VALÈNCIA. Aquí, en el barrio de Torrefiel, el planeamiento preveía la construcción de un colegio. Pero desde hace mucho tiempo es solo un solar baldío. Por ello, el Ayuntamiento de València va a habilitarlo de manera temporal como parking para satisfacer las necesidades de aparcamiento del barrio. Para lo que a finales de julio, el consistorio sacó a concurso las obras de acondicionamiento de este suelo.
Situados en las proximidades del mercado municipal de Torrefiel y lindando con la Ronda Norte, los terrenos en cuestión comprenden más de 4.000 metros cuadrado. Y el contrato, que salió a licitación por casi 175.000 euros, busca crear en la parcela 161 plazas de parking, de las cuales 157 serán para coches y las otras cuatro para motocicletas.
Lo curioso es que la superficie de solar que se pretende acondicionar provisionalmente como aparcamiento se corresponde con el uso "educativo cultural" en el Plan General de Ordenación Urbano. Este es uno de los ejemplos de la estrategia municipal para dar un uso a los cientos de miles de metros cuadrados de uso educativo en la ciudad que, como publicó Valencia Plaza, están sin edificar en el Cap i Casal.
El Ayuntamiento de València está llevando a cabo un trabajo quirúrjico para reconvertir los más de 500.000 metros cuadrados de suelo educativo que están baldíos en la ciudad. Se trata de parcelas que en su momento, al elaborar el planeamiento urbanístico, el consistorio fijó como reserva mínima de suelo para colegios y otros equipamientos educativos. Lo hizo obligado por la normativa autonómica y en base a unas previsiones de población que, en muchos barrios no se han cumplido y posiblemente no se cumplan nunca.
Para estos casos, el Plan Especial de Directrices de Calidad Urbana, aprobado en 2018, insta a actuar en las parcelas de reserva escolar "sin servicio" permitiendo en ellas "usos provisionales" e incluso cambiar su calificación urbanística para "la implantación de equipamientos de proximidad" en las "áreas con excedente de suelo de reserva escolar". Y es lo que está haciendo el gobierno local, cuya concejalía de Urbanismo dirige el edil Juan Giner.
El desfase detectado hizo que la administración autonómica abriera un poco la mano e introdujo una disposición en 2020 para permitir a los Ayuntamientos que exoneren o minoren"parte de las reservas educativas" siempre y cuando "exista un estudio sociodemográfico de la evolución de la población que permita justificar las previsiones poblacionales y su diferencia" respecto a los cálculos que se hicieron al aprobar cada plan urbanístico.
El de Torrefiel es un ejemplo, pero hay más. El Ayuntamiento de València prevé hacer lo propio con un suelo educativo grafiado en el barrio de Penyaroja. Allí, el consistorio estudia el cambio de un suelo educativo para centro sanitario en una parcela que no cumplía los requisitos necesarios levantar un colegio. Así, el gobierno municipal prevé atender la demanda vecinal de ubicar un centro de salud en la parcela, que dispone de 5.600 metros cuadrados en total, dada la saturación del centro más próximo, el de Trafalgar.
Como en todos estos casos, el Ayuntamiento ha de consultarlo previamente con la Conselleria de Educación. En ese sentido, la estrategia municipal -a la postre, no hay otro camino- pasa por una solución quirúrgica: ir cambiando puntualmente la calificación de suelos educativos baldíos para su cambio de uso. También se espera cambiar suelo educativo del antiguo Colegio de Jesuitas para un proyecto de residencia: la Conselleria ha confirmado aquí que las necesidades de suelo escolar están cubiertas.
Además, cabe recordar que el área de Urbanismo ya ha hecho uso de esta disposición de flexibilidad de la Conselleria en otras ocasiones. Así, la empleó en la elaboración del Plan Especial del Cabanyal, por ejemplo. Y se prevé llevar a cabo también en el Plan de Campanar, actualmente en tramitación y que reduce las reservas educativas por innecesarias para dedicarlas a equipamientos múltiples.