VALÈNCIA. Dasha Living Space se afianza en València. La compañía, de la familia valenciana Boix Ruiz, expropietaria de la aseguradora de decesos Finisterre, irrumpía en 2016 en el sector de la promoción inmobiliaria con dos proyectos en marcha. Ahora, cuatro años después, cuenta con una cartera de casi 50 activos inmobiliarios y se abre paso en el negocio del built to rent -construir para alquilar-, una fórmula que coge impulso en el mercado ante la creciente demanda de vivienda por parte de colectivos con dificultades para acceder a la compra de un inmueble y las mayores rentabilidades que ofrece para el inversor.
La firma ha comprado un nuevo edificio en pleno centro de la ciudad para destinarlo al alquiler temporal de profesionales que estén en València por cuestiones laborales. Un nuevo proyecto que se suma a otros inmuebles que ya gestiona la firma que arrancó su actividad en el negocio inmobiliario con la adquisición de activos tanto para la promoción de edificios de obra nueva como la construcción y rehabilitación de inmuebles para alquiler de viviendas a directivos y profesionales que se desplazan a València por motivos laborales durante una estancia determinada de tiempo.
"Cuando concebimos nuestro modelo entre el 2015-2016 nos dimos cuenta de que faltaban operadores para la gestión de viviendas en alquiler. No había ninguna empresa que se identificara con este segmento y nos quisimos posicionar en el alquiler temporal", explica a este diario el CEO de la firma, Jesús Boix. Una falta de oferta que contrastaba con otras ciudades como Londres o Madrid donde poco a poco las grandes promotoras y fondos se suman a este nicho que acapara cada vez más el 'apetito inversor'. Ahora, Dasha Living Space consolida un modelo en el cap i casal con tres edificios para el alquiler y varios pisos repartidos por la ciudad ante el "sobrecalentamiento" de plazas más maduras como Madrid y Barcelona y la alta demanda de empresas, profesionales y emprendedores que ponen en su punto de mira a la ciudad para extender sus negocios o emprender proyectos.
Todos sus edificios se ubican en el centro de la ciudad y cuentan con certificados A ó B de Green Building España. Para ello, los pisos están equipados con últimas tecnologías como aerotermia, suelo radiante, cerramientos con rotura de puente térmico o fermacell, un avanzado sustituto del pladur que permite obtener una mayor insonorización térmica y acústica.
Su primera promoción fue el denominado edificio Marqués de Cruilles en el número 105 de la calle Cuenca, el único que, por el momento, han destinado a la venta. Formado por un total de 16 viviendas -2 áticos, 2 dúplex y 12 pisos-, se trata del primer edificio residencial de la ciudad que disfruta de la calificación Verde del Green Building Council de España. Su siguiente proyecto, ya dedicado al alquiler, se encuentra en pleno corazón de València, en la calle Cádiz 40 en Russafa, un edificio de diez viviendas que compraron en 2015 a la entidad Ruzafa Park SL y que cuenta con certificación B.
En cambio, en la calle Huertas, dieron el salto al built to rent promoviendo un complejo de obra nueva en un solar que habían comprado justo enfrente a la falla de Na Jordana. El edificio está compuesto por 9 pisos de entre 2 y tres habitaciones que destinan a estancias temporales en alquiler. Todavía están ultimando las obras y la fecha estimada de entrega es abril de este año.
Su próximo proyecto es un edificio en El Carmen, en la calle Turia frente al Jardín Botánico, de diez viviendas de tres habitaciones y todos con terraza. La firma adquirió el activo y actualmente se encuentra en plenas obras de rehabilitación con el objetivo de que esté concluido en septiembre de este año. Contará, además, con una zona ajardinada comunitario, parking para bicicletas y garaje. Tendrá la certificación B de Green Building España y estará equipado de tecnologías como la aerotermia, diseñadas para reducir los consumos de agua caliente sanitaria, aire acondicionado y calefacción; cerramientos y fermacell.
Precisamente para hacer más placentera la estancia a sus inquilinos, la compañía ha diseñado toda una serie de servicios adicionales que van desde la recogida en el aeropuerto hasta la una mudanza pasando por alquiler de bici o clases de español. Todo ello a través de una aplicación móvil, exclusiva para sus clientes, que está activa las 24 horas del día y en la que el usuario también puede informar de incidencias en el piso o de las necesidades que precise.
"Al final nuestro modelo se centra en la gestión de los apartamentos y con el valor añadido de ofrecer una plataforma tecnológica que ayude a dar un soporte y unos servicios para mejorar la estancia. Muchos de ellos no hablan castellano y eso les supone problema para poder llevar vida cotidiana en la ciudad", señala el CEO de la compañía.
De cara al futuro, la firma sigue buscando nuevos activos, tanto solares para promover proyectos como edificios para rehabilitar, en barrios consolidados de la ciudad como el Cabanyal, la Patacona y ampliar su negocio en Russafa. Incluso barajan dar el salto a otras ciudades españolas, aunque todavía no hay un destino definido.