De los Castro, el Papa y Obama

Esta semana los tres protagonistas de nuestro encabezamiento han compartido titulares en prensa, e incluso en la historia, al darse un hecho de gran importancia (no me atreveré a llamarlo acontecimiento histórico planetario) al restablecerse las relaciones diplomáticas entre Cuba y Norteamérica gracias a la intermediación del Vaticano, como se ha puesto de manifiesto, otra vez, con el viaje del Papa Francisco a la isla caribeña y a EEUU.

Este acuerdo se produce por dos necesidades y una obligación: la necesidad de Cuba de seguir buscando el sostén económico a su dictadura comunista de carácter familiar tras perder el patronazgo de la Unión Soviética primero y de la Venezuela bolivariana de Chávez después, la necesidad de Obama de tener en la recámara un éxito internacional por si le fallaba el acuerdo nuclear con Irán, y la obligación del ADN Católico de llevar la reconciliación allí donde hay enfrentamiento.

Para empezar esperemos que el gran beneficiado de este pacto sea el pueblo cubano, dada la situación de miseria en la que subsiste desde hace décadas, y la posible y consiguiente apertura económica de paso a una transición política que finalice en un régimen de libertades, pues hasta ahora estos bandazos del régimen solo han servido para apuntalarlo.

Por su parte Obama está prácticamente en el último año de su mandato (elecciones en el 2016) y el mundo que va a dejar a su sucesor es mucho más inestable (hasta el momento) del que recibió de George Bush, dejando al margen los debates del incumplimiento del cierre de Guantánamo y del incremento del uso de Drones en la “neutralización” de terroristas. Desde enero de 2009, cuando tomó posesión Barack Hussein Obama II, los conflictos en el Medio Oriente y Norte de África se han prodigado, ahí están los ejemplos de Libia, Siria, el Estado Islámico, Irak,… las relaciones con nuestra gran vecina Rusia se han deteriorado profundamente, la tensión con China por el mar Meridional y los ciberataques va en aumento..., por eso los “éxitos” de los acuerdos con Cuba e Irán servirán para disimular esa realidad.

Por otro lado, cuentan los cronistas, que en las elecciones papales el Espíritu Santo hace horas extras. Así es como en la guerra fría se eligió un Papa polaco, uno de los protagonistas en poner fin al bloque comunista, después de él que generaba grandes espectáculos de masas a su alrededor vino (dicen algunos que para compensar) un intelectual y alemán, y ahora en esta época en la que los sentimientos priman sobre la razón, el Papa Francisco está sabiendo conectar con un gran público, ávido de gestos, aunque no haya tenido ninguno con la oposición cubana en este viaje.

El viaje de su Santidad ha tenido un magnífico colofón, la canonización de un español Fray Junípero Serra, fundador de facto de California. Además esta santificación supone primero un claro guiño católico a la población hispana que aumenta en número y en importancia en los EEUU (mal que le pese a Donald Trump) y después nos hace recordar una oportunidad que España no aprovecha del todo, la ocasión que brindan los lazos históricos y culturales con buena parte de los estados miembros de los EEUU para proyectar nuestra influencia, y por qué no, la ocasión de hacer negocios con ellos, pues, por ejemplo, nuestra Comunitat tuvo relación con los EEUU desde su fundación porque, ¿saben cuál es el origen de la tela de los uniformes del ejército de G. Washington? Efectivamente, de aquí mismo, de Alcoy. Pero esa ya es otra historia … y otro artículo.