonar y no lo hizo en Les Arts. Los calendarios se reajustaron, sustituyendo Tristan und Isolde por Falstaff finalmente.

Y en medio de la temporada, algunas revelaciones: un Fin de Partie de György Kurtág que renueva la apuesta de la dirección de Iglesias Noriega por traer ópera contemporánea, algo a lo que el público de Les Arts no está acostumbrado, pero que la crítica y los más melómanos aplauden. Al igual que en la temporada anterior ocurrió con la introducción del repertorio alemán con Elektra, Fin de Partie es una dulce nota discordante que recuerda que Les Arts también está para prescribir.

También gustó la apuesta por llevar, al menos, una zarzuela a la Sala Principal cada temporada. En esta ocasión, El barberillo de Lavapiés, de Francisco Asenjo Barbieri. La producción del Teatro de la Zarzuela gustó y el género lírico español se va abriendo paso poco a poco en el imaginario de Les Arts. Igualmente, otro hito fue ver Il tutore burlato, compuesto por el compositor valenciano Martin i Soler, en la sala principal. Una producción con mucha mano local que supo estar a la altura del resto de la programación.

Esta semana, Les Arts pone punto y final a su temporada y encara el próximo. Uno que estará aún lastrado por las reprogramaciones y las agendas imposibles, pero que empieza mirar con cierto optimismo hacia una posible normalidad de la temporada. En el contexto en el que el mundo cultural se ha movido, la Sala Principal de Les Arts ha sido la vuelta a los escenarios de muchos artistas internacionales durante esta temporada. La normalidad dentro del caos.

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