VALÈNCIA. David Aja está tan solicitado que su cola hace un enorme zigzag que se agolpa por los pasillos del Salón del Cómic de València, impidiendo el paso. Le quedan tantos cómics por firmar que al final la entrevista la improviso grabadora en mano y sentada en una silla justo a su lado, mientras él se dispone a continuar con su labor con los ejemplares que le van llegando. Entre las preguntas que le planteo algún curioso fan se une a la conversación, y se lleva algún dato inédito sobre su obra, además de un genial dibujo dedicado. El fenómeno generado por Aja es increíble, y en parte tal vez se deba a que el autor lleva más de 4 años sin pisar ninguna convención o salón o en que ha volado desde Estados Unidos para esta gran cita. Desde Culturplaza le planteamos todas nuestras dudas sobre su trabajo artístico y su larga trayectoria.
-Bueno David, ahora que ya estamos asentados, ¿te esperabas este exitazo?
-Esto es una locura. Me recuerda a una vez que me junté en Leeds con el guionista de la serie de Ojo de Halcón, teníamos planeadas solo un par de horas para las firmas y casi se triplicaron. Hoy la verdad es que estoy muy contento de estar de vuelta en esto, la gente se me acerca y me dice “Gracias” y lo les digo “No hombre, gracias a ti, que has comprado mi libro” [David ríe, y lo hace también en joven fan que escucha nuestra conversación]. Si no vendiese cómics no sé qué haría.
-¿Qué supone para ti este reconocimiento?
-Es genial, este mundo no es como el de la televisión aquí no te van a parar por la calle por muchos cómics que vendas. Además este año en concreto he firmado mucho mi último trabajo Semillas, que no sé si lo sabías pero se ha dicho que es el mejor cómic del Siglo XXI.
-La verdad es que no me suena.
-Sí, me lo he dicho yo mismo.
-Volviendo al tema de los reconocimientos. Otro de los cómics que estoy viendo mucho por la mesa es el de Ojo de Halcón, actualmente está pegando un boom el tema de los superhéroes en el cine y las series pero mi pregunta es… ¿Llega ese boom al cómic?
-Algo se nota, pero en todo caso viene más bien dado por las series. El éxito de Ojo de Halcón es que se vinieron perfiles totalmente nuevos, gente que no había comprado nunca nada de fuera, esto generó mucha afluencia de público y además creció mucho el número de mujeres lectoras, no me preguntes por qué.
-Sin embargo aquí firmas tanto Semillas, que es obra propia, como obras de Marvel.
-Mira, te voy a confesar algo: Yo el cómic de superhéroes dejé de leerlo a los 14 años. Me he dado cuenta de que cuando hago un cómic me gusta elegir proyectos al margen de los superhéroes, porque en ese mundo me pierdo mucho con todas las subtramas que se van desarrollando. Para mi cuando era pequeño lo que me llamaba del cómic es que pudieras entenderlo tú a tu bola y de forma independiente, sin que tuvieras que haber leído otros 50 cómics para comprender la historia.
-Como pasa con Marvel, por ejemplo.
-Sí, a veces en esos casos da un poco de pereza.
-Obviando ese detalle, ¿qué tal es trabajar con ellos?
-No me puedo quejar, la verdad. Siempre he tenido mucha suerte porque me han dejado trabajar en los proyectos que quería y con la gente que quería. Si vas desde el principio diciendo que eso es lo que quieres hacer pues te marcas tú el camino. Por ejemplo, con Ojo de Halcón hicimos lo que nos dió la gana…
-¿Y en las secciones internacionales?
-Yo no tengo ni idea de lo que hace Marvel fuera de Estados Unidos, al final se sale de mi alcance porque es una franquicia. Con Semillas por ejemplo me ha pasado todo lo contrario he podido controlar cada mínimo detalle hasta el tipo de papel con el que se imprime el libro.
-¿Cómo definirías Semillas?
-Es una obra visual que podría ser perfectamente una pieza de música, o incluso un poema. Hay imágenes que se van encadenando y muestran una historia compleja a través de pequeñas realidades. Esto se comprende muy bien a través de la primera página, que se presenta como un omatidio, un hexágono de los están en los ojos de las abejas. Cada uno de ellos refleja una realidad y es el propio cerebro de la abeja el que interpreta un conjunto a través de todos esos detalles. Con mis cómics espero que suceda algo parecido.
-¿Qué más sucede en tus cómics?
-Pues mira, por una parte que no se distingue entre quién es el guionista y quién es el que dibuja, generalmente suelo trabajar conjuntamente. Mientras uno trabaja una guía otra persona escribe y a la par ambas hacen los bocetos, cuando cuatro manos trabajan a la vez ya no es ni una coautoría. Debido a esto en parte otra cosa que pasa es que cada personaje toma la labor de construirse a sí mismo. A mi me gusta que los personajes tengan sus grises, nadie es ni bueno ni malo, un poco como en la vida real.
-Con la perspectiva que tienes desde fuera… ¿Está madurando el cómic español?
-Está madurando, sí... pero falta mucho para poder vivir del cómic en España. Va poco a poco pero de momento está complicado. Yo ahora mismo vivo solo del cómic y la ilustración pero lo hago fuera, en Estados Unidos, aquí en España siempre tenía otros proyectos paralelos.
-¿Te quedan energías para seguir viviendo del cómic?
-Para mí hacer cómics es maravilloso, pero también es agotador, mentalmente hablando. Es muy gratificante pero cansa mucho. Con Semillas he estado unos dos años trabajando, por ejemplo. Desde un punto de vista mental cuando estas con un cómic que es muy largo estás con ello en la cabeza muchísimo tiempo, mi truco es intercalar con portadas por ejemplo. Una obra larga a pesar de ser muy gratificante requiere un gran esfuerzo, aunque luego se ve recompensado [se asoma a la cola] como puedes ver.