VALÈNCIA. Pulsar y servir es todo un mismo acto en la compra de zumo recién exprimido, ya sea en bares, en restaurantes o en superficies comerciales. Pero hasta hace no mucho tiempo, este proceso no era ni tan rápido ni tan sencillo. Tuvo que llegar la tecnología para popularizar las máquinas automatizadas en algo tan cotidiano como pedir un zumo de naranja en la cafetería de la esquina o rellenar una botella con manzana exprimida en el súper para bebérsela tranquilamente en casa,
Es lo que lleva haciendo ya tres décadas la compañía Zummo, radicada en Moncada, que empezó en 1992 diseñando sus máquinas para promocionar el zumo de la fruta más valenciana, y lo ha convertido en un sabroso negocio, exprimiendo en establecimientos de todo el mundo no sólo la naranja, sino también la manzana, la granada y el limón, y se ha puesto ahora también con el corte de automático de piña.
La iniciativa empresarial surgió en el seno de una familia en Museros. "El precio de la producción de naranjas no se incrementaba y pensamos que una manera de dar mayor salida a la naranja era fomentar su consumo a través del zumo", explica el director de la compañía valenciana, Rafael Olmos: "Quisimos hacer una máquina que fuera fácil de manejar y a la vez higiénica", emulando a "como lo hacemos en casa": corte limpio -"sin desgarrar la naranja" y exprimido vertical.
No fue sencillo entrar en el mercado, que ahora cuenta con unos 40 fabricantes de máquinas repartidos por todo el mundo -uno de ellos, Zumex, con sede también en Moncada-. La principal pega era que los potenciales clientes "no estaban acostumbrados a hacer una inversión en máquinas de zumo, a diferencia de las máquinas de café". Así que la idea fue acompañar a la máquina con un suministro inicial de naranja: "La naranja no nos tenía que dar la vida", explica Olmos, pero había que convencer de que la máquina era "rentable y se podía amortizar en pocos meses".
Los primeros clientes fueron los bares, las cafeterías y restaurantes y los hoteles del territorio valenciano. Pero más tarde llegarían establecimientos de Madrid, Cataluña y País Vasco y otros enclaves muy turísticos como las Islas Baleares y las Canarias, y la expansión internacional. Un proceso de crecimiento exponencial acompañado de otro, el de la innovación en el producto, que ha ido arrojando con el tiempo máquinas cada vez más rápidas y más pequeñas para acabar aterrizando también en los supermercados. Así llegó la expansión internacional
"Mucho antes de que en España los supermercados empezaran a poner máquinas de este tipo, ya vendíamos en Alemania, en Holanda e incluso en Estados Unidos", explica Olmos, quien señala precisamente la innovación como uno de los factores que determinaron la entrada en los súper: diseñaron una máquina que exprime 40 naranjas al minuto, lo que permite llenar fácilmente botellas para llevar en el instante. Ahora es proveedor de Carrefour, DIA y Lidl.
En Estados Unidos, Zummo abrió hace tres lustros su propia filial. "Allí íbamos a una feria internacional donde nos decían que el producto gustaba", relata el director de la firma, pero la lejanía del proveedor era una traba para los clientes norteamericanos. "Así que estuvimos estudiando el país y decidimos abrir una filial en Miami", que ahora distribuye en territorio estadounidense y en Canadá, donde, asegura Olmos, la empresa es líderes en este tipo de productos.
El crecimiento es fácilmente constatable: hace siete años Zummo facturaba más de 8 millones de euros, y antes de la pandemia el negocio llegó a ingresar casi 21 millones con la venta de este tipo de máquinas. Unas cifras de éxito que han generado interés en los inversores y que en 2019 propiciaron la adquisición de la mayoría del capital de la empresa por parte del fondo Meridia Private Equity, controlado por Meridia Capital, de Javier Faus, con el propósito de impulsar la expansión de la compañía.
La irrupción del coronavirus y las duras e irregulares restricciones en hostelería y turismo especialmente han frenado en seco la expansión. "Los clientes lo han pasado muy mal", reconoce Olmos, quien cifra en un 40% el descenso de las ventas en 2020.
A la tradicional máquina para exprimir naranjas, que ha experimentado mejoras con el paso del tiempo, se han sumado nuevas funcionalidades y variaciones que permiten usarlas también para mandarina, limón y lima, e incluso granada. "Algunos locales exprimen por la mañana mucho limón y hacen granizado, y durante el día usan la misma máquina con la naranja. O incluso con granada, cuyo zumo es muy popular por ejemplo en Italia", asegura Olmos.
Además, el director presume de haber hecho de Zummo "el primer fabricante que introdujo la máquina de vending" para que en esas instalaciones "no sólo se pudieran comprar latas o zumos ya envasados". Esto ha permitido entrar también en gimnasios, hospitales, universidades, aeropuertos, etcétera. Más tarde, relata Olmos, vino el quiosco con forma de naranja, un punto de venta móvil con todas las funcionalidades de un bar para instalar en "cualquier tipo de evento deportivo o musical", pero también para ubicar de manera permanente en zonas de esparcimiento, que es, por ejemplo, lo que hay ya en uno de los principales parques de Chicago.
Fuera del zumo, la compañía valenciana ha buscado explorar otros mercados y, además de exprimir fruta, también a empezado a cortarla. Lo ha hecho con una máquina encargada de trocear la piña en diferentes formatos. "Se corta la flor, unas cuchillas verticales pelan la fruta desperdiciando muy poco y otras horizontales se encargan del troceo, en rodajas, en tiras o incluso en dados", expone Olmos.
Precisamente el presidente de Zummo reivindica el mecanismo de sus máquinas exprimidoras -por presión, y no por rotación- como una seña de identidad frente a la competencia. "No usamos el sistema de exprimir rotacional, que desgarra la naranja y hace que la corteza 'contamine' el zumo, especialmente si tiene química o si es ecológica y tiene polvo", explica con fruición: "Si coges las cortezas de la competencia, están mojadas, y las nuestras están secas".
Tras 30 años en el mercado, la empresa da trabajo a 130 empleados directos. "Y una gran cantidad de indirectos, puesto que somos el principal cliente de varios de nuestros proveedores cuyas plantillas son numerosas", explican en la firma.
Actualmente, la firma es una de las principales fabricantes y distribuye en más de un centenar de países. Además de España, tiene como principales mercados el europeo -Francia, Reino Unido, Alemania, Holanda, Italia, Bélgica, Portugal-, pero también Brasil, Rusia, Estados Unidos, México, Arabia Saudí y Australia. Y todo, desde su planta radicada en Moncada, con más de 8.000 metros cuadrados donde se fabrican todos los modelos de máquinas de Zummo que se venden en el mundo.