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el coordinador local de m.u.t.e. responde a las preguntas de culturplaza

David Cosials: "Con las licencias claras, no habría problema en diferenciar la música en directo del ocio"

20/11/2020 - 

VALÈNCIA. M.U.T.E. Valencia se constituyó la semana pasada, un movimiento surgido desde la pandemia que ha conseguido movilizar a una parte importante del sector de los espectáculos. Sobre el movimiento pesan aún algunas dudas, ¿quiénes son? ¿cuáles son sus reivindicaciones? ¿van más allá de la situación sanitaria? ¿qué alternativas proponen al cierre cultural? Para responder a estas preguntas, David Cosials, su coordinador local, atiende a Culturplaza.

- ¿De dónde surge M.U.T.E.?
- M.U.T.E. surge de un compañero de Alicante, que crea un grupo de Facebook para movilizar a todos los compañeros al ver que no se hacía nada por parte de las administraciones. Poco a poco fuimos formando más grupos en otras ciudades y se acabó organizando de forma estatal. Por otra parte, ¿quiénes somos? somos todos los profesionales del sector, da igual de qué trabajamos e incluso somos trabajadores y empresa, ya que estamos afectados por lo mismo. M.U.T.E. es un lugar de unión en el que podamos difundir nuestro problema y hacernos escuchar.

- La plataforma ya se ha manifestado dos veces, en dos grandes convocatorias, ¿qué respuesta habéis recibido del Ministro de Cultura?
- A raíz del 17 y con la colaboración de todas las asociaciones que forman parte y que presionaron mucho para que sucediera, Alerta Roja (de la que formamos parte) tuvo una reunión con el ministro Uribes que -evidentemente- no han sido fructíferas. El problema sigue ahí, sigue sin llegar las ayudas, sigue sin haber protocolos para poder hacer algo... Por ahora, no hemos tenido ninguna respuesta positiva.

A partir del último decreto que sacaron, las ayudas extraordinarias para la cultura, hemos enviado un e-mail señalando que hay un agravio comparativo porque, por ejemplo, los artistas y toreros cobrarían una ayuda de más de 700 euros durante seis meses y, por otra parte, a los técnicos, se les propone una ayuda de unos 400 euros durante tres meses sin no han percibido ningún ingreso. Ocho meses sin trabajar no se puede saldar así.

- ¿Tiene M.U.T.E. fecha de caducidad o cuándo se pueda volver a la normalidad de antes ya se acabarán vuestras reivindicaciones?
- La intención de las personas que estamos coordinando el proyecto es, sin duda, seguir, por supuesto. Tenemos claro que esto no se va a solucionar de un día para otro. La pandemia pasará, pero el sector no se regulará luego solo. Queremos seguir trabajando en la dirección que hemos planteado hasta ahora y que -ojalá no- ante situaciones como la que estamos viviendo ahora mismo, los profesionales estén cubiertos.

Foto: KIKE TABERNER

- ¿De dónde viene esta fragilidad que ha hecho que el sector cultural sea uno de los más azotados por la situación sanitaria? Otros muchos, que dejaron de trabajar, han conseguido amortiguar la caída mucho mejor.
- Trabajamos con un componente fundamental, que es el de la temporalidad. Además, muchas de las profesiones que ejercemos no están reguladas, no hay un epígrafe de técnico cultural que nos proteja. Necesitamos todo un marco legal para que todos los trabajadores del gremio existan para la administración, se les regule unas condiciones dignas y tengan acceso a ayudas o a lo que necesiten. 

La indefensión es la falta de regulación. El resto de profesiones cuentan con unas reglas laborales, existen sindicatos, y tienen soluciones a los problemas que les pueda pasar. Nosotros vivimos en un vacío legal. Por eso decía que era una labor complicada y larga. No podemos salvar lo que ha provocado esta pandemia y volver al desorden de antes.

- En la Comunitat Valenciana, además, hay un segundo vacío legal, que es el de las salas de conciertos
- Sí, desde M.U.T.E. estamos trabajando también con las asociaciones de salas de música en directo, tanto a nivel autonómico como a nivel estatal. Ocurre exactamente lo mismo que con esta indefensión que provoca la falta de regulación de los trabajadores: las salas necesitan una licencia específica y actualizar las que tienen para poder hacer frente a su realidad. Desde M.U.T.E. nos hemos dado cuenta del enorme vacío legal que existe sobre el sector cultural, y nos hemos querido poner manos a la obra. Obviamente, no podemos hacer todo el trabajo, pero sí podemos asesorar al Gobierno en estas cuestiones, puesto que somos los profesionales que vivimos el día a día. Ellos saben de leyes, nosotros de nuestro trabajo. Por eso queremos formar esta mesa de trabajo.

