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AL OTRO LADO DE LA COLINA / OPINIÓN

De ofensivas, contraofensivas y otros cuentos

24/06/2023 - 

Se jactaba el gran canciller de hierro Otto von Bismarck al decir “que nunca se miente tanto como antes de las elecciones, durante la guerra y después de una cacería”, y la verdad es que estamos teniendo últimamente grandes dosis (incluso podríamos hablar de sobredosis) de mentiras, pues acabamos de celebrar unas elecciones y apunto de otras, estamos siendo partícipes -entregando armas- en esa guerra del Este de Europa, y testigos de cacerías políticas contra todo aquel que osa hablar libremente, sin usar el pensamiento único de lo políticamente correcto.

Otra vez elecciones, y otra vez muchas mentiras, ya sean sobre pactos pasados o futuros con extremistas, condenados por delitos o terrorismo, separatas o indepes, políticas progresistas o regresivas en defensa de la mujer que logran liberar a violadores, promesas de cambio con las caras de siempre, etcétera, etcétera, etcétera; pero sobre lo importante, modelo de sociedad, gestión pública, o como diría el Califa Rojo, Julio Anguita, aquello de programa, programa, programa, nada de nada. Es triste, a la par que pobre democráticamente hablando, tener que movilizar a los votantes, no en base a un proyecto, sino contra un adversario, que no enemigo (aquí algunos siguen sin entenderlo) y con la vieja historia de que viene el lobo…

Más mentiras; ya saben, pues aquí se lo he contado, hace unos 2500 años el griego Esquilo, dijo aquello de que la primera víctima en la guerra es la verdad, y el actual conflicto en Europa no es una excepción. Ucrania invadida por Rusia, necesita de una potente narrativa no sólo de puertas adentro, para insuflar espíritu de resistencia a su pueblo que, además de ser diezmado, necesita del apoyo exterior para poder mantener, no ya la resistencia a toda costa, sino en una contraofensiva, que según cuentan dura ya unas tres semanas. Contraofensiva de la que no se puede saber, ni esperar diría yo, mucho, sólo más derramamiento de sangre por parte del que ataca, en este caso los ucranianos. Además el futuro, sobre todo el futuro demográfico, de este país está en entredicho, quizás, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski, podrá ganar la guerra pero a este paso, y con ese costo que provoca la trituradora de carne rusa, el pueblo ucraniano perderá la Paz.

Unos datos para que lo vean aún más claro, si Ucrania tenía en 1991 una población de algo más de 52 millones de habitantes, al inicio de la guerra abierta (en febrero de 2022) eran sólo ya de 41 millones, y a finales de ese mismo año 2022 habían huido del país un 20%, casi 8 millones de personas (lo cual facilita las cosas a Vladimir Putin), más otros 13 millones que estaban (según El HuffPost) en zonas de riesgo.

Y ya saben, ahora será un ataque (o posible ataque) a la central nuclear de Zaporiya, antes lo fue a la presa de Kajovka sobre el río Dnieper en el oblast de Jerson, hora ataques a Kiev con drones de origen iraní, hora incursiones de supuestos grupos traidores a Moscú en Bélgorod (Rusia), y todo tipo de historias y aparentes informaciones por ambos bandos, para reforzar sus narrativas bélicas. Nunca debemos olvidar, más aún con el anuncio del despliegue de armas nucleares tácticas rusas en Bielorrusia, de que estamos en un enfrentamiento convencional, en donde uno de los dos contendientes tiene armas nucleares, y ha demostrado durante la historia que a la hora de usar la fuerza, no ha tenido muchas limitaciones morales para su uso, que se lo recuerden si no a los habitantes de Grozni. Por lo que, el uso del arma atómica en el conflicto aunque muy lejano, no es descartable totalmente, de hecho algunas corrientes de opinión rusas, manifiestan que se deberían usar, en el caso que el desarrollo bélico fuera muy desfavorable, porque además serviría para reforzar su estrategia disuasoria global.

Para finalizar, están las mentiras de las cacerías. Cuando los partidos políticos carecen de argumentos, razones y programas utilizan la cacería política del adversario como individuo, y en estos días lo estamos viendo muy claramente de cómo se están poniendo la diana sobre personas, que discrepan de lo políticamente correcto y de la agenda 2030, sirva como ejemplo de retroceso de libertades, el Informe de Libertad Religiosa en el Mundo 2023 presentado por Ayuda a la Iglesia Necesitada, fundación pontificia, donde se recoge el retroceso a pensar, o más bien a manifestar, las creencias metafísicas sobre todo en África y Asia. O incluso, también, ministros vetados por sus compañeros ¿o no?, condenados por dañar moralmente a personas privadas, sin vida pública relevante, y no pasa nada, aunque recuerden como la Comisión Permanente del Consejo General del Poder Judicial (en noviembre de 2022) consideró como “intolerables ataques” las manifestaciones desde el ministerio de igualdad por la aplicación de la ley del “Si es Si” contra los jueces por machistas, ¡cuando la mayoría son mujeres! Por lo que parece que volvamos a tiempos pretéritos con aquello que decían las madres a sus descendientes, “hijo no te metas en problemas, no te metas en política”, por lo que la “gente” normal con su profesión y trabajo, dejaría así la política a los pillos o a los que no tienen ni oficio ni beneficio, mal asunto, porque no es todo ni blanco ni negro.

En fin, tiempos en los que las libertades están más amenazadas y el individuo más manipulado que nunca por el gran Leviatán de Thomas Hobbes, eso sí de forma sutil pues la tecnología, internet y el ciberespacio son grandes aliados, y si no que se lo digan a los chinos, de la República Popular; y esta batalla de las ideas no es baladí, nos jugamos nuestra propia naturaleza humana, y eso que hace ya unos 2000 años nos advirtió un tal Jesús el Nazareno, que “la verdad os hará libres”, fin de la cita y del artículo.

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