AL OTRO LADO DE LA COLINA / OPINIÓN

De las (in)certidumbres más o menos peligrosas

Tras los resultados electorales y despejar incertidumbres nacionales, retornamos a buscar la certidumbre en la esfera internacional

4/05/2019 - 

En este inestable planeta en el que vivimos, parece que aquella afirmación repetida tantas veces, de hace 2.500 años del griego Esquilo, “La verdad es la primera víctima de la guerra”, se puede extrapolar a casi todos los órdenes de la vida y las relaciones humanas, si en lugar de la palabra guerra se sustituye por el concepto confrontación, ya sea en la política, en lo comercial o incluso en lo emocional, si no vean los análisis y consecuencias de nuestras elecciones, como algunos donde dije digo, digo Diego, y cualquier pacto, o no pacto preexistente, o incluso cambio de posición en el arco parlamentario es posible, ya sea de extremo izquierdo a socialdemócrata, de socialdemócrata a centro izquierda de toda la vida, de la derecha autentica a extremo centro, y si no le gustan mis principios dígamelo que tengo otros, como dijo Groucho Marx.

Y como no, en el conflicto de Venezuela, cuasi guerra civil que decíamos en un artículo de este enero pasado, cuando Juan Guaidó se proclamó Presidente encargado el día 23, se da esta afirmación de Esquilo, por como se prodigan informaciones y contra informaciones, más aún después de la última asonada en la república bolivariana. Efectivamente este 30 de abril se ha llevado a cabo el inicio de una operación para la reinstauración de la legalidad democrática, comenzando con una acción para liberar a Leopoldo López, en lugar de iniciarla con la detención del usurpador, según la oposición democrática, Nicolás Maduro, que por cierto acaba de expresar una nueva afición su deseo de cortar cabezas a todos los que se le opongan; y claro está este golpe con unos efectos un poco peripatéticos por el momento, da que pensar y tiene varias lecturas, que resumiremos en dos. En primer lugar pudiera ser que los estrategas del movimiento democrático en Venezuela, están por decirlo suavemente un poco despistados y no saben por donde se andan (cosa que no creo), y por otro lado es posible que la oposición al movimiento populista creado por Hugo Chavez, no tenga por el momento la fuerza necesaria (es obvio) para el relevo presidencial, y ha realizado una operación de desgaste para mantener la iniciativa (pues estaba perdiendo empuje y protagonismo) para continuar resquebrajando la cohesión de las Fuerzas Armadas y su apoyo al régimen bolivariano totalitario, pues los uniformados son el auténtico arbitro de la situación.

Además en el escenario venezolano se está jugando, como en otras partes del mundo, una partida geopolítica (además de un pulso nacional) con actores más o menos evidentes, y una gran profusión de intoxicaciones informativas (volvemos a Esquilo) como aquella de la existencia de cientos de mercenarios rusos como escolta personal de Maduro, aunque si que exista casi un centenar de asesores militares rusos que según el vicecanciller venezolano para Europa, Yván Gil van a aumentar, además de los miles de agentes y asesores cubanos existentes, así pues aquella intoxicación ha sido sustituida, via Al Jazeera, por otra como es la preparación u ofrecimiento de Erik Prince, ex fundador de Blackwater (enhorabuena por la publicidad gratuita) de 5.000 mercenarios entrenados para derrocar al régimen chavista.

Lo que realmente existe (ademas de esos rusos y cubanos) es una voluntad firme por parte de Rusia de hacer valer sus intereses geopolíticos, nada más ni menos que en el patio trasero de Estados Unidos, que aquí se podrían resumir en dos grupos, por un lado los recursos energéticos y económicos que tienen allí invertidos, como los prestamos rusos de 17.000 millones entre los años 2016 y 2017, más los 5.000 millones dólares comprometidos por Vladimir Putin en diciembre de 2018 en el sector petrolífero venezolano y otros 1.000 mi­llones en la producción minera, y en segundo lugar el pulso estratégico con los USA, que al igual que éste se ha acercado al patio trasero ruso (Ucrania y Georgia), Rusia quiere devolvérselo creando una segunda Cuba (todo parece un remake de la crisis de los misiles de Cuba en 1962 con John F. Kennedy y Nicola Kruschev a consecuencia de los misiles Jupiter de Turquia), pero con mucho mayor poder, población y territorio, y por cierto los rusos ya se han entrenado en Siria y su conflicto Híbrido con la aplicación de la doctrina del Mariscal Valeri Guerasimov.

Por otra parte, como ya hemos dicho, están los intereses USA de mantener la estabilidad de los países del hemisferio Occidental, ergo patio trasero norteamericano, y asegurar su posicionamiento pro USA (incluidas sus empresas), pues fíjense que el 80% de las ventas petrolíferas venezolanas se dirigen a los Estados Unidos. Por eso la semana que viene tanto el responsable de exteriores de los rusos como de los americanos, en este caso Sergei Lavrov y Mike Pompeo se reunirán en Finlandia para ver si se ponen de acuerdo en el final de esta partida de ajedrez, o Gran Juego que diría Rudyard Kipling, que está costando tantas vidas a los pobres venezolanos. Aunque saben un dato, en el mes de abril pasado se incrementaron un 8 % respecto a marzo la venta de crudo de Venezuela, impulsadas por las mayores ventas realizadas a China, pais que sin grandes desgastes geopolíticos sigue su expansión como superpotencia global, sin pagar casi ninguna servidumbre.

Y mientras que nos preocupamos (que hay que hacerlo, ojo) de Venezuela, la opinión pública no se ocupa suficientemente de los riesgos, que rápidamente se tornan en amenazas del ISIS (antiguo Estado Islámico), que después de las masacres de cristianos (mayoritariamente) en Sri Lanka, y continuos ataques en Afganistan, el Sinaí, Siria o Nigeria, parece que ha vuelto a sacar a pasear mediaticamente a su líder Abu Bakr al-Baghdadi; y mientras se detuvo hace pocos días a una segunda persona vinculada con el Yihadista que quería atentar en Sevilla en sus procesiones de Semana Santa (ojito con nuestros Moros y Cristianos), hace pocas horas se acaba de detener a otra célula islamista del DAESH (ISIS) integrada por 8 extremistas en la cercana ciudad de Tánger. Por eso, y para finalizar, mi deseo de que demos a nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (Policia y Guardia Civil), y servicios de inteligencia (CNI) todos los recursos materiales, humanos y legales (muy importantes estos últimos) que sean necesarios, para garantizar nuestras vidas y libertades de esa lacra que es el terrorismo, instrumento necesario de todos los totalitarismos.

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