- ¿Ya ha habido contactos con las administraciones valencianas?
- Estamos empezando a tenerlos ahora, después de enviar un correo a los partidos con una batería de propuestas y enmiendas. Aún estamos esperando respuesta por parte de ellos.

- ¿Y con la SIMUV, el sindicato de la música que existía previamente a M.U.T.E. en la Comunitat?
- Trabajamos con distintas asociaciones y profesionales, pero la SIMUV no es una de ellas.

Foto: KIKE TABERNER

-Dos cuestiones sobre algunas dudas que ha suscitado el movimiento. Desde el sindicalismo de clase, se difundió un comunicado criticando que en vuestra plataforma se juntaban patronal y trabajadores y que había una falta de reivindicaciones más obreras.
- Esa crítica iba a dirigida a Alerta Roja, de la que formamos parte, pero me alegra igualmente que me hagas la pregunta. Lo que les diría es que estamos abiertos a que nos ayuden, a que nos asesoren y que nos explican que nos falta por hacer y reivindicar. Ahora mismo estamos poniendo en marcha todas las acciones y grupos de trabajo de la organización y siempre nos faltan manos, pero este es uno de los puntos que hemos empezado y queremos ponernos en contacto con ellos precisamente para eso, para que nos ayuden con los vacíos. Nosotros somos profesionales de la cultura, no sabemos mucho sobre el ámbito laboral, así que estamos muy dispuestos a que nos asesoren y trabajar en conjunto para saber cómo darle salida a nuestras reivindicaciones, ir juntos a las administraciones y decirles "ya que no lo hacéis vosotros, lo hemos empezado a hacer nosotros".

- También ha habido críticas desde el clubbing y la música electrónica, que se sintieron apartados de las reivindicaciones al hacer esa fina diferencia entre sector cultural y ocio nocturno. ¿El (o la) DJ que trabaja en un festival o pincha en un club, forma parte de M.U.T.E.?
- Esta polémica surgió hace unos meses y quedó claro: en la organización del movimiento, y en la de Valencia mismo, hay un DJ que pincha en estas salas. Las respuesta, obviamente, es que sí forman parte del sector cultural. Al final, una persona que pincha para 20.000 personas en un festival está haciendo lo mismo que una persona que lo hace en una sala pequeña. El conflicto viene, otra vez del tipo de licencia que tienen estos locales. Si las licencias estuvieran claras, no habría problema en diferenciar la música en directo del ocio. Nosotros desde M.U.T.E. les tenemos muy en cuenta y forman parte del movimiento.

- Supongo que, como coordinador, y más en esta situación, estarás escuchando historias muy complicadas que está dejando esta crisis.
- Pues sí. Por eso estamos tan preocupados y necesitamos hablar con las administraciones, para decirle eso exactamente: que tenemos un problema muy gordo, que incluso tacharía de tragedia. Hay historias muy crudas, compañeros que trabajan y cobraban un sueldo estable, y que de un día para otro, rozan el riesgo de exclusión social por la pobreza.

Estamos todos un poco así. Yo, a nivel personal, soy de producción, autónomo, y como estoy reconocido en un epígrafe, he podido cobrar el cese de actividad, aunque eso de para comer y poco más, con la ayuda del sueldo de mi pareja. Pero es que hay compañeros que han ingresado cero euros en ocho meses, y eso sí es trágico. Familias en las que los dos trabajaban en lo mismo y entre los dos tienen que mantener su casa sin ningún ingreso... La gente ya está empezando a preocuparse muy seriamente.

- ¿Cómo afrontáis un 2021 tan incierto para el sector de la música?
- Lo vivimos, en efecto, con incertidumbre y realismo. La vacuna llegará y habrá un sector de la cultura que podrá empezar a funcionar con cierta normalidad, como las salas y los teatros, que aumentarán sus aforos a cómo están funcionando actualmente. Pero los festivales serán los últimos en reactivarse, y muchísimas empresas y empleos en España dependen de ellos en exclusiva. Hay esperanza, porque es lo último que se pierde, pero sobre todo hay preocupación porque no podemos pensar en que trabajaremos en verano.

Tampoco buscamos o pedimos reactivarnos al 100% ya. Somos conscientes de la situación actual y queremos ser responsables, pero sí necesitamos protocolos realistas para la parte que sí se pueda reactivar y demos alternativas a la que no.

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