VALÈNCIA. David Marqués llegó el pasado viernes a Vila-real con motivo de la inauguración de la 25 edición del Festival de Cine VIST. El director valenciano, co-guionista deCampeones, llegó con una nueva comedia bajo el brazo. En temporada Baja,la cual pudo verse de manera inédita en la ciudad castellonense antes de su estreno en cines el próximo 14 de abril. Alberto Resines, Edu Soto, Coque Malla yFele Martínez se meten en la piel de cuatro hombres que por razones económicas se ven obligados a vivir en un camping de Puçol. Todo esto mientras sus ex parejas -Ana Milán, Rosana Pastory Vanesa Romero- pasan por uno de sus mejores momentos profesionales. Una situación nada graciosa para sus protagonistas que, sin embargo, tiene todos los ingredientes de una comedia.
Marqués atiende las preguntas deCastellón Plaza para comentar su film así como algunos entresijosde la industria.
-¿Qué te resulta tan cómodo de la comedia que siempre vuelves a ella? -Siempre me ha resultado sencillo escribir comedia, aunque después no sé si es graciosa o no. Pero lo curioso es que la comedia no es mi género favorito como espectador. Me gusta más el thriller, el suspense, el drama, incluso el terror. Entonces, no sé, empecé a hacer comedia y ahí estoy. Sí que es cierto que la última película que he grabado (Puntos Suspensivos) no es una comedia, es un thriller. Así que por fin he podido probar otro género.
-¿Y cómo fue enfrentarse a este film? -Siempre pongo la condición de que si dirijo algo, he de reescribir el guión para llevármelo a mi terreno. No porque no me guste, sino no hubiera aceptado. Pero hice una reescritura y me llevé los personajes a mi mundo, a esas películas anteriores que había hecho. Me gusta hacerlos más cabrones, más miserables, más ruines... Me parece un reto que después el espectador pueda empatizar con ellos.
-En el elenco te haces con varios ases de la comedia española. ¿Cómo se maneja esto en el rodaje? ¿Hubo muchos momentos de improvisación? -El trabajo del director es exprimir el talento de los que le rodean, los actores y los miembros del equipo. Entonces, en el momento en que empiezas a ensayar o preparar un personaje con los actores, tienes que estar abierto a que ellos te den y enriquezcan el personaje. Me gusta rodearme de actores con los que ya he tenido la suerte de trabajar, como Antonio o Fele. Pero también tirar de amigos, como en este caso Coque, o actores que no conocía o no había trabajado todavía como Edu, al que siempre he admirado. He tenido la suerte de poder juntar todos estos elementos en una sola película y he disfrutado muchísimo.
-¿La vuelta a València, bien? -Pues un gustazo. Es la segunda película que hago en Valencia y me encanta rodar aquí. Además era el sitio perfecto. Rodamos en el camping de Puçol, estando en el mar y el clima que tuvimos fue muy bueno. Los actores estaban encantados.
-Aun así no todo son risas en el film, también hay momentos de mayor sensibilidad. ¿Hace falta siempre ese puntito de tensión? -Cuanto más cabrones hagas los personajes, por más que empatices con ellos, más vas a disfrutar cuando les pasen desgracias. Si son muy buena gente, te va a dar pena que les pase algo. Pero sí, siempre me ha gustado jugar con los elementos dramáticos. Me gusta que los actores se lo tomen como un drama. Si le quitas el volumen a esta película, parecerá que estés viendo un drama, porque los personajes lo están pasando muy mal, aunque después dicen y actúan como verdaderos imbéciles.
-¿Qué sensaciones tienes de cara al estreno? -Todas las películas las hago para mi yo espectador. Me encanta ver mis películas en una sala con gente. Si las pasan dos veces, voy las dos veces a verla. Necesito distanciarme de lo que he estado creando, para poder convertirme en uno más y poder verlo desde fuera. No estoy tan chalado de ponérmelo en casa, pero si hay pases con el público me encanta porque veo qué funciona y qué no. Más con la comedia, que es un género muy sencillo de saber si gusta o no. Pronto notas la respuesta.
-¿Te han llevado estas reacciones a plantearte en alguna ocasión cambios en el film? -Sí. De hecho, las primeras películas que rodé, antes de cerrar el montaje, hacía un pase con el público. Porque piensa que escribes el guión, lo reescribes, lo ensayas, lo ruedas, haces un montón de tomas, que tienes que verlas y montarlas. Una vez montado, se remonta mil veces. Llega un punto en que solo ves a gente moviendo la boca. Necesitas coger distancia, sobre todo en la comedia, que hay chistes que no sabes cómo se te ocurrieron.
Después haces un pase con público y lo que pensabas que no iba a funcionar, es el mejor momento de la película. Y al revés, escenas que creías que eran graciosísimas, hay 'grillos' en la sala.
-Al contrario que tus personajes, tu carrera está en un momento de “temporada alta”. -Bueno me he dejado llevar. Empecé haciendo mis películas autoproducidas en Ibiza y ha sido como una bola de nieve que ha ido cayendo y han empezado a salir proyectos. Sobre todo a partir de Campeones. Tengo la suerte de poder hacer lo que me gusta, con la gente con me gusta y en los proyectos que disfruto. Mientras dure, continuaré contando historias.
-Ignatius Farray le comentaba el otro día a Évole que “el cómico le ha cogido cariño al fracaso, porque de una manera u otra es inevitable”. ¿Sientes esta doble lucha también en el cine por lo que respecta a la comedia? -Es cierto que es un género muy denostado. Parece ser que si el espectador se lo pasa bien, ya no puede ser un film muy profundo. Son muy pocas las comedias que han ganado premios, aunque este año el Óscar se lo llevó Todo a la vez en todas partes,que es una comedia de ciencia ficción.
Desde la comedia se pueden tocar muchos temas. A mi me gusta tocar temas delicados, porque creo que puedo contar exactamente lo mismo que con un drama y sin que el espectador tenga ganas de cortarse las venas ni de salir del cine deprimido. Me gusta que salgas contento y que hayas pasado bien la hora y media.
-¿No hubiera funcionado igual de bien Campeones en otro formato? -Tenía clarísimo que debía ser una comedia. Era la única manera de contar esa historia y verlo desde su punto de vista. Hacerlo desde el drama era innecesario, porque la emoción ya la llevaba implícita la historia. No hacía falta subrayar nada. Espero que con el tiempo a la comedia se la vea de otra manera.
-¿Y qué retos tiene por delante el cine español? -El cine español es tan bueno y tan malo como el de cualquier otro sitio. Creo que ahora está muy bien visto. Lo que pasa que es muy difícil hacer cine.
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